21: Tan cerca y tan lejos...

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Hoy era el gran día. La mañana del sábado...el día que iríamos a ver a la tía Irene y el día en el que todo podía cambiar. Mi corazón estaba más confundido que nunca y sentía como si se fuera a salir de mi pecho. La noche anterior no había pegado un ojo. El insomnio fue tal, que lo único que pude hacer durante toda la noche fue escuchar algo de música para tratar de tranquilizarme...el tiempo pasaba tan lento que me daban ganas de gritar...Me levanté y saqué la caja que me había regalado mi tía, saqué las notas misteriosas, la carta y el dibujo de Raúl, la carta de la tía Irene para mi madre, entre otras cosas pequeñas e insignificantes, pero tan valiosas para mí...me quedé a contemplarlas y comencé a recordar. Tantos momentos, tantas personas, tantas cosas, tantos sentimientos...en mis ojos se asomaban las lágrimas de lo que alguna vez fue y que tal vez no sería nunca más.

¿Realmente podía ser Raúl? ¿Lo reconocería? ¿Él me recordaría? Tal vez ni siquiera pudiera pronunciar palabra, tal vez me quedaría muda y correría del miedo, tal vez simplemente sonreiría, me pondría nerviosa y diría tonterías...el solo pensar en ello me hacía sentir emocionada, asustada, ilusionada...Estábamos tan cerca y a la vez tan lejos. La tía Irene sería nuestro puente. Cada vez podía sentir como nos acercábamos más y más...cómo mis pasos se acercaban a los suyos, poco a poco...hasta que casi podía sentir los latidos de su corazón.

Sí, no iba a negarlo, mi corazón se sentía ilusionado, ilusionado de volver a ver al que fue un día su primer amor, de volver a sentir eso que sintió hacía tanto y que había sido el inicio de su destino y su pasión. De alguna forma sentía que no todo estaba perdido y que podríamos volver a estar juntos, así como antes...

Eran las 7:30 a.m. y mi celular comenzó a sonar.

-¿Bueno?-contesté.

-Alessa, ¿estás lista?

-¡Reni! Hola, si si...estoy lista. ¿Fernando dijo que si?

-Sí, lo tengo aquí al lado...después de rogarle y casi hincarme frente a él, me dijo que si...

-¡Ahhhhhhhhh! Gracias Reni!-dije casi gritando.

-Ok, tranquila, tranquila...no quiero quedarme sorda tan joven.

-Jajaja, lo siento amiga...-a lo lejos pude escuchar la risa de Fernando ante mi reacción.

-¿A qué hora nos iremos?

-Bueno, creo que pasaremos por ti a eso de las 9:00 para llegar a la casa de tu tía como a las 2:00 de la tarde ¿Te parece bien?

-Uff...-exhalé nerviosa...-de acuerdo.

-Tranquila Alessa, todo estará bien.

-Eso espero, eso espero...

Colgamos, me di un baño y me arreglé...tenía una hora para alistarme y ordenar mis pensamientos. Metí todo lo de mi caja de recuerdos en mi mochila y bajé a la cocina para avisarle a mi madre.

-Mamá, hoy es el día...-dije ansiosa. Ella simplemente me sonrió y me tomó en sus brazos. Su abrazo estaba tan lleno de calor que me reconfortó y me hizo sentir un poco más tranquila.

-Recuerda hija, no importa lo que pase, ¿de acuerdo? Todo pasa y la vida sigue.

-Sí mamá, gracias. Reni llegará junto con Fernando a las 9:00

-Muy bien, cuídense mucho y por favor avísame cuando hayan llegado a la casa de tu tía.

-Sí mamá, iré contándotelo todo. Oye por cierto... ¿Kristen sabe sobre esto?

-Mmmm...no, a menos que tú se lo hayas dicho.- dijo extrañada...

-Ah muy bien...por favor no se lo digas mamá, ¿está bien?-dije suplicante.

ÉlWhere stories live. Discover now