Apartamento 704 - Lee Hoseok (Wonho)

Capítulo 11

Las horas pasaban y Hoseok no llegaba, ya era de madrugada y aún seguía trabajando, yo lo esperaba acostada en el sofá, buscando algo para ver y así evitar no dormirme, estaba cansada pero esperaría hasta que regrese para poder dormir tranquila.

Sentía mis ojos pesados, agradecí que al otro día fuera domingo porque podría dormir todo el día si así lo quisiera, aunque no estaba segura de poder hacerlo.

Veía una película animada, desgraciadamente aunque me gustaban siempre hacían que me diera sueño, así que contrariamente a lo que quería, termine rindiéndome ante mis ganas de dormir.

(***)

Me desperté sobresaltada al sentir que alguien me tocaba, era él, había llegado. Su rostro reflejaba el cansancio que seguramente estaba sintiendo, me había tomado entre sus brazos mientras intentaba llevarme a mi habitación, me dio una sonrisa en cuanto lo miré.

— Lo siento, no quería despertarte.

— Llegaste.

— Si, no sabes las ganas que tengo de dormir. — yo reí.

— Puedo imaginarlo.

— ¿Cómo estuvo tu cita?

— Hablemos de eso mañana, necesitas descansar.

— De acuerdo.

— ¿Por qué no duermes en la cama?

— Estoy bien, no lo necesito.

— Anda, estás cansado. Yo no hice nada, estaré bien en el sofá.

— Que no.

— Eres tan cabezotas.

— Lo soy. — Rió— Ahora, ve a dormir. Que descanses.

— Tu también. — dije cuando me recostó sobre la cama suavemente.

(***)

Como casi todos los días, había olvidado que Hoseok estaba aquí así que me asusté un poco cuando desperté y sentí algunos ruidos en la cocina, él estaba preparándose el desayuno.

Se sobresaltó en cuanto me vio, supongo que pensó que dormiría horas y horas después de ayer pero estaba equivocado, no soy de las personas que duerme en cantidad, prefiero disfrutar las mañanas, aunque la mayoría del tiempo me duermo y llego tarde a todas partes.

— ¿Tan fea soy? — bromeé.

— Ni lo digas, pensé que eras un fantasma.

— Tú no te quedas atrás, mira esas ojeras.

— ¿Qué me dices de las tuyas?

— No puedo dormir.

— ¿Insomnio?

— Si, es algo común en mí.

— Somos dos. ¿Café? — ofreció mostrándome la cafetera, el olor a café recién hecho era uno de mis preferidos, negué, después de todas las veces que le había negado probar mi comida no tenía derecho a que él me hiciera el desayuno, aunque la mayoría del tiempo que estuvo aquí ha sido así.

— No, gracias.

— ¿Quieres otra cosa? — Volví a negar— ¿Estás bien?

— Si, ¿Por qué?

— Actúas extraño. ¿Te hizo algo Daehyun?

— Lo dijiste correctamente. — sonreí.

— Lo que sea, ¿eso pasó?