-Capítulo 11: Contra el Reloj-

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Bueno... que puedo decirles, después de un buen tiempo vuelvo a actualizar de nuevo jejejeje, (le tiran la chancla)

Bien, a lo que iba.

Hace poco Courles san hizo lo que se podría decir un extra de haze, esto me ayudo a definir ciertas cosas y ver con más claridad otras.

Pero en la historia habran algunas diferencias, por ejemplo, en esta cobtinuación que estoy haciendo, Mila es una omega(aparentemente) y Yurio también es un omega.

De verdad muchas gracias por leer esta historia, por lo que de antemano me disculpo por cualquier Horror tanto en ortografía y redacción que les hagan sangrar los ojos..

Bueno, creo que ya hable demasiado.

En fin, que disfruten de la lectura 😉

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Luego de retirarse del apartamento que ocupó momentáneamente, he instalándose en un hotel pequeño unos dos días y de haber comprado por línea su boleto de avión, Yuuri se encontraba ahora en el asiento trasero de un taxi, viendo en silencio por la ventanilla del vehículo.

Era el paisaje frio en las calles de Rusia... El País en donde pensó que sus sueños y anhelos junto al amor de su vida a pesar de todas las adversidades y las críticas, serían una realidad, no obstante, la vida y el instinto le había abofeteado en el rostro contundentemente mostrándole que sus esperanzas nunca se verían realizadas y que sus deseos yacían vanos en tierra estéril.

Alfa, Beta y Omega nunca podrían ser iguales.

Un alfa y un Beta jamás podrían estar juntos, el compartir, el sentir y tener la más única y grande conexión que naturalmente existía entre Alfa y Omega era inequívocamente imposible para los betas.

Entre sus cavilaciones Yuuri recordaba como su madre le había dicho que el camino que deseaba recorrer junto Víctor, sería uno lleno de espinas, no obstante, de la misma manera que las rosas que florecen con ímpetu, ambos debían de luchar y probar que el amor que existía entre ellos no era una ilusión y podría sobrepasar incluso al instinto.

Ese era la firme esperanza que la mujer mantuvo y mantiene hasta hoy en día, deseando desde el fondo de su corazón la felicidad de su hijo.

-Yuuri, no importa que tan grande sean las pruebas he impedimentos que Vicchan y tu puedan pasar... Lucha hijo mío, corre todo lo que puedas, levántate las veces que sean necesarias, llora todo lo que quieras, pero nunca te rindas- musito la mujer de manera cariñosa y maternal mientras sostenía las manos de su hijo justo antes de que marchara rumbo a Rusia.

Hace ya casi más de dos años que Yuuri siempre había mantenido esas palabras en su corazón, encontrando en ellas la fuerza para seguir adelante a pesar de todo el dolor.

Muchas personas, desde el momento en que se supo de su relación con Víctor, le aconsejaban que se alejara.

Unos diciéndole que no era digno de semejante semental de Alfa.

Otros que no sería capaz de compartir el celo de su amado, que para un simple beta como él, nunca lograría satisfacer a Víctor y ser su compañero en lo más íntimo.

Yuuri desde su tímida niñez siempre se había sentido como si no perteneciera a ningún lado, que algo le faltaba.

En esos tiempos llenos de soledad en su tierna infancia, todo le parecía doloroso, aunque aparentara todo lo contario.

Solo su pequeño corazón sabía la verdad.

Ni las clases de ballet, ni el tener buenos amigos, aunque fueran pocos, llenaban ese vacío en su frágil interior.

Ties of a split heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora