17.La pesadilla de Bruce

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En este capítulo nos adentramos en la mente de Bruce, siendo él quien narra esta vez.

17. La pesadilla de Bruce

Querido diario, ¿Qué te puedo contar hoy viejo amigo? Me has acompañado desde la niñez, desde mi amor por las primeras letras y aquí sigues, siempre fiel a mis secretos, aunque ellos no sean dignos de un hombre y a veces, actúe contradictoriamente a mis principios.

Como me está sucediendo con ese joven chico, Nicolás.

Sé que tendría que haberle echado de casa, aprovechar cuando se marchó para acabar con esta locura, sin embargo, no pude hacer más que esperar a que regresara.

Le elegí basándome en que era un chico desprotegido, desesperado, con la ilusión de comenzar una nueva vida. Su pasado había sido doloroso, no habíamos hablado en absoluto pero la tristeza que ocultaba el cielo azul de su mirada, me lo confirmaba. Por desgracia, había llovido mucho sobre aquellas mejillas.

Pensaba que mi dinero le abrumaría, la casa, la piscina, el lujo, el coche, la empresa... todo un mundo nuevo, abierto a él, una oportunidad que cualquiera estaría deseando tener, incluso quiénes no hayan tenido la mitad de necesidades.

¿Qué importo yo? Nada, hombres como yo hay montones, después de quedárselo todo, podría rehacer su vida y seguir con el punto y aparte que yo supondría en la historia de su camino.

Pero no, me equivoqué totalmente.

Nicolás no muestra nada de interés por el dinero, no le impresiona el lujo y no cree necesitarlo, Nicolás no ve la diferencia entre ser un trabajador normal, que gana unos 800/1000 € y ganas miles y miles de euros.

Quizás se ha acostumbrado tanto a vivir en pésimas condiciones que ya no quiere abandonar su zona de confort, o tal vez este estilo de vida le parece aburrida, no podría decidirme sobre cual es la opción acertada para ese chico, solo sé, que ha sido de lo más impredecible.

Cuando mi expareja supo de mi enfermedad dejó de mirarme de la misma forma, pensaba que al menos se quedaría hasta el final, pero tardó poco en encontrar a un hombre con más dinero, con más salud, con menos edad y posiblemente, que duraría más en la cama.

Querido diario, hemos pasado por tanto tú y yo, sois las letras mi único regocijo, la verdadera herencia de quien es Bruce Hunter, un hombre despechado.

Al saber que esto sucedería, al recibir mi diagnóstico, sentí que el mundo se me caía sobre los hombros, después, al descubrir la carencia de afecto por parte de todos los que yo consideraba mi seres queridos, al ver la alegría disfrazada de fingida tristeza, me di cuenta, de que toda mi vida había sido una mentira.

Años de esfuerzos para conseguir la admiración de nadie. Para terminar solo. Para que el hombre al que más detesto, Julien Smith, sea heredero de la empresa de mi padre, la cual levanté yo con el sudor de mi frente.

Nunca permitiré que el hijo del hombre, con el que mi madre le fue infiel a mi padre, en sus años primerizos de matrimonio, herede el fruto de nuestro esfuerzo, antes, despediré a todos los empleados indemnizándolos correctamente y acabaré por siempre con la empresa Hunter.

Sí, es lo que mi padre hubiese hecho de no saber que todo quedaba en mis manos, es lo que mi padre, hubiese querido.

Y sé que si hay un más allá u otra vida, y volvemos a vernos, me dará una palmada en la espalda, me dirá que está orgulloso de mi y me mirará con esos ojos sinceros que tanto extraño, esos mismos ojos con los que me mira Nicolás.

La pesadilla de BruceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora