Capítulo 25 ㅡ Lo siento.

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Me hizo una señal para que me adentrara a la habitación que no había notado que se encontraba abierta, probablemente la suya. Entró primero y yo, que aún dudaba de todo esto, le seguí poco después.

Era un conjunto de cuatro paredes color verde militar, uno muy oscuro. Una cama en medio de la habitación, una puerta hacia el baño, escritorio, un pequeño librero lleno de títulos, un par de trofeos, diplomas y reconocimientos y un closet. Estaba todo totalmente ordenado; sobre el escritorio, descansaban unos papeles y una carpeta transparente. SeHun me indicó que tomara asiento en la cama, mientras él tomaba dichosos documentos y me seguía poco después. Descansó estos sobre mi regazo y temeroso, abrí para leer.


Respiré con la intención de tranquilizar mi temor; era el documento de defunción de su padre, la documentación de cada hospital al que asistieron, varios de ellos eran de hospitales de alto prestigio, el acta de matrimonio firmado por ambos, el convenio que anteriormente me había mencionado, dónde indicaba que SeHun era libre de aquél matrimonio forzado si su padre moría pronto y finalmente, fotografías de la carta que había recibido por su parte aquella tarde en Jeju, con capturas de pantalla a las conversaciones de Yixing impresas también. Eran pruebas, todo era real. Pasé saliva y guardé todo de la misma forma en que lo había tomado, negándome por completo a observar, no quería revivir esa horrible sensación de haber sido humillado, de haber sido destruido una vez más, jamás.


Era egoísta de mi parte sentirme tan aterrado por todo esto.

- Realmente lo siento, MinSeok... Esas son las pruebas... Yo no te mentiría nunca, jamás.


- Quiero ir a casa, SeHun. Por favor.


Supuse que SeHun se había resignado a recibir esa clase de respuestas por mi parte, porque... Había sido siempre evasivo con él. Y justo ahora, justo ahora no sabía qué dirección era la correcta, qué camino tomar. Ni siquiera sabía lo que debía hacer en aquellos momentos dónde SeHun y yo nos encontramos finalmente solos. Tanta información en mi mente... Tanto dolor, tantos recuerdos despreciables. SeHun y yo emprendimos camino a mi departamento, aliviándome de inmediato en cuanto se detuvo frente a la entrada de mi edificio.


- Llegamos, MinSeok.


Miraba por la ventanilla a la poca gente entrar y salir, la mayoría de ellos, ebrios. Era viernes por la noche y yo tenía un dolor de cabeza inmenso, pero ninguna gota de alcohol en mi sistema. Observé a SeHun, quien simplemente me observaba de vuelta, en silencio.


- Te creo. –Murmuré, al principio con temor, pero lo suficientemente alto para que él me escuchara. El corazón me latía con tanta fuerza, porque nuestras miradas estaban reunidas y sabía que la mía podía reflejar mi deseo por Oh SeHun.


- Esperé por tres años escucharte decirme eso. –No dejé que continuara hablando, simplemente me eché a sus brazos justo como había deseado hacerlo desde el momento en que lo vi cruzar la puerta de mi oficina. Sus brazos eran incluso más fuertes que antes, más cálidos, más gentiles. Suspiré casi de inmediato, sosteniéndome con fuerza de él, al borde de las lágrimas. Volví a sentirme el mismo chico indefenso de la facultad, buscando la protección de Oh SeHun con tanta insistencia. –Te amo, MinSeok. En verdad te amo.


- Esperé por siete años escucharte decirme eso.


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