"Sí, ¿por qué?

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–Te lo tomas todo demasiado literal, ¿no crees?.– Dije dando un paso hacia atrás, aunque él lo dió hacia delante

–Me estabas mirando.– Se volvió ha acercar

–¿No eres para mirar?.–Movió la cabeza extrañado y negó lentamente, inseguro.– Pues para borriquito representar.– Me empecé a reir yo sola hasta el punto de tirarme a la cama. Me puse en posición fetal para no soltar carcajada sonora

–Me has fastidiado el juego idiota.– Se cruzó de brazos a modo de indignación, infló los mofletes y puso puchero.– Pues ahora me enfado y no respiro.– Me volví a reir sonriendo como una boba.

**___**

–¡Que es en el otro lado pedazo de burro!.– Le pegué una colleja a Carlos por torpe

Estaba ayudando a colocar unas cortinas a María y Carlos, ese simple acto con el que llevamos una hora y no hemos colocado ni los soportes. A María se le calló la barra en la cabeza en un intento de destacarse y ahora está peor de lo que estaba antes, pasa de reirse a llorar en menos de lo que tardo en pestañear. Carlos por otro lado es la cosa menos hábil -por no decir torpe- que he visto en mi vida, y peor aún con un martillo en la mano.

Conseguimos desdoblar la cortina color melocotón e introducirla en la barra.

–Eh, parece penetración. Entra, sale. Entra, sale.– María empezó a reirse sola mientras deslizaba el pedazo de tela por la barra blanca.

–Sabemos que estás necesitada pero deja de insinuarte.– Dijo Carlos dándola una palmadita en la espalda. Y por su graciosa conversación se rajó la tela que usarían como cortina.

–Mirad los dos.– les señalé con el martillo.– He venido a ayudaros, y solo sabeis hacer el gamba, así que ahora os buscais la vida guapos.– Les cedí el martillo y salí por la puerta dando un portazo.

Hoy estaba de mal humor. Bajé a la cocina a por algo de picar, cogí una CocaCola, troceé un limón y me puse una laminita en un vaso junto con hielos. Las cosas o se hacen bien o no se hacen. Me senté en el sofá en el que también estaba Ana ojeando una revista mientras comía un sandwich de nutella. Cosa no muy normal dado que ibamos a comer en nada. Me uní a ella mirando los vestidos de las famosas del momento, criticando y riendonos más que deleitandonos de la belleza. 

Se sentaron a nuestro lado Dani y Blas, este último con un portatil encima suya. Ana se -practicamente- lanzó a ver que estaba haciendo y empezó a toquetear.

–Bajate una peli para ver, que me aburro.– Dijo dándole golpecitos en el hombro, él se metió en el programa de descargas y aceptó sugerencias.

–La sirenitaa.– pedí casi suplicando.

–¡No, no! ¡Up!– Ana dió botecitos en el sofá cual niña pequeña.

–¡Frozen!– María apareció de la nada saltando detrás de todos. 

Y después de un abierto debate de por qué deberiamos ver esa y no otra, ganó el "sí" porque es un musical, hay magia, no muchas cursilerias, y era verano y hacía calor, el hielo no vendría mal. 

Ana y Blas fueron a avisar a todos los presentes en la casa para que viniesen a ver la peli. Mientras que yo me fui a la cocina ha hacer palomitas, saqué cuatro bolsitas de una despensa y las metí una por una en el microondas. 

Después de la primera tanda, se formó un corrillo a mi aldrededor mirando como explotaban los granitos de maiz con ese ruidillo tan gracioso, y ese olor a mantequilla que te hacía perder la noción. Como una reacción en cadena fuimos sacando paquetes y metiendolos en boles, así hasta llenar seis. A la mierda comer cuando uno se puede alimentar de palomitas.

Llevamos los boles a la mesa central y nos acomodamos mientras Blas conectaba el ordenador a la televisión. Me senté al lado de David, apoyada en el brazo del sofá. Nos acurrucamos con mantas de colores y nos mentalizamos para no interrumpir en la película, después, Blas le dió al play.

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Nos tragamos todos los creditos por terminar las palomitas. Habiamos hecho demasiadas. 

–Cada vez me gusta más esta película enserio.– Dije comiendome la última palomita, bajo la mirada asesina de más de un presente en la sala.

–Hazme un muñeco de nieveeeeee.– Gritó Ana en el oido de María, imitando la voz de la protagonista de la película.

–Por primera vez en añooooooos me late el corazóoooon.– David se levantó haciendo el mongol acompañado de un baile tonto.

–Me gustaría ser nieve para saber lo que se siente en verano con tu propia nevada y todo.– Nos pusimos a hablar de frases célebres de la película.

Solté un suspiro. La gente se fue yendo a sus habitaciones para hecharnos la siesta. Yo era feliz, las películas de disney son las mejores, y más cuando incluye musical. Llevé los boles a la cocina, dispuesta a irme a dormir. Pero María seguía en el sofá mirando la revista que antes miraba yo con Ana. Me senté a su lado, pero pude notar que se tensó.

–¿Estás bien?.– Le pregunté quitandola la revista

–Sí, ¿por qué?– Una sonrisa se curvó en sus labios mientras volvía a cojer la revista

–Te veo rara, ¿seguro que todo bien?

–Sí, ¿por qué?

–¿Estas tonta?

–Sí, ¿por qué?.– Tensó sus labios para evitar reirse

–Perdone usted, señorita María Olaf pero sé que te pasa algo.

–Bueno, sí ¿por qué?.– se encogió de hombros.

–Ya enserio que te pasa, puedes confiar en mi.– No supe descifrar la expresión de su cara.

–Bueno... ¿te acuerdas cuando te fuiste porque te teníamos hasta el moño con la tontería de las cortinas?.– Asentí levemente con la cabeza.– Voy a ser directa, pero que te quede claro que... Nah si fue culpa mía.– Puso una mueca y me miró culpable.

–¿María que mierda está pasando?

–En realidad no fue culpa mía... fue suya...– Empezó a hacer gestos con las manos.

–¡Qué me digas que pasó!.– Me levanté cabreada del sofá y la grité a la cara. Ella torció una mueca que parecía una sonrisa

–Me besé con Carlos.

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Creo que sobra decir que amo esa película :'''') 

Síndrome de Estocolmo {David (Auryn)}-EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora