Capítulo 22: Final (Parte 3)

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Un mes había pasado

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Un mes había pasado. Un mes desde que Mateo y Santi habían vuelto a Buenos Aires.

Mi hermano finalmente se había quedado con la chica, el y Camila empezaron a salir, según Santi, Mateo estuvo bien con eso y esta feliz por ellos.
Al menos Santi tuvo su final feliz. Me alegra escucharlo tan contento al teléfono. Esta realmente enamorado.

Yo volví a casa una semana después de que Mateo se fue. Después de todo, echaba de menos a Estela y a mi madre y no podía quedarme en casa de Adam para siempre. El pronto volverá a Mendoza.
Cuanto voy a echar de menos a mi querido amigo, pero nos encontraremos en el receso de invierno, cuando no tengamos que cursar en la uni.

A Caleb lo veo cuando va a la casa. El se fue a vivir a casa de Gabriel. La casa luce aún más enorme sin él aquí. La única que sigue viviendo con Estela y mi madre soy yo. Y no por mucho tiempo, ya encontré un apartamento económico, pequeño, pero hermoso. Es algo que puedo costear con mi sueldo de la tienda y lo que más me gusta es que está cerca de la universidad.
Me mudaré justo antes de empezar las clases, en pocos días, aún necesito juntar algo de dinero.

Paso mi tiempo con Adam, con los chicos de la banda y algunas amigas de la universidad. Supe por ellas que Caleb tiene algo con una compañera de clase. Espero que sea feliz, realmente me alegro por él, aunque ya no seamos amigos, sino más bien conocidos de toda la vida que se saludan frente a sus madres para no generar problemas. Aún sigo enfadada con el. Se que todo lo que sucedió fue mi culpa, pero el también cometió varios errores y logró hacerme sentir la peor basura de la humanidad. Aún así, le deseo lo mejor.

Supe por Santi que tanto el como Mateo empiezan a cursar las clases la semana próxima. Claramente Mateo no me ha hablado, ni yo a él.
No lo he olvidado, ni lo he dejado de amar, pero creo que lo he superado. Ya no lloro, pero hay una herida en mi corazón que no se cierra. Esta ahí, siempre recordándome mis errores y como lo eché a perder con el.

Algunos chicos se me han acercado al saber que Caleb y yo no somos nada. Pero realmente no quiero involucrarme. Necesito enfocarme en mi misma, en mi apartamento y en la universidad.

Llegué a casa casi para la cena, pero Estela y mi madre no estaban allí.
Ellas habían dejado una nota.

Genial. Toda la casa para mi sola.

Estaba a punto de invitar a Adam a cenar cuando escuché ruidos arriba.

Tomé una botella de vidrio y subí las escaleras lentamente. Escuché otro ruido.

Joder. Hay un ladrón.
¿Qué rayos debo hacer?

—¿Ali?

Mi Plan B © (Completa, En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora