- Capítulo 18: ¿Quiénes somos?-

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Bueno... y aquí vamos de nuevo... jejejeje holaaa~~~ <3 ¿Me extrañaron? Ya sabía que son un amor y por ello no me van a dar chanclasos. 😘😘😘

Les quiero mucho por lo que me disculpo por la tan tardada actualización haciendoles un cap largo(?) :3

Como siempre perdonen por todos los tipos de errores de redacción y ortografía que puedan encontrar.

Sin más, que disfruten de la lectura.

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La mañana llegaba introduciendo su luz por una de los grandes Ventanales de la mansión.

Una habitación prontamente era llenada de esa claridad, mostrando todo a su paso.

Las ropas desparramadas en el suelo, las sábanas revueltas, el velo que cubría la extensa cama que ahora era un nido predilecto mostraba las siluetas de una pareja que aún seguían dándose amor sin descanso haciendo que la cama no dejase de moverse y rechinar.

-Ahhh, Ahhh... Vitya... ummm, sii, asíii más...– musitaba cierto japonés con el cuerpo completamente aperlado en sudor, con su piel sonrojada, desde su rostro que mostraba el éxtasis de sentir tanto placer con cada movimiento hasta sus mejías, cuello y clavículas coloradas como si una cereza fuera, con su pecho que subía y bajaba desenfrenado debido al extenuante movimiento que no daba tregua al descanso.

Yuuri subía y bajaba montando a Víctor con hambruna.

El ruso estaba en trance, extasiado ante la magnífica vista de la que solo él podía ser testigo.

La tenue luz del invierno que se colaba en la habitación, entraba pecaminosamente entre el desgarrado velo del dosel de la cama, iluminando la figura de Yuuri, mostrándole como su Omega le devoraba sin descanso su erecta y gran hombría que entraba y salía de ese hermoso y cálido hogar que le succionaba y le hacía llorar de placer y felicidad, dejando escuchar el chapoteo intenso de sus pieles chocando, de la esencia derramada y abundante que salía y entraba con cada estocada que recibía Yuuri con gusto.

Víctor embelesado miraba como todo el cuerpo de su querido Yuuri estaba marcado por el.

De cómo esos hermosos y apetecibles pezones tan deliciosamente blanditos y rosaditos ahora se encontraban hinchaditos, erguidos y rojizos como muestra de haber sido mordidos, chupados y lamidos sin descanso, dejándose ver las marcas alrededor de toda la areola en los muy sensibles botoncitos de Yuuri.

Debido al embarazo, el pecho del nipón era más suavecito y abultado que antes, seguramente debido a que su cuerpo se preparaba desde ya para cuando sus cachorros naciesen y así alimentarles abundantemente con su néctar materno lleno de vida.

Desde que habían entrado a la habitación, ambos se habían sumergido en el deseo incontrolable, en la pasión y la necesidad de ser uno nuevamente.

Inexplicablemente, Yuuri había entrado en celo aun durante su embarazo y esto hizo que el celo de Víctor se adelantara para así ambos sincronizarse, y sincronizar sus celos completamente.

Muy seguramente de ahora en adelante, el celo de ambos iniciaría al mismo tiempo para así copular perfectamente y reafirmar su lazo, y constatando así que este solo reaccionaría para con su destinado.

-Ummm Vitya... Ya no puedo... mis piernas... estoy cansado... Vitya ahh... pero...me gusta aquí- musito el japonés mientras tocaba su abultado vientre por el embarazo y las abundantes corridas de Víctor dentro de él.

-Mi amor... mi cielo, ¿Deseas que nos detengamos? –pregunto el ruso mientras acariciaba las caderas y el vientre de Yuuri con dulzura.

-No-no quiero... me gusta tenerte dentro de mi... ummm- afirmo de manera mimosa, mientras ahora dejaba de saltar y se movía lento, en círculos, restregándose en la pelvis del ruso mientras tenia aun dentro suyo el miembro de su alfa.

Ties of a split heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora