La prominente figura de bakugou katsuki se dirigía hacia aquel cuarto donde sabia se encontraba aquella pelirroja que había osado burlarse de él frente a los enclenques que los observaban. Pero eso no se quedaría así, claro que no. La haría suplicar...
Por fin había llegado el día. Por fin cerraban una importante etapa para dar comienzo a nuevas experiencias siendo graduados de una de las mejores academias del país. Y como era de esperarse de la prestigiosa yueei, la fiesta de graduación fue simplemente memorable.
Los recién graduados entraron triunfales, con la canción "waiting for superman" sonando de fondo. Toda la academia los aclamaba pues tenían entro ellos a las grandes promesas, héroes excelentes que sin lugar a dudas traerían seguridad a la sociedad.
Luego de un discurso del mismísimo all might, comenzó la fiesta. Bailaban y reían disfrutando de su última noche como compañeros, mientras que algunos solo disfrutaban charlando en un rincón alejado donde la música no era tan fuerte.
En este segundo grupo se encontraba Bakugou, quien se mantenía al margen de todo el jolgorio. Estaba solo, pero tranquilo. No quería admitirlo pero realmente disfrutaba de la celebración. De su mini logro. Aun le quedaba mucho camino pero ya estaba más cerca. Era uno de los mejores de su clase y se graduó con honores. Una sutil sonrisa se escapo de entre sus labios, estaba feliz y orgulloso.
-¡hey rubia! Ven a bailar- otra de las razones de su orgullo. Aquella chica que había sufrido tanto, que se había quebrado en infinitas formas. Que seguía. Se aferro siempre a su vida. Y luchaba día a día contra sus demonios para continuar con la frente en alto. Al igual que un ave con las alas rotas, ella continuaba avanzando soportando el dolor y la angustia con el objetivo de salvar a los demás.
y finalmente, ella sano.
cerro sus heridas y volvió sus cicatrices en su nuevo estandarte. volviéndose una de las heroínas mas queridas y estimadas, aun sin haberse recibido. aquella muchacha despertaba en el sentimientos confusos y cálidos con tan solo una sutil sonrisa. la admiraba, con la misma fuerza con la que la amaba. y anhelaba que esa joven formara algún día parte de su vida de forma permanente.
quería que fuese su mujer.
pero demasiado cobarde y orgulloso como para decírselo. después de tanto tiempo y de la mierda que fue con ella, temía que lo rechazara. y eso seria un golpe demasiado duro para su orgullo.
una suave mano posada en su hombro lo hizo perder el hilo de sus pensamientos. Enfoco su vista para encontrarse con aquellos orbes violáceos que ahora lo miraban con preocupación y algo mas que el rubio no lograba identificar.
-¿estas bien?- le pregunto con dulzura. El muchacho la observo de pies a cabeza, quedando deleitado con aquel atuendo que escondía a la vez que mostraba, incitándolo a explorar nuevamente lo que el bien sabia que se escondía debajo de aquellas telas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Desvió su mirada algo avergonzado por el rumbo de sus pensamientos no mutuos -si, lo estoy- contesto con simpleza.
La chica sin decir mas lo jaloneo hasta la pista de baile para abrazarlo por la cintura y obligarlo a moverse como gusano de un lado al otro. El chico ruborizado gritaba uno que otro insulto para nada intimidante. Después de todo no podía estar mas conforme con la situación, había pasado mucho tiempo desde que había sentido el reconfortante calor de la chica envolviéndolo.
