1. Tu Admiradora

3.2K 170 42
                                    



Temari

Siempre quise trabajar con él, había leído en los periódicos sobre lo inteligente que era, pero no me iba a conformar con solo admirarlo de lejos. Se decía que era brutalmente duro para hacer negocios, que su IQ lo hacía casi un genio y aunque eso me llamaba la atención lo que más me intrigaba era que se decía que jamás se había visto con alguna pareja a pesar de lo guapo que es. Veía sus fotos en las revistas y me preguntaba si un hombre tan guapo era gay y no había salido del closet y por eso siempre se le veía solo, o si simplemente no había encontrado una mujer que despertara sus instintos.

Yo soy una mujer muy inteligente, estratega en los negocios y en la vida, me considero muy bonita, aunque no tenga la dulzura de mi amiga Hinata ni el encanto de mi amiga Sakura, soy muy hermosa y puedo llegar a ser muy sexi, pero en el mundo de los negocios, en la realidad, eso no sirve de nada.

Voy a ir a una entrevista de trabajo, quiero entrar a la empresa Nara y trabajar allí para aprender del mejor, ojalá también lo pueda conocer. Me arreglo enfrente del espejo, me he puesto un sastre de color azul oscuro que me queda ceñido al cuerpo (Y vaya que tengo buen cuerpo), me recojo mi cabello rubio en una moña alta dejando unos cabellos sueltos a propósito, y me pongo unas zapatillas blancas, eso hace que mis ejercitadas piernas se vean aún más largas. Me sonrío a mí misma pensando en que quizá cuando camine por los pasillos de esa empresa pueda ver al hombre con el que a veces sueño: Shikamaru Nara

Ya se me hace tarde y lo peor que puedo hacer en una entrevista es llegar tarde. El empleo en el periódico no especificaba nada, sólo hablaba de la empresa, un puesto de responsabilidad y daba un número de celular para pedir la entrevista. Cuando llamé solo di mi nombre: Temari No Sabaku. Con alguna que otra referencia me fijaron la fecha y hora. Me conformo con empezar de abajo pero como conozco mis capacidades, sé que puedo ir escalando hasta llegar a aprender del mismo gerente.

Recibo dos mensajes antes de salir de casa, uno de mis amigas deseándome suerte, otra de mi hermanito menor que cree que tiene que sobreprotegerme diciendo que si no me dan un cargo alto me espera de nuevo en nuestra ciudad natal para darme un cargo de ejecutiva en la empresa familiar, de nuevo sonrío, le mando un emoticón de carita con beso y no respondo nada, sé que sin importar lo que pase hoy siempre logro lo que me propongo, soy una luchadora.

-----

Bien, llegué, faltan 15 minutos para la cita, me parece un poco extraño porque no veo más candidatos, seguramente los habrán citado más tarde. Estoy un poco nerviosa, mentira, estoy muy nerviosa. Desde la entrada a esta empresa su aire es imponente, el logo es un venado pero para mí en este momento no refleja nada de tranquilidad. Estoy en una sala de recepción interna, muebles modernos oscuros, mármol negro adornando todo, pisos de madera, iluminado y frio, un ambiente ideal para hacer negocios y amedrentar a los incautos que quieran un empleo acá.

Ya se acerca la hora, el reloj se mueve muy lentamente, pareciera que cada minuto dura media hora, es mejor que me levante para calmar mis nervios y recordar lo valiosa que soy, el mármol negro me sirve de espejo, miro mi peinado, está perfecto, igual mi maquillaje y me inclino un poco para estirar mi vertido, que quede liso y perfecto también, siento que alguien se acerca mientras hago eso, debe ser un hombre por la colonia que usa, no es que sea demasiada pero definitivamente es un olor que me pone los nervios de punta (aún más), cuando levanto mi rostro para mirar por el reflejo de mármol la persona que está pasando detrás mío... lo veo, me quedo sin aliento y por primera vez en mi vida sin palabras, aun en el reflejo se ve aún más guapo de lo que imaginé, solo atisbo a observarlo de reojo cuando pasa y lo sigo con la mirada, serio, calmado, debe hacer ejercicio porque su cuerpo es perfecto en todo sentido, es un poco más alto que yo y una oleada de calor recorre mi cuerpo, no necesito mirarme al espejo para saber que estoy sonrojada, instintivamente mi mano izquierda recoge unos mechones de mi cabello para colocarlos atrás de mi oído. Respiro entrecortado y antes de perderse en una oficina me voltea a mirar, tiene unos ojos cafés oscuros muy profundos.

—Por favor en dos minutos puede ingresar a la oficina.

Esboza una pequeña sonrisa que me hace enrojecer aún más. Espero que este hombre no sepa nunca los estragos que su sola presencia me hace. ¿Gay? No. Ese hombre transpira una sensualidad que jamás había sentido, si entro a esa oficina estaré en problemas. Pero me repito que soy una luchadora, y si es con él, quiero problemas.

JEFE ENCUBIERTO ShikatemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora