17: Cero y van dos

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Nicolás se veía increíble bajo la luz de la luna en aquel jardín, sus ojos verdes brillaban como nunca antes y mi sonrisa, no lograba desaparecer...

El resto de la noche la pasamos ahí, bailando como si no hubiera nada más hasta que el sonido de mi celular interrumpió el momento. Era una llamada de Renata...

-Lo siento, creo que ya es momento de que me vaya, si llego mucho más tarde estaré en graves problemas.

-Claro Alessa, no te preocupes. Gracias por esta noche tan maravillosa...-dijo con una sonrisa seductora que me heló la sangre.

-Gracias a ti, por invitarme...-dije mirando hacia abajo.

-Alessa...-se acercó y tomó mi rostro obligándome a mirarlo.- Me gustas.

-¿Queeeeee? - Me puse más colorada que un jitomate y me quedé muda en un segundo. Él dejó salir una pequeña carcajada y antes de que yo pudiera decir palabra...él se acercó un poco más. Las mariposas en mi estómago eran incontrolables. No podía creer lo que acababa de escuchar...

-No tienes que responder ahora, de hecho ni siquiera tienes que corresponderme, es solo que ya no podía soportarlo...-me dio un beso en la mejilla y se fue.

Me quedé parada como una tonta, sin poder decir nada aún, completamente paralizada y atontada. Confundida y llena de emociones. El frío era cada vez más profundo pero el calor de aquel beso me recorría todo el cuerpo, aún sentía sus labios sobre mi mejilla, aún seguía sin creerlo...me sentía una tonta. ¿por qué no dije nada?

-¡Alessa! ¡Tengo toda la noche llamándote por teléfono! ¿Por qué diablos no contestas?- Escuché a Renata furiosa acercándose detrás. Sin embargo yo seguía sin poder decir nada...-¿Ahora vas a ignorarme? ¡Maldita sea, dime algo!-dijo volteándome hacia ella.

-Reni, yo...

-¿Qué, qué tienes?-dijo preocupada.

-Nicolás...yo...le gusto.

-¿Queeeeeee? ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

-Renata, ¡cállate!

-Jajajaja perdona, es que...yo también tengo algo que decirte.- dijo emocionada, saltando como una niña pequeña.

-¿Qué cosa? ¡Habla!

-Ángel... ¡Ángel y yo nos hicimos novios!

-¿Queeee? ¡Ahhhhh, que emoción! ¡Qué bieeeen!

Ambas comenzamos a saltar y abrazarnos como unas locas.

-¿y bien? ¿Tú le dijiste también que te gusta?-preguntó sonriente.

-Ah...eso. Bueno, en realidad...-comencé a decir nerviosa.

-No...¡No me digas que no le correspondiste! ¡Alessaaaaaaa!- comenzó a gritar dramáticamente.

-Renata, tranquilízate. Lo que pasa es que me paralicé por completo, no...no pude decir nada, ni siquiera lo esperaba. Además, tengo derecho a pensarlo ¿no crees?

-¿De qué estás hablando? ¡Es uno de los chicos más lindos de la escuela! Y no hablo solo de su físico...

-Ya lo sé, ¡Ya lo sé!...-dije frustada- es solo que...

-No me digas que sigues pensando en el Raúl ese-interrumpió.

No pude decir nada...de alguna forma no podía contradecir ese hecho, pero tampoco podía gustarme alguien que no veía desde hacía 10 años, no podía estar enamorada de alguien que ni siquiera sabía cómo lucía, como sonaba su voz, o sin saber si quiera si seguía con vida...no podía estar enamorada de un completo extraño...

ÉlWhere stories live. Discover now