¡Arrodillate Perra! BnHa ~BakugouxOc~ TERMINADA

Capitulo 27: Final

Un maldito pitido estaba sonando. No, no era un pitido. Era como un "beep" que se repetía incansablemente, provocando en la joven una jaqueca peor de la que ya tenia. Sintió los rayos de sol en su piel y un dolor en el abdomen que no sabría explicar. Los sonidos de su entorno se volvieron cada vez mas claros, el instinto de abrir los parpados siendo demasiado fuerte como para resistirlo. Lentamente los abrió, su vista ajustándose a la luz poco a poco. Un techo blanco y una habitación pulcra y blanca fue lo que observo, y no fue hasta que sintió el olor a anticeptico que se percato de que estaba en un hospital. Intento incorporarse, siendo consciente de un peso extra sujetando su mano. Se sorprendió al ver un bulto negro sentado en una silla, y roncando. Su mano en un férreo agarre sobre la de ella, mientras su cuerpo se enroscaba de forma dolorosa sobre la silla, casi recostado en su cama, pero sin tocarla por temor a herirla. Aun confundida observo al bulto, notando que sus emplumadas colas se encontraban enrolladas a su alrededor. Reconoció esa reacción involuntaria de su propio cuerpo, pues solo pasaba con una sola persona.

-¿K-Kat-suki?- su garganta quemaba, demasiado seca como para articular palabra. Mas ese solo balbuceo fue suficiente para que el bulto se incorporase, rebelando a un sorprendido rubio ceniza que se había refugiado del frió bajo una de las mantas de su hogar.

Violeta y rojo se encontraron. Sintiendo el dueño de estos últimos, un cumulo de sentimientos arremolinarse en su pecho. Las ganas de llorar quemaron los orbes de Katsuki, mas no se lo permitió para no preocupar mas a su mujer.

Pero ni con todo su autocontrol, logro evitar lanzarse sobre Akane. Regalándole uno de los abrazos mas necesitados y protectores que alguna vez se habían dado. Intentando convencerse a si mismo de que era real, que ella había despertado y que su peor temor de perderla para siempre no se había cumplido.

Akane estaba sorprendida por la desesperación con la cual la estaba abrazando. Suspiro, relajándose en ese instante, mientras sus temblorosas manos se elevaban para acariciar la espalda ajena. Subiendo su diestra hasta enredarse en los rubios cabellos, masajeando el cuero cabelludo con suavidad. Cuando intento hablar para hacerle saber lo mucho que lo amaba, la quemazón de su garganta transformo sus palabras en un horrible ataque de tos.

Katsuki reacciono rápidamente, acercándole un vaso de agua y ayudándola a que lo tomara. Ninguno llevaba la cuenta de cuanto tiempo llevaban en silencio observándose, sin atreverse a emitir palabra alguna, temiendo romperse en miles de sentimientos encontrados, burbujeando desde el fondo de su pecho, impacientes por salir. Hacia un rato que el rubio había entrelazado ambas manos en un solido agarre. Mientras que distraídamente acariciaba una de las colas que aun seguían sobre el.

-¿Cuántas veces?- dijo el chico con la mirada fija en el suelo. Evitando la mirada violácea.

-¿Dis-culpa?- con su voz aun ronca, la chica cuestiono.

-¿Cuántas malditas veces mas planeas estar al borde de la muerte?- sus ojos estaban fijos en ella, no pudiendo perdonar que Akane tuviera tan poco cuidado con su propia vida. Como si ella no comprendiese que su vida y la de el rubio, ahora eran la misma. Perderla a ella, significaría perderlo todo. Tener que enterrar a la mujer que amaba... el solo pensarlo hacia que sus entrañas se retorcieran.

-Pues hasta que me muera- dijo con una sonrisa bromista- Ya después de eso, ya no habrá mas veces- su mirada brillaba ante su propio humor negro, arrepintiéndose al momento en que la mirada furiosa de Bakugou le dejo en claro que no le hacia ni mierda de gracia.

-¿ACASO QUIERES MORIR DESGRACIADA?¿AH?¿ESA ES LA MIERDA QUE ESTAS INTENTANDO DECIRME?- Sus gritos resonaron en el cuarto, ocasionando que el pecho de la joven se contrajera por la culpa. Que el creyera que estaba intentado suicidarse, la hacia sentirse como la mierda. Sobretodo por la mirada acongojada con la que lo observaba el contrario.