14: ¿Qué?

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-Muy bien y ahora...¿qué sigue?

-Yo creo que lo que sigue por ahora, es irnos a comer...

-¿Qué? Pero si estamos en lo más interesante- dijo Renata jalándome del brazo mientras me levantaba de la cama

-Pero para poder seguir con la investigación necesitamos comer Renata, ¡suéltame y levántate!

-Ash...está bien- dijo más por fuerza que por gana.

-¿y qué vamos a comer?

-Bueno, no lo sé, podemos salir y buscar...de todas maneras aún no tienes hambre ¿o sí?

-Mmmmm...está bien.

Renata y yo salimos de mi casa para buscar un lugar para comer...cerca del vecindario había algunos locales, tiendas y puestos de comida, además de una plaza comercial, así que no sería muy difícil encontrar un lugar para comer que nos gustara a ambas...o eso creí.

Al llegar ahí caminamos tanto que el hambre comenzó a ponernos de mal humor.

-¡Por Dios Renata decídete ya!

-Uy disculpe señorita "yo quiero lo que sea" pero que a la mera hora no quiere nada.

-¿Disculpa?...¡Me parece que te estás refiriendo a ti misma!

-¿Qué rayos?... ¿sabes qué? Mejor me voy a mi casa...

-¡Anda! ¡Veteee!- le dije con un ademán.

-Pues bueno...¡Me voy!- dijo mientras daba la vuelta para irse pero en ese momento alguien la detuvo.

-¡Señoritas, tranquilas! ¿Hay algún problema?

-¿Ah, eh? No no...-dijo Renata nerviosa.

-¿Vinieron a comer también?

-Ammmm...si- dije yo también algo nerviosa.

-Conozco un lugar muy bueno cerca de aquí, estoy seguro de que les encantará. Permítanme mostrarles...- dijo mientras nos invitaba a caminar hacía cierta dirección.

Creo que su aspecto intimidante fue lo que nos impidió tanto a Renata como a mí negarnos a su petición...Era el maestro de arte experimental, aquel que me había dicho que quería saber sobre mi pasado...¿acaso estaba loco? Como quiera que fuera, no pudimos decir que no y caminamos juntos hasta un restaurante que nunca antes había visto y que a decir verdad, se veía bastante elegante y costoso...

-Ammm...¿Disculpe?- dijo Renata tocándole el hombro.

-¿Si?...dijo el maestro extrañado.

-No creo que seamos capaces de pagar algo así...-dijo Renata asustada.

-Oh, no se preocupen...no es tan caro como se ve, de verdad. Créanme, pasen por favor.

Entramos sin poder negarnos de nuevo. El lugar era enorme y hermoso...tenía tintes Italianos preciosos, una iluminación tenue pero adecuada y un aroma a madera y vino que hicieron que me volviera loca...Creo que tanto Renata como yo, estábamos completamente maravilladas con la atmosfera del lugar.

-Pueden sentarse donde gusten, aunque siendo sinceros, me sentiría muy honrado de que me acompañaran en la misma mesa...-dijo con una sonrisa.

Renata y yo nos miramos mutuamente, nos sentíamos algo incómodas y sabíamos que preferíamos sentarnos solas, sin embargo, como ya lo dije antes...nos fue imposible decir que no, el maestro lucía tan amable y tan necesitado de compañía que nos dio un poco de pena negarnos, y más después de su hospitalidad. Nos sentamos con él en una mesa para 4 y ordenamos. Cuando Renata y yo vimos la carta nos volvimos a mirar con miedo...el menú realmente era costoso y sobre todo extraño. Definitivamente no éramos las chicas más cultas, todo estaba en Italiano y las descripciones de los platillos tenían palabras que nunca habíamos visto en nuestras vidas...pedimos lo que nos llamaba un poco más la atención, esperando que fuera algo no tan extraño o difícil de comer y comenzamos a preguntarnos como rayos pagaríamos todo...

ÉlWhere stories live. Discover now