Cambio de roles

Capítulo 5

- Hola, ¿Quién eres? Yo soy... amm... ¿Sabes quién soy? - Sans lucía bastante confundido, Alphys derrama algunas lágrimas por la conmoción, Sans solía ser bastante bromista en un sentido muy pesado, pero no se veía maldad en su mirada.

- Sans... ¿Me recuerdas? Soy Papyrus, tu hermano... si esto es una broma yo... - las manos de Papyrus se colocaron de forma posesiva en los hombros de Sans, moviéndolo un poco, intentando descubrir la farsa, sus ojos le pican, siente que está por llorar.

- Lo siento, no recuerdo mucho. - dijo ensanchando su sonrisa, mientras su pequeña mano rascaba su nuca nervioso.

- Sans... emm... niño, exactamente ¿Qué puedes recordar? - se aventuró a preguntar Alphys.

Sans coloca un rostro pensativo, haciendo memoría, su manita se encuentra apuntando con un dedo su barbilla, dando pequeños golpecitos que impacietan a los presentes; después de varios segundos angustiantes, muestra una enorme sonrisa antes de decir de forma abierta cómo si no importará realmente.

- Lo lamento, no lo recuerdo en estos momentos. - Papyrus lo abraza con fuerza contra su pecho, quiere llorar pero no lo hará, su hermano lo necesita más que nunca, eso es un hecho.

- No te preocupes, Sans... el gran y terrible Papyrus te cuidará. - era increíble que ahora él tuviera el control, a pesar de saber que eso no estaba bien, que no era lo correcto, Papyrus se sentía, muy en el fondo bastante feliz, podía comenzar de nuevo, ser el maestro y no el discípulo.

La puerta del laboratorio suena, alguien ha llegado.  El abrazo se interrumpe y es hora de regresar a sus déberes, pero dejar solo a su hermano es un poco...

- ¿Si diga? - pregunta Alphys mirando el intercomunicador, limpia unas cuantas lágrimas que han salido por el impacto de lo que ha sucedido y aunque sus labios responden de forma automática su mente busca una solución factible o realista para regresar todo a la normalidad.

- Dra. Alphys, ¿Se encuentra el capitán Papyrus? Tenemos noticias del humano. - aquel can olisqueaba interesado la puerta, buscando rastro del aroma de Sans.

- Si, enseguida le llamo, entra. - el portón se abre, Papyrus se encuentra saliendo del laboratorio seguido por el pequeño que da pequeños saltos contento, se siente bien, su alma; examinada antes de salir del lugar por Alphys, se encuentra en perfectas condiciones, el único vestigio que queda es la enorme hendidura que ahora saben es parte de uno de los experimentos del Dr. G por lo que nunca sanará, pero las fracturas y rasguños que antes podían verse no se encuentran y con ellas se perdió todo el recuerdo de lo que alguna vez fue Sans el esqueleto.

Papyrus está un poco asustado, le había pedido al pequeño mantenerse atrás, sin embargo, no ha hecho caso y ahora Spike, líder de la tropa canina que vigila la gran puerta lo ha visto, no sabe la reacción que tendrá; Spike observa al pequeño que camina alegre al lado de Papyrus, sin poderse contener, corre en cuatro patas hasta donde se encuentra el pequeño, tirándolo sin cuidado al suelo, Papyrus está sorprendido y molesto, acaban de atacar a Sans, debía de detener al perro, sin embargo, se mueven tanto que se le hace difícil atacar sin lastimar a su hermano; puede escuchar que Sans está... riendo.  Papyrus enarca una ceja confundido.

- Me haces cosquillas... ya, ya... - Sans se encuentra en el suelo intentando que el perro saque el hocico de entre sus ropas, Spike se dedica a olfatear con emoción la cavidad torácica de Sans; ese aroma, era inconfundible, era la vaga esencia que había percibido cuando encontró al segundo al mando de la guardia real en Waterfall, comienza a emocionarse, le agrada la sensación de las manos pequeñas y desnudas de Sans sobre su cuello, su rostro e inclusive sobre sus patas, todo en un vano intento de separarlo; sin poder contenerse, saca su rostro de entre las ropas para comenzar a lamer la mejilla de Sans, siente calor, las caricias, ese olor, la calidez del pequeño lo están volviendo loco, sin poderse contener sus caderas comienzan a moverse imitando el acto sexual.