Capítulo 7. ㅡ Destrucción.

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- ¡JongIn!

El ambiente se sentía pesado y mi mano se aferraba con fuerza al vaso de cristal. Podía romperlo si me esforzaba un poco más y Chanyeol parpadeaba consecutivamente, incómodo, sin comprender la situación en absoluto.

Había entrado a la habitación llamando a JongIn con entusiasmo y sólo nos había encontrado compartiendo miradas de confidencia. Estaba seguro de lo mucho que el miedo se me reflejaba en la mirada cristalizada y el aura de poder que JongIn mantenía antes de dirigirle la mirada al muchacho en la puerta. Dejé el vaso sin beber sobre la mesa y escapé hacia el cuarto de baño, con el corazón golpeteándome con tanta fuerza en el pech,o que sentía que pronto lo devolvería junto a la nada ingerida esa mañana.

El aire se me iba, no podía respirar con normalidad, pues el miedo a lo nuevo desconocido se apoderaba de mí; ¿A qué se refería JongIn con aquello último? Nosotros no pudimos haber tenido relaciones sexuales, era algo imposible de pensar. No, yo no pude haber sido tan miserable... KyungSoo, JongIn estaba saliendo con KyungSoo.

x flashback.

- ¿Pasa algo MinSeok?

JongIn me había ofrecido vivir en su departamento por el tiempo en el que decidía que quería hacer con mi vida. ¿Debía aceptar la beca? Es decir, no cualquiera recibe una... Y aquí no tenía nada más que hacer, mis padres no quieren saber de mí desde que contraje matrimonio.

Ellos ni siquiera tenían idea del tener un hijo capaz de procrear vida. ¿Cómo iba a darles la noticia de estar esperando un bebé de mi ex esposo? Estaba seguro que mi padre me mataría, mi madre lloraría y me gritaría la repulsión que sentía.

No, no podía irme a ningún lado. JongIn era el único hogar que tenía ahora, la única familia.

Bebía tranquilamente una taza de chocolate caliente. El invierno había comenzado a irse, dejando como único rastro el viento frío del que debía protegerme. Observé con una sonrisa a JongIn, negando con la cabeza.

La verdad, era que sí ocurría algo.

Las hormonas me estaban quemando vivo. Aún era un adolescente, por lo que, cursando el embarazo, éstas habían enloquecido terriblemente. Estaba un poco más hinchado, pero no podía evitar sentirme necesitado de atención. Suspiré. Todavía no le había dicho a JongIn sobre mi embarazo, tampoco planeaba hacerlo. Era mi amigo, pero eso no le hacía menos hermano de JongDae.

- Te ves diferente. –Mencionó, tomando asiento junto a mí sobre el sofá. –Luces cansado, un poco tenso también. ¿Es todo debido a JongDae? –Sentí el tacto de sus dedos sobre una mejilla, más como un tacto gentil, pero mi cuerpo entero reaccionó estremeciendo.

No puede ser, Minseok, contrólate.

- No. –Negué de inmediato. JongIn sonrió. –Es sólo... Todavía no sé qué es lo que debo hacer. Pero quizá lo decida pronto. –Suspiré leve, un poco más tenso que de un principio. Había que admitir que JongIn era bastante atractivo; era profesor de ballet y contemporáneo en una escuela de prestigio, así que el baile le sentaba bastante bien. Era guapo, alto y tenía un cuerpo glorioso. Alguien máteme, por favor.

- No te vayas tan pronto. Se te extrañará por aquí. –Mencionó, manteniendo siempre esa bonita sonrisa de medio lado.

Y era tan encantador, tanto, que no podía evitar que su sonrisa me llamara a besarla, pero mis impulsos fueron controlados por el sonido de su celular. Era KyungSoo. Le escuché chasquear la lengua, mientras yo deseaba hundir la cabeza dentro de mi taza ya vacía. No podía seguir así, no deseaba que JongIn creyera que me estaba insinuando a él de forma tan descarada.

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