¡Arrodillate Perra! BnHa ~BakugouxOc~ TERMINADA

24: No se metan

- No - dijo con firmeza, la autoridad destilando en cada silaba - Y es mi última palabra-

- Pues, tu "última palabra" puede besarme el culo - Akane ya estaba cansada de discutir aquello, Bakugou necesitaba aprender que ella raramente cedía cuando había tomado una decisión.

- ¡Que no me hables así, joder!-  la vena en la frente de Katsuki estaba apunto de reventar. Los años de independencia habían vuelto a Akane demasiado necia. Pero debía hacerla entender que estaba cometiendo un error.

Hace ya algunos meses que vivían juntos, y ambos eran conscientes de que se habían apresurado en convivir. Se amaban, claro. Pero la convivencia es dura, y pasar de no verse por años a vivir juntos de un día para otros lo hacía peor.

Pero no cambiaría nada, soportaría lo que sea antes de despertar nuevamente solo. Su trabajo es demasiado arriesgado, y nunca se sabe lo que pueda pasarle. Desperdiciar más años no era una opción

Y por eso mismo, necesitaba que ella entrara en razón.

Hace tres días atrás, había llegado una carta para Akane. Dicha carta, dejaba en manifiesto que Akane ya tenía alta médica para volver a trabajar. La chica se alegró, ya que no había podido trabajar como héroe desde que había perdido sus alas, y se le exigió que se tomará licencia de ocho meses.

Los ochos meses habían terminado. Y con ello, el infierno de Katsuki había comenzado.

Cada día discutían por lo mismo, cada día intentaba que ella entendiera.

Por su bien, ella tenía que dejar de ser un héroe. La gran ventaja de Akane era el vuelo. Y sin sus alas, solo le quedaban las lágrimas sanadoras, la inmunidad al fuego y sus colas. Las dos primeras no servían en batalla, y sus colas no son suficientes contra Quirks demasiados fuertes. Joder, está seguro de que no podría ganarle a la maldita cara redonda si lo intentara.

Y también estaba el asunto de que aún le dolían las cicatrices. En los días muy fríos, le pulsaban. Necesitaba darles calor para apasiguar el dolor. Y en los días soleados, la chica solía pasearse por la casa con body de espalda abierta y jeans, aprovechando el sol para que sus alas cicatrizaran más rápido. Ella aún no tenía idea por qué el sol ayudaba, pero lo aprovechaban.

Pero, ¿Cómo hacerle entender que sin alas, y adolorida sería un blanco fácil? ¿Cómo convencer a una mujer que había conseguido sus metas con esfuerzo, que abandonara todo para dedicarse a la vida de civil? Era algo casi imposible.

Pero él seguía intentando.

Iba a replicar gritando nuevamente, pero el sonido del timbre interrumpió la  discusión.  Sin mucho animo, la chica se dirigió hacia la puerta. Encontrándose con su madre en una crisis de histeria.

- ¿Cómo que volverás a trabajar de héroe? - los ojos de Karin estaban por salirse de sus cuencas, sus respiración era irregular como si el enojo le estuviese sacando el aire.

La pelirroja volteo a ver a su novio con una ceja levantada - ¿Me acusaste con mi madre, infeliz?-

Si, lo había echo. No estaba orgulloso, pero en su desesperación tuvo que recurrir a su suegra para que le gritaran juntos a la joven.

- Akane ¡Esto es una locura!- la chica se sostuvo el puente de la nariz con fastidio. Ahora no solo tenía que lidiar con su pareja, si no también con la histeria de su madre.

- ¡Ay la que me parió! pasa mamá, sentate en el sillón e intentemos resolver esta pedorata - obedientemente Karin se acomodó en el sillón negro, dónde con un gesto saludo tímidamente al rubio que aún la asustaba.