Vacaciones.

Capítulo 14. ㅡ Familia.

Ocurrió entonces, que finalmente fue un convivio. Sehun no se puso a la defensiva cada vez que JongDae se acercaba, aunque de hecho, éste último abusaba un poco de la nueva confianza que se había formado entre nosotros.

Al final, Sehun se mantuvo siempre seguro y nuestras manos terminaban siempre unidas.

Baekhyun y Chanyeol mantenían esa misma comunicación de siempre y por un largo rato me alegré, de no ser por las ocasiones en las que a Chanyeol la mirada se le iba. Me sentía incómodo con aquellos ojos observándome, quería creer que era sólo mi imaginación o mi propio egocentrismo, sin embargo, logré capturar su mirada durante unos segundos y poco después, él retiró la suya. 

Sehun me rodeó de forma posesiva con un brazo y suspiró, recargando su cabeza sobre mi hombro.

- Todavía me debes una cita y nos vamos en un par de días. –Mi mano diestra se reunió con la suya y los dedos se entrelazaron como si conocieran el camino de memoria. Le sonreí poco antes de besarle cariñosamente la punta de la nariz, Sehun, tal como lo haría un bebé, cerró los ojos. – ¿Eso qué significa?

- Que conozco un lugar precioso y anhelo que vayamos juntos ahí. ¿Ésta noche, en el muelle más grande de la playa? Yo me encargo de todo, tú sólo hazte cargo de llevar tu trasero hasta allá. –Enarcó una ceja, sabía que al tomar la iniciativa iba a sorprenderlo, pero realmente deseaba hacerlo. Quería aprovechar aquella oportunidad que se me estaba dando con Sehun, quería que Sehun viera en mí a una mejor persona de lo que conoció durante aquellas vacaciones.

Asintió, volviendo a recargar la cabeza contra mi hombro, llevando la vista hacia el atardecer que presumía un par de sombras juguetear en el mar, una más pequeña y delgada que la otra, que se salpicaban agua salada mientras el otro par armaba un castillo sobre la arena.

Mientras nuestras manos se mantenían entrelazadas, sonreí, porque me sentía en tanta paz, porque la calma que ahora llegó era bien recibida por mi ser cansado de tanta tragedia. Porque aquella imagen de mis amigos, el hombre que fue como mi padre y quién fue el amor de mi vida frente a mí conviviendo todos juntos mientras el sol buscaba esconderse para darle acceso a la noche deseaba guardarla en mi memoria y corazón por siempre. 

Mi mano libre buscó el móvil y poco después, decidí capturar aquella imagen en una fotografía.

Sin embargo, sentí una especie de espina en el pecho, de esos pequeños dolores que llegan de alguna manera, tras darte cuenta que algo estaba mal... Sehun presionó el agarre de nuestras manos y todos los demás miraron hacia una sola dirección. Una lágrima se me escapó; no sé si fue mi instinto masoquista el que ocasionó aquello, pero ocurrió. 

JunMyeon frunció el ceño y amenazó con acercarse. Creo que todos, excepto Sehun, intentaron protegerme de la presencia de JongIn, quién justo ahora se acercaba hacia nosotros sobre la arena con expresión de cachorro regañado y yo sentí tanta pena, tanto dolor que no supe de qué manera interpretar, tanto le quería...

Me levanté casi ignorando la fuerza sobre humana que Sehun ponía en el lazo de nuestras manos, que no demoré en romper y me acerqué a JongIn, quién comenzaba a llorar de forma casi desesperada.

- Lo siento, lo siento tanto, MinSeok... Yo nunca, jamás te haría daño. No debí hablarte de la forma en que lo hice, no debí decir nada de lo que dije. Yo no lo hice... Nunca lo haría, sólo estaba furioso... Nada de lo que dije fue cierto, nada...

- JongIn, vete de aquí, no eres bienvenido. No deberías venir a molestar más.

Tomé el brazo de JunMyeon cuándo le escuché decir aquello, cuándo éste me miró, negué con la cabeza y las mejillas húmedas debieron hacerlo retractarse de inmediato; odiaba tanto que mi corazón se rompiera de forma tan sencilla, porque no soporté escucharle decir aquello, mucho menos cuándo la figura de JongIn se desplomó frente a nosotros para hacer una reverencia, suplicando por un perdón que yo le había otorgado desde el momento en que cruzó las puertas de mi casa poco después de decirle que le odiaba.

Yo no podría odiarlo jamás.

- Por favor, no tienes que hacer esto... Te perdono, JongIn, de verdad que sí... -Dije, colocándome de rodillas para hacerle levantar. JongIn era más alto que yo, así que al erguirse, su cuerpo hizo sombra sobre el mío; dudó durante un largo minuto si debía abrazarme o no, pero al final fui yo quien decidió por él.

Sonreí cuándo esto ocurrió. Ahí, en medio de un atardecer, entre miradas expectantes y la arena que hería mis rodillas, finalmente la imagen de una familia completa resplandecía.

Los flashes de mi cámara resonaban con un eco peculiar en toda la playa escondida, entre risas y bromas tontas, todos nos habíamos divertido, todos. Incluso Sehun, quién en un principio se negó a siquiera dirigirle la mirada a JongIn, acabó cediendo ante sus encantos. Juntos, incluso, habían arrastrado a JongDae hacia la playa.

Cualquiera creería que es algo demasiado enfermo perdonar tan fácil, pero yo conocía a esos chicos de pies a cabeza y sabía bien que incluso si presumían de ser los peores seres vivos sobre la tierra, el corazón que residía en sus interiores era similar al de un niño que no conoce la verdadera malicia. Sólo quería que todo estuviera bien, de la mejor forma y era justo como estaba todo en esos momentos. 

No podía desear nada más.

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A las chicas que comentaron el capítulo anterior, saben bien que estoy sumamente agradecida con ustedes por cada idea, por cada opinión y por supuesto, por cada comentario.

Muchas, muchas gracias por darle la oportunidad a ésta aficionada. Prometo mejorar en un futuro, se vienen muchas historias más.

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