Capítulo 23. ㅡ Última oportunidad.

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El día había llegado a su fin y cómo había sido mi propósito, me dediqué a ignorar y evitar todo contacto posible con Oh SeHun y pensé en que finalmente lo habría entendido, qué no volvería a molestarme. Pero no duró demasiado aquella tranquilidad.

Cuándo finalmente el horario de salida hizo presencia, me di cuenta qué me hallaba siendo presa de sus manos y sus labios. Justamente haciendo lo que me había prometido no hacer más, ser la presa.

No sé en qué momento se adentró a mi oficina cuál depredador, tampoco supe cuántas lágrimas derramé antes de ceder ante el beso qué me había robado. Me sentía furioso, pero en mi interior anhelaba la situación más de lo que me habría gustado. SeHun había irrumpido a mi oficina y sin dejarme debatir, me acorraló y atrapó mis labios en un beso hambriento, un beso qué evidentemente demostraba nuestra necesidad mutua.

Me odiaba por ser tan débil ante él, así que no dudé en golpearlo apenas se apartó.

- No vuelvas a acercarte a mí de esa manera. –SeHun soltó un suspiro y se retiró la tenue línea de sangre sobre el labio inferior. Me observó con la mirada triste y después, colocándose de rodillas frente a mí, agachó la cabeza.

- Déjame explicarte. Escúchame y después puedes matarme si lo deseas así.

- Es tu último día, SeHun. ¿Por qué arruinarlo de ésta forma? Sal, diviértete, conoce a alguien más, pero déjame tranquilo. No quiero saber nada más.

- MinSeok, te lo suplico. –Su voz comenzaba a detonar cierta desesperación, incluso su cuerpo temblaba de cansancio, pero no cambió la posición que había tomado. Parecía completamente decidido a rogar. –Déjame explicarte, MinSeok, por favor.

Un suspiro de resignación abandonó mis labios y le permití explicarme. Me sentía completamente estúpido, porque algo dentro mío me decía que simplemente debía alejarme y dejarlo suplicando a la nada, pero por otra parte, me había compadecido de él. Yo amaba a SeHun, aún lo amaba. Tomé asiento sobre el escritorio y él, cruzando las piernas, se quedó en el suelo, demoró en regresarme la mirada, pero al final lo hizo, avergonzado.

- Desde un principio te había comentado de los planes de mis padres... Querían que me casara con YiXing, porque el dinero era principal para ellos. –Carraspeó, recargando su mentón sobre la palma de su mano. –Mi padre estaba muy enfermo, había vivido gran parte de su vida con una enfermedad degenerativa y estaba dando sus últimas señales de consciencia. Mi madre estaba desesperada, todo nuestro dinero se había esfumado en tratamientos inútiles y en cuidados qué no nos sirvieron para nada. Fueron a Seúl en busca de respuestas, pero volvieron a casa con más preguntas. Mi madre quería salvar a mi padre a como diera lugar, pero no teníamos el dinero, suficiente, MinSeok. –Sabía que era sincero conmigo en el momento en qué nuestras miradas se unieron, sentí mucha pena por él. –Puedo confirmártelo. Me casé con YiXing porque necesitaba el dinero, bajo un convenio firmado por nosotros y nuestros padres. Pero mi padre no duró demasiado tiempo; murió cuándo cumplimos tres meses de casados, a causa de la contaminación en su cuerpo. La enfermedad se propagó, hasta que sus órganos vitales dejaron de funcionar. –Soltó un suspiro, cómo si hubiese sido liberado de una carga muy pesada. Más sin embargo, eso para mí no era justificante suficiente. –Sé que te hice mucho daño...

- Lo hiciste. No sé qué tan cruel pueda sonar, pero no es justificante suficiente para excusar la forma en que me apartaste...

- Lo sé, MinSeok... ¿Alguna vez te dije qué los padres de YiXing tenían tanto dinero debido al narcotráfico? Esas pastillas con las qué te drogó JongIn, con las qué te drogué... YiXing fue el proveedor. Y fue él quien me dictó lo que escribiría en la estúpida carta que te dejé aquella mañana. Tenía que hacerte el mayor daño posible, decir cosas que te hicieran odiarme y no querer volver a verme en tu vida. YiXing quería que sufrieras por la sola idea de haber estado conmigo cuándo él y yo habíamos terminado nuestra relación. –Quise interrumpir su narración para quejarme por su falta de voluntad, pero él continuó. –Él quería hacerte daño, MinSeok. Y yo no podía decirte la verdad. Tenías que parecer realmente convencido de odiarme por completo... O YiXing te habría lastimado y MinSeok, yo no podía permitir eso. Si YiXing te hacía daño, me moriría. No te culpo por no perdonarme, yo tampoco lo hago, pero si pudiera re elegir mis acciones, la carta era la única qué te mantendría a salvo. Lejos de mí, sí, pero a salvo. La elegiría una y mil veces, porque sé que aunque fuese de lejos, sin poder tocarte, abrazarte, tenerte cerca... Al menos podría seguir viendo tu sonrisa y el brillo en tu mirada. Muerto... Muerto, habría sido mi fin, incluso si mi padre hubiese continuado con vida... Muerto no, MinSeok. Tú no.

Para aquél entonces, cuándo SeHun me acorraló contra su cuerpo y el escritorio, no fui capaz de retirar la mirada de la suya. Esa conexión que de alguna forma u otra siempre estaba ahí, invisible o no, había vuelto. Nunca se había ido y en ese momento me di cuenta; mi corazón siempre estaba agitado cuándo SeHun estaba cerca y mis labios ansiaban siempre tener los suyos presionándolos. Quería a SeHun conmigo, a mi lado.

Pero, todavía sentía miedo.

De un empujón, lo alejé de mí.

- Basta, por favor.

- De acuerdo... -Hubo un extenso minuto de silencio, en dónde simplemente observé mis pies, con la vergüenza invadiendo mi rostro. Yo... necesitaba tomarme un descanso de toda la información qué había recibido. – ¿Puedo acompañarte a casa?


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Bellas, gracias por sus comentarios. Espero que les guste. <3


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