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La mayoría de edad es un principio y un final. Algunas personas no quieren llegar a ella, otras lo ansían con toda su alma.

Para Moonie, llegar a la mayoría de edad, significaba perder tu infancia, avanzar hacia la madurez de manera forzosa, perder el título de niña pequeña, tener más obligaciones, el futuro inicio de la universidad, y una etapa atrás como adolescente fanática.

Para Yoonji, significaba la libertad y el inicio de una nueva vida. Significaba no más reglas, la independencia y la tranquilidad de poder vivir aparte de las personas que menos quería en el mundo.

Para ambas, la llegada de los 18 años era algo distinto, pero ambas entendían el punto de vista de la otra, y ambas deseaban para la otra, lo que ellas anhelaban. Yoonji deseaba que Moonie no creciera más y que se quedara como la niña inocente que era, y Moonie deseaba que Yoonji llegara a la adultez y se independizara.

El día que Moonie supo de la mudanza de Yoonji, ella había ido por su amiga para poder iniciar una tarea que la pálida insistía en no hacer, sorprendiéndose con el gran carro de mudanza y todas las cajas fueras de la casa de los Min. Su sorpresa no era de esperarse, hasta el punto de quedarse durante 10 minutos enteros mirando la casa.

La Sra Min había salido en cuanto uno de los ayudantes le advirtió de una chica alta y de aspecto impactado estaba afuera de la casa. No esperaba jactarse, pero si advertirle de las falsas ilusiones que se hacía con su hija, y avisarle que ya no la volvería a ver.

— Veo que Yoonji no te ha hablado de esto — la mujer se acercó tan silenciosamente, que Moonie dio un ligero salto cuando la escuchó —. Te ves sorprendida.

— ¿Se mudaran? — susurró.

— Así es.

— ¿Por qué? — Moonie la miró.

— Según le dije a Yoonji, por trabajo — murmuró —. Pero tu bien sabes por qué razón.

— No... entiendo... — Moonie frunció el ceño mientras miraba sus pies —. No entiendo...

— Lo que ustedes llaman amor... Es una aberración — masculló entre dientes la mujer —. Tienes que entender que eso estaba mal.

— ¿Y por eso se la lleva? — Moonie por fin miro a los ojos a la mujer. Empezaba a sentir lo que Yoonji describía como furia.

— Ella jamás me haría caso como para dejar lo que ustedes tienen. Y tu madre las apoya incluso como para desviarte de ese mal camino... — las palabras de la mujer parecían veneno saliendo de su boca —. En unos años, cuando estés casada y feliz y correctamente enamorada, me lo agradecerás.

— ¡Usted no tiene ningún derecho de controlar nuestras vidas! — chillo Moonie a punto de romper en llanto.

— La de ella si, corazón — La Sra Min miraba de manera curiosa a la morena —. Me sorprende que una chica con tan buena reputación como tu, le conteste de esa manera sus mayores.

Moonie se sonrojó.

— Yo... yo no quería...

— ¿Ahora entiendes cuando todo el mundo te dice que ella es una mala influencia? Te arrastrara al infierno si te aferras.

— Eso no... — la vista de Moonie se había vuelto borrosa por las lágrimas —. No es cierto... E-eso no es cierto...

— ¡Claro que lo es! — chillo la mujer —. Deja de aferrarte de una vez por todas y levanta tu dignidad antes de que sea demasiado tarde.

— Pero Yoonji... — Moonie frunció el ceño, sintiendo un nudo en su pecho al pensar en la simple idea de su amistad acabarse.

— Ella te olvidara tan rápido como el caer de las gotas del agua... — la Sra min toco la cabeza gacha de la chica, como si tuviera la intención de reconfortarla —. Jamás podré salvar a mi hija, pero haré lo que sea por que ella no haga perecer a otros.

— Yoonji... — susurró entre lloriqueos.

— Vete. Yo le dire lo que tu no puedes hacer — la mujer le dio un leve empujoncito —. Regresa a la escuela, limpia tu nombre y encuentra un buen hombre y una buena amistad. Olvídala, su nombre, su aspecto, y todo su pasado juntas.

Moonie sentía que toda su voluntad estaba hecha trizas. Salió corriendo sin poder evitarlo hacia la parada de autobuses. Aun agarraba con fuerza su mochila y no pudo disimular ni un segundo su corazón roto y lastimado enfrente de todo el mundo. Le valió una y otra vez lo que la gente susurraba de su aspecto emocional, pues ya estaba harta del criterio público.

¿Por qué tenía que olvidar a la persona más maravillosa que había conocido?

El autobús empezó a andar, llevandosela consigo y a su corazón roto y su mar de lágrimas.

Mientras tanto, Yoonji regresaba con el pesar en su pecho de su lugar especial, mirando de vez en cuando a su alrededor, viendo la parada de autobús, y viendo el gran vehículo que arrancaba para irse cada vez más lejos de su mirar.

Ojala ella hubiera sabido que ahí iba su chica.

Ojala Moonie hubiera sabido que afuera estaba la causante de sus lágrimas.

Ojala...

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Decidí publicar estos 2 capítulos juntos porque son terriblemente cortos. Aun así, muchas gracias por su lectura y favorito 💗

Como se habrán dado cuenta, intente hacer un Fanart chibi de ellas, aunque la camisa de Moonie me haya salido muy oscura u.u

-K

Mi mejor amiga.//NamGi//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora