Apartamento 704 - Lee Hoseok (Wonho)

Capitulo 33

Esa cena familiar me había servido para darme cuenta de que casi no conocía a Hoseok, no sabía nada acerca de su familia, no estaba al tanto de sus gustos, no habíamos tenido una buena conversación en un buen tiempo, y yo quería que así fuera.

— ¿En qué tanto piensas? — cuestionó él, tomando asiento a mi lado.

— Buenos días, ¿dormimos juntos?

— Por desgracia no. — hizo una mueca— Buenos días.

— Pensaba en que casi no nos conocemos.

— Oh... Eso es porque no me das la oportunidad.

— Tú no me la diste a mí tampoco. — me quejé.

— Tienes razón, fui un idiota.

— Lo sigues siendo.

— ¡Hey! — dijo en un tono de advertencia y se puso sobre mí en el sofá.

— Estás pesado, bájate.

— ¿Cómo vas a arreglar lo que acabas de decirme?

— No lo sé, ¿tienes algo en mente?

— Mmm... Un súper beso. — bromeó como un niño.

— Déjame pensar si quiero dártelo. — respondí juguetona pero él me besó lentamente, sabía lo que provocaba en mí. De pronto sentimos que alguien golpeaba las palmas de sus manos, llamando nuestra atención.

Hoseok se cayó del sofá por el susto, y yo solo podía reírme de él.

— Controla las hormonas jovencito. — lo retó mi padre.

— Yo no... Nosotros...— balbuceó.

— Solo estábamos jugando. — le dije divertida.

— Ay querida, tu padre y yo también estábamos jugando cuando te hicimos así que...

— ¡Mamá!

— Voy a... Voy a preparar el desayuno. — dijo Hoseok avergonzado y se fue a la cocina, yo negué divertida ante las ocurrencias de mi madre, lo estaban espantando al pobre.

— No les hagas caso a mis padres, solo quieren molestarte.

— Aun así... Es vergonzoso.

— Lo siento.

— Está bien, me gusta tu familia. — dijo dándome un beso en las cienes.

— ¿Ah, sí?

— Si. — sonrió— Somin...

— Dime.

— ¿Quieres tener una cita? — cuestionó, el corazón casi se me sale del pecho, era demasiado tierno ver como pronunciaba esas palabras con las mejillas sonrojadas.

— No lo sé, ¿tú que crees?

— Que no, pero voy a seguir insistiendo.

— ¿Cómo no? ¡Por supuesto que quiero!

— ¿En serio? — cuestionó sonriente.

— ¿Eres tonto? — apreté sus mejillas.

— Por ti.

— Deja de ser tan cursi. — lo golpeé en el brazo, aunque realmente me encantaba que lo fuera.

(***)

— Me alegro tanto de verlos. — les dijo Sofía a mis padres.

— Estás preciosa querida.

— Usted igual. — dijo ella.