JEFE ENCUBIERTO Shikatema

19. Oscuridad

Temari

(Mensajes de texto del celular)

MUJER PROBLEMÁTICA:

Pasó algo... Despedí a Hidan.

BEBE LLORON:

Esto va a empeorar todo.

MUJER PROBLEMÁTICA:

¿Crees que no lo sé?

BEBE LLORON:

Sal de aquí ya mismo, es un fastidio pero vete a tu casa y asegúrate.

Cuando llegues me avisas.

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MUJER PROBLEMATICA:

Ya llegue a casa.

Ya puedo llenar mis pulmones de aire, lo primero es asegurar toda la casa, puerta, ventanas... Doy un paso y escucho una voz.

XXX: Ahora sí, perra.

Luego de eso... oscuridad.

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Shikamaru

Se suponía que Hidan no estaba en la ciudad, no entiendo nada. ¿Qué pasó para que Temari lo haya despedido? Sólo hay una manera de saberlo y no, no es hablando con ella, ni tratando de contactarla, eso ahorita sería ponerla en más peligro.

Como siempre salgo tarde de la empresa, me devuelvo a las oficinas administrativas, veo a una de las mujeres que trabajan allí, debe ser la última que queda y de hecho ya está de salida también.

—Disculpe, ¿La señorita Temari ya se fue?

—Si, ella salió hace un rato...

—Hpm...—frunzo el ceño— Necesitaba que viera unos papeles... ¡Qué fastidio! ¡Desde que mandó de viaje a Hidan esto es un caos!

—No, pero el señor Hidan vino hace un rato y habló con ella

Esto no está nada bien y empeora a cada segundo.

—Él también podría firmarme estos documentos, ¿Ya se fue?

—Si, salió antes que la señorita Temari, hablaron algo en la oficina y luego él se fue.

La mujer ya se va, tengo completo el rompecabezas, Hidan hizo algo para enojar a Temari y ella lo sacó. Eso no fue nada estratégico pero no la puedo juzgar, quien sabe que le hizo este cabrón. El sonido del celular me saca de mis pensamientos.

Un número desconocido....

—Te tengo un trabajo, quiero que te encuentres con Hidan y vayan a atar un cabo suelto, considera que es tu oportunidad de traerme lo que te había pedido. Ve al bar.

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Entro y me acerco como siempre a pedir un trago. Saco mi viejo encendedor metálico, pido un cigarrillo, estoy demasiado ansioso para evitarlo, lo único que me mantiene en mis cabales es el último mensaje de Temari. Apenas doy una bocanada de humo cuando veo entrar a Hidan. Parece más ansioso y descontrolado, si no supiera que clase de tipo es, podría compararlo con un niño que ingresa a una juguetería.

—¡Oh mi amigo Kiba, te extrañé!

Hago una mueca al percibir tanta felicidad y sigo chupando mi cigarro.

—Necesito que me acompañes un par de días a un pequeño viaje.

Meto mis manos en los bolsillos.