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Habían pasado ya dos semanas desde que su hermano mayor se había presentado en su casa, dándole cariño, esperanza, y una oportunidad de alejarse de su madre.

La demanda había sido levantada, y el juicio había sido citado el día de hoy, siendo uno de los días más importantes y nerviosos de su vida. Si su hermano ganaba, regresarían a su antigua casa, la que era suya por derecho y ella volvería a su vida, a su escuela, a su Moonie.

Y eso la tenía muy nerviosa y eufórica.

Su hermano había prometido volver, y más que por él, por ella, porque él comprendía que en su familia, pocas cosas, o más bien, pocas personas llegaban ser importantes en la vida de los Min, y si esa chica de la que tanto hablaba su pequeña hermana, era tan valiosa para ella, entonces también lo seria para él y entonces haría lo que fuera para que su hermana retomará su felicidad con esa chica.

Él comprendía.

A ella no la habían permitido entrar, ya que el juicio no era grande, era muy privado, cotidiano, y tenía que ser lo más directo posible. No había tiempo de papeleos de testigos, y solamente en caso de que se vieran en problemas ella y su hermano, se le llamaría para atestiguar.

Pasaron 2 horas enteras, sentada y mirando hacia la pared, tratando de no perder el juicio y meterse a la habitación de a lado y exigiendo información. Su hermano le había pedido que aguantara un día más, para poder tener una vida más tranquila de ahora en adelante.

El reloj sonaba una y otra vez, mientras el sudor frío se colaba por su espalda, sus manos sudaban, su ritmo cardíaco aumentaba como si estuviera a punto de subirse a un juego mecánico altísimo y la hiciera caer en picada.

Tic toc. Tic toc.

Ambas puertas se abrieron de par en par, mientras que unas personas que ella desconocía salían del cuarto y platicaban entre ellas, hablando de cosas que desconocía y la ignoraban por completo. Casi se puso a chillar al no ver ni a su hermano ni a su abogado, hasta que un par de ojos conocidos la miraron fijamente, haciendo que un escalofrío subiera por su espalda.

Su madre había salido del cuarto.

— Yoonji.

— Madre.

La mujer se veía calmada, lo que hizo que Yoonji se pusiera aun más nerviosa de lo que ya estaba. Ella realmente no quería saber el motivo de su obvia tranquilidad.

— Cuando me embarace de tí, yo soñaba con tener una hija digna, obediente... — alzó su mano para tocar la mejilla de la pálida con suavidad —. Pero en vez de eso te tuve a tí — la mujer frunció el ceño con desagrado mientras movía su muñeca con velocidad y golpeaba con fuerza la mejilla de su hija.

El rostro de Yoonji giro por el impacto del golpe, haciendo que Yoonji chillara mientras se llevaba la mano a la mejilla. Ahogo un gemido de dolor y se giró para ver a su progenitora con odio y rencor. Apenas pudo aguantar las ganas de devolverle el golpe.

— ¿Porque hiciste eso? — gruñó entre dientes la pálida.

— ¿Por qué? — pregunto la mujer con sarcasmo — ¡Porque te lo mereces! ¡Eres una vergüenza para mi al igual que el mal viviente de tu hermano! — la mujer se abalanzó hacia su hija, aventando golpes e intentando agarrarla del cabello para agredirla.

— ¡Basta! — Yoonji apenas podía evitar los arañazos de su madre, mientras chillaba por los jalones y ponía de toda su fuerza de voluntad para no devolverle los golpes —. ¡Madre!

La gente había empezado a murmurar, llamando a los guardias del lugar y llamando a los abogados que habían discutido el juicio junto con el juez y a su hermano. Habían pasado apenas 2 minutos, y 3 hombres tenían sujetada a la mujer, quien se esforzaba con toda su fuerza de soltarse y seguir aventandose a su propia hija. Yoonji, quien tenía ya varios rasguños en el rostro y el cabello alborotado, la miraba horrorizada y asqueada. No podía creer que había tenido que aguantar a esa mujer tantos años, y vivido con ella durante tanto tiempo.

Un poco de paz empezaba a llenarse en su interior cuando la vio siendo arrastrado lejos de ella, sabiendo que el motivo por el enojo de su madre, se debía seguramente a que ella había perdido su patria potestad. Había sido tanto el alivio de ese pensamiento, que no se había dado cuenta que estaba llorando hasta que su hermano la tenía fuertemente abrazada contra su pecho, tratando de calmarla con palabras dulces.

— Prometo que no volverás con ella, hermanita.— Jihoon acariciaba su cabello con dulzura, mientras la apretaba fuertemente de la espalda, y trataba de calmar a su pequeña hermana.

— ¿Jihoon-Oppa?

— ¿Si?

Yoonji despego su rostro húmedo del pecho de su hermano, para mirarlo fijamente y apretar su agarre en su cintura —: Quiero irme a casa.

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Muchas gracias por seguir aquí, realmente las amo 💜

💚Actualización de regalo 💚
~K
💟

Mi mejor amiga.//NamGi//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora