Capítulo 3

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Papyrus llegó a casa algo tarde, sabía que no había preparado la cena a Sans pero no era algo preocupante, después de todo seguía el desayuno guardado en el refrigerador, por lo que suponía no había despertado aún, revisó el cuarto de su hermano sin entrar, solo se aseguró de que el bulto en la cama siguiera "respirando", sonrió al ver sus estatus, pues todos los factores se encontraban en 99 excepto por su LV que ahora marcaba 1 cosa que en el momento no llamó su atención, quizás las pastillas de Alphys habían roto lo que sea que Sans había hecho para mentir de esa forma en sus estatus, cerró con cuidado la puerta y marchó a su habitación a dormir un poco.

La mañana llegó, Sans seguía dormido en su cama, cosa a la que Papyrus no tomó mucha importancia, después de ir a correr un poco, regresar a darse una ducha, se encontraba en la cocina haciendo el desayuno como siempre, esta vez se encontraba de humor para hacer algo que Sans solía hacerle cuando eran pequeños, unos deliciosos hotcakes endulzados con miel de maple o algo de leche condensada, sabía que Sans tenía bastante tiempo de no comer algo dulce y después de todas las píldoras amargas que lo había obligado a tomar la noche anterior era lo único que podía hacer, después de todo, ahora que sus estatus estaban en ese nivel tenía un hermano digno de ser mostrado a todo el mundo.

Pudo escuchar un estruendo proveniente de la parte superior de la casa, probablemente Sans se había caído de la cama.  No se equivocó, pudo escuchar el lamento de su hermano y como hacía ruido para intentar incorporarse nuevamente, realmente el solo imaginar la escena provocó en él una leve risa; siguió en lo suyo, Sans no tardaría en bajar para comer algo y aún falta colocar el vaso de leche para acompañar.

- Papy... buenos días. - Papyrus estaba tan emocionado mientras cocinaba recordando viejos tiempos cuando Sans llamaba con esa dulce voz que incluso podía recordarla como si la estuviera escuchando de los labios de su hermano una vez más, pero eso era imposible.

- Papyrus... eso es grosero, dije buenos días... - una dulce voz infantil provocó soltar una risita, seguramente Sans había olido los hotcakes y ahora fingía la voz, si así iba a ser, siguió el juego de Sans.

- Buenos días hermano, perdón no te escuche.  Siéntate, hice hotcakes. - apuntó la mesa que se encontraba a sus espaldas sin siquiera voltear la cabeza, pudo escuchar que la silla era pesadamente halada hacía atrás, también pudo percatarse del esfuerzo sobrehumano que estaba haciendo Sans para subir a la silla.

- Jefe... ¿Lavaste mi ropa con algún detergente nuevo? - preguntó de repente Sans, una vez se había subido con bastante dificultad a la silla.

- No, ¿Por qué? - preguntó colocando los últimos hotcakes en el plato antes de ir a la mesa, el gran y terrible Papyrus era todo un gran cocinero, no había alimento que se resistiera a ser cocinado con maestría y sabrosura.

- Entonces..  ¿Compraste ropa nueva?... Em... ¿Papy? ¿Qué tienes? ¿Estás enfermo? - Sans lo veía confundido, su hermano estaba pálido, era como si hubiera visto un fantasma o algo peor, miró detrás suyo, para cerciorarse, sin encontrar algo relevante.

Papyrus había hecho un esfuerzo mayor por no tirar el plato que sostenía en sus manos; lo dejó en la mesa y se acercó para ver mejor, Sans comenzó a sudar, la cercanía de Papyrus era sumamente incomoda, además desde hace días parecía más alto de lo que ya era por lo que el miedo que causaba a su persona era mucho mayor. 

- ¿Jefe...? Esta muy cerca, ¿Ocurre algo con mi cara? - no pudo más, debía de mirar a otra parte, sentía la mirada penetrante y oscura de Papyrus sobre él, probablemente se había dado cuenta del collar y esperaba una paliza por haberlo quitado.

- No me golpee, jefe, el collar se salió está mañana, pensé que era una broma, mira aquí lo tengo. - mostró el collar, Papyrus lo examinó, no lo hacía con la intensión de ver cómo se había caído, si no preguntarse cómo era posible que si antes apenas se ajustaba al cuello de Sans ahora se había salido por el cráneo, definitivamente debía llamar a Alphys.

Cambio de rolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora