18: Cada vez más cerca

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Renata tenía razón. No tenía ni la más mínima idea de dónde podía estar cualquiera de los dos. No tenía sus contactos, no tenía su número. No sabía dónde vivían...no tenía nada. Leonardo había cortado completa comunicación con Damián y sus amigos de la preparatoria al igual que yo...

-Creo que no nos quedará más remedio que esperar al próximo mensaje...

-Tienes razón, tal vez nos de alguna pista...-dijo Renata decepcionada.

-Pues si...por ahora vamos a darnos prisa o no llegaremos a la clase.

Renata y yo nos alistamos y pasamos a mi casa para recoger mis cosas. Me despedí de mi mamá y nos fuimos casi corriendo. Faltaba media hora para que comenzara la clase, teníamos ya poco tiempo y tratamos de ir lo más rápido posible, estando ya en la entrada de la universidad me di cuenta de que teníamos un poco de tiempo y me atreví a preguntarle a Renata sobre su hermano.

-Oye Reni...

-¿Si?

-¿Por qué nunca me contaste sobre tu hermano?

-Ah eso...-bajó la mirada de repente.- bueno, no nos llevamos muy bien ¿sabes? Somos muy diferentes así que prefiero evitarlo...

-Pero él parece ser una buena persona- dije confundida.

-Si...no es una mala persona pero, simplemente es todo lo opuesto a mí...-tal vez luego me sienta con humor de platicarte la historia, ¿por ahora qué te parece si lo dejamos así?-sonrió forzadamente y aceleró el paso.

-Está bien, creo que no debí preguntar- ahora me sentía mal por hacerla sentir incómoda.

-Oh no, no te preocupes...finalmente algún día tendría que pasar esto.

Llegamos a nuestros casilleros y debo admitir que antes de abrirlo sentí una terrible ansiedad. Mi casillero se había convertido en el lugar favorito del chico secreto para dejar sus mensajes y yo ya me estaba volviendo paranoica. A pesar de que siempre esperaba que esos mensajes terminaran, debo admitir que esta vez anhelaba encontrar algo al abrir mi casillero. Cualquier cosa que me acercara un poco más a esta persona, que me acercara a saber la verdad...lo abrí con miedo y desesperación. Sin embargo...no había nada.

-¿Encontraste algo?

-Nada...-dije desmotivada.

Tomamos nuestras cosas y nos dirigimos a la clase de pintura experimental.

-Bienvenidas señoritas.

-Hola maestro-dijimos sonrientes.

Como el maestro había dicho, Renata y yo llevábamos ropa que pudiéramos ensuciar sin problema e íbamos con un look algo deportivo y desenfadado. Cuando llegamos nos dimos cuenta de que toda la sala se encontraba forrada de papel periódico. Al parecer era verdad lo que él nos había contado. Esto se iba a poner interesante y algo salvaje. Al frente había unos grandes botes de pinturas de muchos colores y algunos bastidores también en blanco.

-Muy bien jóvenes, zapatos y mochilas afuera. Cualquier objeto que deseen conservar sin daños por favor guárdenlo cuidadosamente porque hoy saldremos de aquí algo manchados...

Todos estaban muy emocionados y el maestro parecía estar de muy buen humor. Después de que nos dio un poco de teoría...la acción comenzó.

-Muy bien chicos, antes de entrar en materia como tal y comenzar la diversión, tomen un bastidor y colóquenlo frente a ustedes. Cada uno va a imaginar...a visualizar perfectamente que es lo que les gustaría plasmar en el cuadro. Hablen con su yo interno y busquen y plasmen lo que están sintiendo, plasmen cada sentimiento y pensamiento más profundo dentro de su lienzo en blanco. Si así lo desean pueden dibujar bocetos, crear líneas guía o simplemente dejar que todo salga y sea como tenga que ser...

ÉlWhere stories live. Discover now