Capítulo 41

1.9K 205 17
                                    

—¿Piensas mirarme en algún momento del día o sólo vas a ignorarme? — le pregunté cuando llegamos al café que había elegido para nuestra cita.

—Lo siento, sólo estoy distraído.

—¿Pensando en qué? — él se encogió de hombros.

—Nada importante.

—¿Pasa algo? 

—No.

—Estás extraño.

—Lo siento, lo siento.

—Es que antes de verdad querías esta cita y ahora tú solo... No lo sé, ¿quieres irte?

—¡No! ¿Por qué querría irme?

—Dímelo tú. 

—Sólo estoy nervioso, no sé qué decir o cómo actuar porque quiero que sea perfecto pero simplemente no puedo hacer nada. — dijo con sus mejillas rosadas.

—Va a ser perfecto porque estás aquí conmigo, no necesito nada más. — dije tomando su mano para tranquilizarlo.

—Te quiero. Lo siento, no quería arruinarlo.

—No lo arruinaste, aún estamos a tiempo de que sea una buena cita. ¿Verdad?

—Claro que sí. — sonrió.

—Cuéntame algo de ti.

—¿Cualquier cosa? 

—Lo que sea.

—Déjame pensar... ¿Te conté que tengo un hermano menor?

—No lo recuerdo. Creo que no. 

—Bueno, él tiene 23 años. 

—¿Vive con tus padres? — él bajó la mirada.

—Si.

—¿Y tus papás? ¿Cómo son? — pregunté emocionada, por fin él iba a hablarme de su familia.

—Bueno... No tengo relación con ellos.

—Oh, lo siento. ¿Metí la pata?

—En realidad no. Quiero contártelo todo, es parte de conocernos, ¿no crees?

—Si, pero no quiero que te sientas incómodo o triste o como sea que ese tema pueda hacer que te sientas.

—No importa como me sienta, estaré mejor porque te lo voy a contar a ti.

—De acuerdo. Adelante.

—Nunca me sentí cómodo viviendo con mis padres, siempre quisieron que fuera algo que no soy. Querían decirme qué estudiar, qué trabajo tener, con quién relacionarme e incluso pretendían decidir con quién iba a pasar el resto de mi vida.

—¿Por qué son así?

—Supongo que querían un hijo perfecto, jamás voy a ser yo.

—Pero si eres perfecto así como estás, no digas bobadas. — él me sonrió — Me voy a derretir de amor si sigues sonriéndome así.

—Basta, estás diciéndome cosas lindas para burlarte de mí. — se quejó sin dejar de sonreír.

—¿Por qué razón iba a burlarme de tí?

—Te gusta molestarme cuando me sonrojo. 

—¡Es porque me encanta cuando lo haces! — él, que estaba sentado frente a mí, se movió para sentarse a mi lado y envolverme entre sus brazos.

—Me gusta que estés así.

—¿Así como? — pregunté.

—Cariñosa. Ya no te escapas de mí. — rió.

Apartamento 704 - Lee Hoseok (Wonho)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora