Ties of a split heart

- Capítulo 7: Confrontación.

Ante las palabras de Yakov, un sumbido comenzo a asediar a Victor, las palabras de su entrenador hacian eco en su cabeza una y otra vez.

- Me estas mintiendo- su voz tembló.

Victor corría apresurado hacia el estadio, hacia la pista de patinaje donde entrenan.

- No es una mentira Victor... siento decirte esto, pero no hay nada que puedas hacer al respecto -

Corría despavorido entre la gente, chocando con ellos y sin tiempo para disculparse.

- ¡Yakov! Debe ser un error! Mi Yuuri no haría eso... no ahora- exclamó afligido Víctor desde la otra linea.

Victor seguía corriendo entre las calles cubiertas de nieve sin parar, sentía que el aliento se le iba de sus pulmones junto con su corazón.

- ¡Óigame señor! ¡¿Que le pasa?! ¡¡Tenga más cuidado!! -le gritó un conductor, al detenerse violentamente, ya que Victor sin importarle nada, cruzó la calle sin siquiera importarle que los autos estaban pasando.

Para Victor en esos instantes todo carecía de importancia, excepto el volver a ver a Yuuri, de encontrarse con al por fin nuevamente y poder tenerlo entre sus brazos.

De poder explicarle que ambos fueron engañados por Lukyan, que todo fue una trampa... aunque... si bien, se equivocó en haberle permitido a Lukyan llegar tan lejos, ahora más que nunca lo entendía.

Para Victor no habrá nadie que pueda usurpar el lugar de su querido Yuuri.

Victor ahora estaba decidido a contarle absolutamente todo sobre si mismo a Yuuri.

Solo que... esperaba que no fuera demasiado tarde, más aun, en el posible estado en el que se encuentra su amado.

Contra todos, o contra quien sea, recuperaría a Yuuri y le marcaría como suyo para siempre.

Especialmente cuando un pequeño milagro podría venir en camino.

Nadie le alejaría de su única y verdadera familia.

Agitado, logro llegar al fin al centro de patinaje, quienes le veían prontamente empezaron a reunirse para cuchichear sobre ello.

Todo el mundo a estas instancias sabía del escándalo que se cernía sobre Victor.

Ahora al ruso poco le importaba que hablaran a sus espaldas.

Sus opiniones le eran nada.

Solo una persona es a la que el le importaba toda palabra que saliera de su boca.

Y ese no era otro más y únicamente que su querido Yuuri. 

En cuanto más se acercaba, recorriendo los pasillos hasta llegar a la pista, lo percibía.

Era el aroma más dulce y cálido que podría haber sentido en toda su vida.

Era un aroma que le recordaba incluso, por muy remotamente que fuera, y aunque su edad era demasiado temprana, ese maravilloso y tierno aroma le recordó al aroma de su propia madre.

Sin darse cuenta, su paso se acelero hasta casi correr nuevamente en dirección a ese aroma.

No había duda alguna.

Era el aroma de su querido Yuuri.

Se moría por llegar a su lado, abrazarle y llenarle de besos, de protegerle y encerrarse ambos en su hogar para que nadie pudiese ver ni encontrar a Yuuri.

Definitivamente, ahora que su lado alfa por fin se había puesto en sintonia consigo mismo, más que núnca estaba desesperado  por estar con su amado Yuuri.