Síndrome de Estocolmo {David (Auryn)}-EDITANDO

Teoría demostrada

Bueno, ¡holiis! Antes de publicar el capítulo quiero decir unas palabras.

Nunca antes había añadido notas a pie de página ni lo pienso hacer, porque creo que le quita toda la gracia y la emoción al final del capítulo, así que lo pongo antes. 

¡Simplemente que muchas gracias por todo! Esta novela está teniendo más exito del que algún día siquiera imaginaba y me siento muy orgullosa de ello, de que os guste, pero no me mintais, si veis algo mal criticadme. 

Y otra cosa que veo bastante es que hay muchos lectores fantasma, o sea, muchos leidos pero pocos votos y comentarios en comparación. Así que os pido que si leeis y os gusta me dejeis alguna muestra de que estais ahí! Y creo que nada más. Bueno sí, que la semana que viene no podré subir casi seguro porque estoy hasta arriba de exámenes, así que os dejo dos días seguidos.

¡Muchas gracias por todo ^^ 

PD: Este es uno de los capítulos que más he tardado en escribir y que más corto ha quedado. Lo he pasado mal y bien a la vez, es un poco bipolar todo, solo aviso

PD2: ¡Mirad el gif que he puesto! ¿A que es monoso? Ay pues lo va a cambiar todo ese extracto de tumblr :33

PD3: para devoleros al hilo de la historia; Ranita acaba de admitir que le gusta Puto :33 Se van a hacer de rogar los malditos sí...

PD4: Amo poner posdatas :333

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Pero bueno, el verbo "gustar" se refiere a muchííísimas cosas. Me gusta el chocolate, los libros, el olor a libro, la música, sacar buenas notas sin estudiar, el sonido de la lluvia, superar mi record en el Flappy Bird... Me gustan muchas cosas, solo se ha añadido una más a la lista.

Pero lo mismo el 'gustar' en personas es distinto, porque no te puede gustar alguien incluso más que el chocolate. Por vamos, que nada ni nadie es mejor que el chocolate, y si alguna vez lo digo que baje Dios y lo vea. En personas me gustan muchas, la inmensa mayoría famosos; bueno sí, todos famosos, pero me gustan, tiene que ser parecido. A pesar de que con ellos no convivo, ni hablo, ni nada... ¿Todos ellos sirven? ¿Me gusta David de otra manera distinta a la que me gusta Harry Styles? Tiene que ser igual, porque son personas, chicos, al menos parecido debe ser. 

Y dándome vueltas a la cabeza, analizando qué es igual a qué, me dormí.

Desperté de golpe por el calor. Llevé mis brazos por detrás de la cabeza y me estiré, pegué un grito de despeje y me froté los ojos. Estaba sola. Wow, tengo toda la habitación para mí, puedo hacer locuras. Puedo volver a dormir y que a nadie le importe. Puedo ponerme a cantar "It's raining man" a todo pulmón y que nadie me detenga. Puedo también bajar a desayunar y quitarme el hambre.  

Al bajar las escaleras, ya estaba todo el mundo abajo. Lo mejor se hace esperar. Intenté llegar con una entrada triunfal, pero todos estaban a lo suyo. Le quité a Ana su vaso de ColaCao con todo el descaro y empecé a beber. Pero me lo volvió a quitar y tuve que prepararme el mío propio. Dos minutos al microondas, ahí, calentito en pleno verano. Miraba los segundos pasar como si fuesen oro, luego miré el interior, mi vasito se movía en círculos al compás de los segundos. Aunque lo que ví también, gracias al reflejo del cristal, fue a David acercándose a María y hablarla. Con disimulo me acerqué un poco para oir algo. 

–¡No es ninguna tontería! Sé que puedes y que si no lo haces es por vaguería o algo.– le decía él a ella. 

–¿Y por qué tendría que hacerlo?– ella, muy firme, siguió bebiendo de su respectiva taza.