26. Maybe

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Penúltimo capítulo y se me estruja el corazón al pensar que esta historia se está acabando, y es que ha sido una aventura escribir, un sueño hecho realidad.

GRACIAS GRACIAS A TODOS porque si están leyendo esto significa que han compartido esta aventura conmigo.


Temari

He estado en el hospital por tres días, tuvieron que ponerme puntos y lo hizo un experto, un cirujano plástico, no era necesario tanto pero me dijeron de Shikamaru insistió para que me quedaran las menores cicatrices posibles. Sé que no tardaré en sanar con tanto cuidado, eso me tiene positiva. Lo que no me deja tranquila es que en ningún momento él ha venido a verme.

No sé qué esperaba exactamente, mi mente comienza a darle excusas: No ha podido, no ha tenido tiempo, está ocupado terminando este asunto...

Por suerte mis amigas si han estado todos los días acá conmigo, me han consentido muchísimo, Hinata ha traído cuanto globo encontró en la tienda del detalles, Ino ha metido chocolates, no quiero saber cómo porque está prohibido el ingreso de alimentos, Sakura le ha preguntado a cuanto medico entra sobre mi estado de salud. Como siempre ellas me hacen sonreír.

Llamé a mis hermanitos, les dije que había tenido un percance pero insistí en que no vinieran a verme. A Gaara no le pareció nada bueno, pero sé que si vinieran no me dejarían quedarme un día más, el sería capaz de amarrarme para llevarme a casa en donde pueda protegerme. Kankuro me mandó un oso gigante como si tuviera 5 años.

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A una semana ya estoy en mi apartamento, el detective Uchiha me pide que vaya a sus oficinas para dar mis declaraciones. Sakura me va a acompañar, no quiero ir sola.

Al ver de nuevo ese edificio tan tétrico me recorre la esperanza de encontrarme allí con él, pero no es así. Lo único que sucede es un tedioso interrogatorio en el que el pelinegro no disimulaba el interés hacia mi amiga. Desde que se saludaron en la entrada y se dieron la mano sentí que sobraba en la habitación, todo el tiempo Saku tenía sus mejillas encendidas y al final todo aterrizó a donde el azabache lo planeó.

—Sería bueno que como acompañante de la señorita Temari me dejara su número por si necesitamos contactarla para la investigación.

Puse mis ojos en blanco, pero Saku no dudó ni dos segundos en darle su número, como "casualmente" no tenía donde anotarlo le dijo que se lo escribiera en la mano directamente y mantuvieron ese contacto hasta que tosí un poco. Ojalá se le borre porque el día en que ese hombre llame a mi amiga tendré que llevarla directo a urgencias.

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Dos semanas, dos eternas y duras semanas. He estado pendiente de la salud de Kurenai, hace escasos tres días me contó que ya era mamá, tuvo sin mayores complicaciones una preciosa niña.

—Mirai Sarutobi...

Mi corazón rebosó de felicidad al escucharla y prometí ir a verla apenas pueda, pero realmente ahorita no me siento bien para ir a hacer esa visita.

Ni un mensaje, ni una llamada, he visto los noticieros y ni siquiera por allí logro saber algo de su vida. Mentalmente ya no tengo excusas. Simplemente todo acabó.

Ni siquiera sé si aún conservo el empleo en su empresa, la verdad eso no me interesa, porque aunque siguiera en pie yo no podría verlo sin sentir que se me estruja el corazón. Ahorita mismo solo tengo ganas de seguir comiendo lentamente un tarro de helado de nata maní y llenar todo mi alrededor con la rasposa voz de Janis Joplin, como he hecho los últimos días. ¿Me pregunto desde cuando la mujer fuerte que era se convirtió en una gatita con el corazón roto?

JEFE ENCUBIERTO ShikatemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora