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Yoonji estaba nerviosa, de eso no había duda.

La morena enfrente suyo evitaba su mirada, haciendo que sus nervios aumentarán al igual que su inseguridad. Hacia mucho tiempo que el estomago no se le revolvía como ahora lo hacia, haciendo de aquellos segundos un tormentoso momento. Sus dedos hormigueaban por tocar a la morena que no podía tener sus manos quietas, haciéndola ver adorable ante los ojos atentos de Yoonji que no hacia otra cosa aparte de observarla en silencio mientras juntaba el valor suficiente para hablar con ella.

Aun así, la tensión tuvo que romperse cuando sus miradas chocaron, haciendo estremecerse a cada una.

— Tenemos mucho de que hablar, ¿o no? — empezó la pálida. Su voz jamás era suave y tímida, pero era imposible que saliera de otra manera en ese momento.

— Creo. — Moonie era cortante sin querer serlo —. Aunque para serte sincera, preferiría no tener esta charla nunca.

— Lo entiendo — Yoonji no pudo disimular la tristeza de su voz al oír eso.

— No, no, no — Moonie se puso algo nerviosa —. N-no me mal entiendas... Yo... Quise decir que es muy raro... La platica es algo incomoda y no me gustan las platicas incomodas... Y-yo no me refería a que no quiero hablar contigo, ¡en realidad si quiero! — Moonie se mordió el labio para callarse de una vez, mientras miraba hacia sus manos y trataba de no soltar un revoltijo de palabras otra vez.

Yoonji la miro con dulzura, mientras intentaba controlar sus impulsos de aventarse encima de ella y abrazarle de una vez por todas. Aun a pesar de sus deseos, guardo sus impulsos y solo tomo la mano de aquella chica, acto que hizo a ambas sonrojarse.

— Perdón — murmuró la pálida —. Por todo.

— Yo...

— Enserio, Mon. No tienes idea de todo lo que paso desde la última vez que nós vimos... — Yoonji tomo una bocanada de aire —. Yo no me despedí porque no quisiera... Mi madre...

— Entiendo todo, no hace falta, enserio. — Moonie empezaba a quitar su mano de la mano de la pálida.

— No, no entiendes — Yoonji apretó su agarre para que Moonie no se soltara —. Ella estaba loca... Ella estaba realmente loca y ahorita no se nada de ella y no quiero saber nunca más de su paradero.

— ¿Que pasó? — Moonie no podía evitar su educación, y el saber que Yoonji ya no vivía con su madre, significaba muchas cosas.

— Mi hermano, el regresó — Yoonji apenas sonrió —. Él hizo una demanda, cosa que a mi madre no le gustó y terminó peleando mi custodia. Se efectuó la demanda y mi hermano ganó, cosa que a mamá no le gustó y termino mal diciéndonos a ambos.

— Por Dios... — Moonie soltó un pequeño suspiro —. ¿Y como te sientes al respecto?

— Mejor que nunca. Puedo respirar tranquila ahora. La verdad nunca me había sentido tan bien y tan serena... — Yoonji le sonrió, mostrando sus rosadas encías y contagiando a Moonie haciendo que ella también sonriera —. Por eso regrese. Mi hermano peleó la casa de papá y nós la quedamos por derecho. Regrese por tí.

Moonie borro la sonrisa de su rostro, para después agachar la mirada y quitar la mano del agarre de la pálida. La había hecho sonrojar otra vez, y aunque le alegraba la confesión de la pálida, aun había cosas que no entendía y le seguían doliendo. El resentimiento es algo que nunca pudo entrar en el corazón tierno y humilde de la morena, pero el dolor pasado de su pequeño corazón roto, la seguía poniendo en desconfianza. Aun así, ella reconocía que en parte había sido su culpa, y por ello escucharía todo lo que la pálida tendría por decir.

Mi mejor amiga.//NamGi//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora