8: No puede ser verdad

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Era temprano por la mañana y mi mamá comenzó a gritarme impacientemente.

-¡Alessa! ¡Alessa! Ya baja a desayunar.

-¡Ya voy mamá!- dije un poco enfadada.

Era muy raro, mi mamá nunca hacía el desayuno tan temprano y yo ni siquiera me había quitado la pijama, me cambié lo más rápido que pude y bajé.

-¿Qué pasa mamá por qué tan desesperada? ¿y por qué estás sirviendo el desayuno tan temprano?

-¿Es que no lo recuerdas?

-¿Eh? ¿Qué cosa?

-Hoy íbamos a ir al mercado a comprar plantas y ya sabes que es un camino largo y sobre todo, que hay muchos lugares que visitar y mucho de donde escoger.

-¿Qué? ¡Yo nunca prometí acompañarte a nada así!

-¡Claro que si Alessa y de todas formas no es una opción! ¡Me vas a acompañar y punto!- dijo enojada.

¿Qué le pasaba a mi madre? Hoy estaba de muy mal humor y comenzaba a irritarme. Ir con mi mamá a comprar sus preciadas plantas era como el infierno, no le gustaba ir en coche porque nunca había lugar para estacionarse, así que debíamos caminar un tramo muy muy largo para poder llegar al centro de la ciudad al mercado porque era el único lugar donde le gustaba comprarlas (tal vez porque era ahí a donde siempre la llevaba mi padre) y después de llegar ahí caminábamos por horas de lugar en lugar hasta que mi madre encontrara las flores "perfectas". Yo no era amante de las flores, es decir, eran bellas y me gustaba pintarlas, pero más allá de eso para mí representaban una carga y prefería no comprarlas.

Comimos rápido, me lavé los dientes y subí por mi bolso.

-¡Vamos Alessa!

-¡Ya voy!- dije enfadada.

Salimos de casa y al cerrar la puerta mi madre me dijo apresurada

Alessa, recoge eso que se te cayó y ya vámonos de una vez- mire hacia abajo y había un papel a mis pies, lo recogí y lo desdoblé- "solo quiero verte una vez más"- esa era la leyenda que tenía escrita dentro, con la misma letra que el primer papel que me había dado Renata, voltee desesperadamente a mi alrededor pero no había nadie...lo guardé en mi bolsa, traté de no darle importancia y me apresuré a alcanzar a mi madre que ya me había dejado unos cuantos pasos atrás.

-¿Qué era eso Alessa?

-Nada mamá, solo un papel que seguramente alguien más tiró.

-Oh bueno, vamos rápido para alcanzar a recorrer todo el lugar- me dijo con una sonrisa. ¿Por qué ahora estaba feliz?

-¿Sabes Alessa? Eh estado recordando a tu padre- me dijo con algo de melancolía.

-¿Eh? Pero tú nunca quieres hablar de eso.

-Lo sé, pero hoy quiero recordarlo...desde su muerte me he sentido muy sola, y el hacer esto me hace sentirme un poco más cerca de él, perdona si te obligo a venir conmigo pero es que tú y Kristen son lo único que me queda...- mi madre comenzó a llorar y traté de consolarla, en todo el camino me platicó mucho sobre mi padre, cosa que era muy inusual y a veces un poco incómoda, pues siempre se ponía a llorar.

Llegamos al lugar y se veía bastante diferente a como recordaba que era la última vez que lo visité, ahora lo veía más grande, con más puestos y tiendas, y sobre todo mucho más bonito. Como si en lugar de ser un mercado antiguo, fuera uno bastante moderno y bello.

Mi madre caminaba muy rápido y yo me dedicaba a seguirla, entramos a un lugar que más que una tienda parecía un jardín o un invernadero. Nunca lo había visto antes pero era muy hermoso y muy grande, por un momento me recordó al jardín de la tía Irene y sentí un poco de melancolía. De pronto el cielo comenzó a nublarse y empezó a oscurecer.

Mi mamá caminaba cada vez más y más rápido, todo se hacía cada vez más oscuro, de pronto la perdí de vista y comencé a desesperarme.

-¡Mamá! ¡Mamá!- La llamé muchas veces pero parecía no escucharme. El lugar me pareció de pronto un laberinto, comencé a mirar a mí alrededor intentando encontrar la salida o tratando de encontrar a mi madre, al observar detenidamente el camino por el que caminaba comencé a notar algo muy extraño... como si fuera una pesadilla comencé a encontrarme cartas como las que había encontrado antes. Comencé a tomarlas y al abrirlas tenían la misma letra negra y desordenada de antes.

Al mirar a mí alrededor noté que toda la gente seguía con su vida de manera normal, nadie notaba nada extraño, nadie me notaba si quiera. Era como si yo fuera la única persona que notara esas cartas extrañas. Cada vez había más y más, comenzaba a sentir miedo mientras seguía su rastro, en fila una tras otra, aparecían frente a mí, ya ni siquiera reparaba en las cosas que decían y ni siquiera entendía porque seguía recogiéndolas.

Tal vez, a pesar del temor que sentía, era mi intensa curiosidad por saber quien mandaba esas extrañas cartas la que me incitaba a seguir...comenzó a llover, el ambiente era cada vez más pesado y oscuro, no había más gente, solo éramos yo y el extraño escritor.

Vi una sombra delante de mí, corrí para alcanzarla pero era demasiado rápida, solté las cartas y comencé a correr cada vez más rápido, estaba frente a mí una persona vestida de negro, un hombre sin duda. Seguía corriendo y yo detrás de él...estaba a punto de alcanzarlo, no había salida, sin duda descubriría por fin quien era el hombre que jugaba con mi mente. Llegamos a un lugar sin salida, lo tomé de los hombros con fuerza para observar su rostro y justo cuando estaba a punto de verlo...

-¡Alessa! ¡Alessa!- gritó mi mamá con desesperación.- ¿Por qué no te has despertado?

¡Me levante de un susto y mi corazón latía muy fuerte! ¿Había sido un sueño? Se había sentido tan real, estaba sudando y me sentía agitada. Definitivamente este asunto no me dejaría tranquila hasta que averiguara quien era la persona que había escrito esa carta...

-¡Ya voy mamá!

Bajé a desayunar y ayudé a mi mamá en casa todo el día. Era sábado, mi mamá no trabajaba los fines de semana así que trataba de ayudarla en lo que podía.

-Alessa, ¿te pasa algo?- me preguntó mientras me miraba detenidamente.

-No mamá, estoy bien, es solo que tuve un sueño algo extraño, pero todo está bien- le dije con una gran sonrisa.

No quería preocuparla ni darle más detalles hasta que tuviera más pistas.



Nota: Muchas gracias a quienes me leen y me dan su apoyo. Significa mucho para mí y de verdad espero que la historia les esté gustando.

¿Por qué Alessa está tan paranoica con respecto al papel que le mandaron? bueno...recuerden que aunque ella no quiera admitirlo, es Raúl quien siempre llega a su mente al pensar en el asunto. No olviden darme un voto y una vez más, gracias. :) 

ÉlWhere stories live. Discover now