6. Bar

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Shikamaru

Llevamos varias semanas desarrollando este plan. Estoy muy metido en mi papel, tanto que casi no he visto a Temari. Estoy quedando enredado en la rutina de trabajo. Cumplo mi horario normalmente, no me esfuerzo más que los demás, soy un empleado corriente en un trabajo nada especial. Estoy esperando, simplemente esperando a que algo suceda.

De lunes a viernes mis compañeros laboran conmigo y cada viernes en la noche me invitan a un bar de mala muerte que queda a una cuadra de aquí. Es una casucha esquinera a punto de caerse donde sirven licor barato, sólo tiene un bombillo en la mitad que da una luz de color amarillo y deja demasiado entre sombras. Cada vez que entro siento como el humo de los cigarros inundan el ambiente (Lo cual hace que me den ganas de volver a mis antiguos hábitos y fumar), y cada rincón está impregnado de olor a casa vieja al igual que el de sudor.

El primer viernes fue un interrogatorio exhaustivo de mi vida. Querían saberlo todo y embriagarme. Me pareció que era una prueba que querían hacerle al novato.

El siguiente viernes no dejaban de hablar de la nueva gerente, especialmente de su cuerpo, cada vez que decían "sus tetas esto" o "su culo tal cosa" la sangre me hervía, pero tuve que tragarme todo eso y hasta participar de igual forma en la conversación.

El tercer viernes parecían tensionados, ya no hablaban de la "gerente" sino que se iban en palabras mayores contra ella y sobretodo los enojaba el estricto control que tiene sobre toda la empresa. Aunque me daba rabia oír como hablaban de ella noto que está haciendo su parte a la perfección. Me siento feliz de haberla contratado. Ese día bebí tanto que terminé durmiéndome en la silla donde estaba. Solo cerré los ojos por un instante pero quedé rendido, ebrio.

Fue la primera vez que soñé con ella. Estábamos en una laguna tranquila con un hermoso atardecer, había un muelle donde estaba de pie mirando el paisaje, luego ella llegó a mi lado, iba vestida como la primera vez que la vi, con su sastre azul oscuro tan ceñido que me hizo encrespar y unas zapatillas altas blancas, me miró socarronamente y se quitó los zapatos, los tiró al agua y caminó por el muelle dándome la espalda. Cuando llegó al final se volteó, me miró juguetona y empezó a desabotonarse lentamente la blusa, me seguía mirando a los ojos cuando quedó solo en un sensual sostén negro, juro que jamás he visto algo más hermoso y sexi. Quería ir a tomarla, poseerla como he deseado desde la conocí. Entonces empezó a decirme algo pero yo no escuchaba ningún sonido y en ese momento del agua salió una especie de sombra en forma de dos brazos oscuros. Yo traté de moverme o hablar pero mi cuerpo estaba petrificado. Ella seguía sonriéndome y diciendo algo cuando esa especie de brazos la ataron, la rodearon y envolvieron. Sus ojos seguían mirándome pero ahora con terror y angustia. Esas sombras estrangulantes siguieron envolviéndola hasta la una tapar su boca y la otra la tomó por debajo de su pecho, entonces la arrastraron hacia el agua sin que ella pudiera defenderse y allí se perdió.

Me desperté asustado en ese puto asiento, mis compañeros de trabajo ya se habían marchado. Un escalofrió recorrió mi espalda y sentí que alguien me observaba, pero había tantas personas y muy poca luz, así que no supe quién era.

Este viernes es distinto, todos parecen más callados que de costumbre, aun mas tensionados, pero en vez de explotar en insultos contra Temari, están nerviosos y se miran de reojo. De nuevo tengo esa sensación de ser observado, solo que esta vez sé de donde viene esa fría mirada, hay un hombre sentado en una mesa solo, tiene un aspecto terrible. Su rostro está medio tapado, solo se le pueden observar sus ojos que son verdes llenos de maldad y sadismo. Vuelvo a sentir ese escalofrió recorriendo mi espalda. Aunque me percaté de su presencia no me quita los ojos de encima. Como a la media noche se levanta de su puesto y se acerca, apenas mis compañeros lo ven se alejan, dejándome solo con este puto cabrón que parece salido del mismo infierno.

—Te llamas Kiba, ¿no?

Me limito a mirarlo y a evaluar mis opciones si esto se pasa de ser una "amable" conversación.

—Hoy es tu día de suerte... 

 

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JEFE ENCUBIERTO ShikatemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora