Capítulo 11

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¿Cuánto tiempo lleva Sans molesto con Undyne? Más de lo que cualquiera se pueda imaginar, entrenan juntos de eso no cabe duda, sin embargo, no le llama para nada, a veces ni siquiera tiene ánimos para atacar de manera decente, sin embargo, se puede notar como lentamente comienza a olvidar la razón por la cual en un principio habían entrado en conflicto, gracias a los brebajes que Alphys le ha estado obligando a tomar desde hace dos meses.

- Oh, vamos Azul, ¿No me digas que ya te cansaste? - pregunta Undyne al ver que se mueve menos de lo que ella ya se ha acostumbrado a ver a Sans, sus ojos aunque abiertos tienen una extraña combinación verdosa en sus pupilas, mayoritariamente se vuelven azules con el pasar de las horas, sin embargo, hay ocasiones como en ese momento que el verde de sus ojos luce más como un amarillo pálido y es aquí que los movimientos de Sans se vuelven torpes, la lucha mano a mano ya no es lo suyo y comienza a utilizar magia, que si bien no causa mucho daño, es constante pero debilita de sobremanera a Sans.

- Lo lamento señorita, solo denme un segundo... - pide sosteniéndose de sus rodillas intentando recuperar el aliento perdido.

Su cuerpo se ha desarrollado bastante hasta este punto, sin embargo, están tan enfrascados en su problema que nadie se toma a pensar un segundo en revisar sus estatus, cosa que hasta el momento no le prestan mucha atención, están conscientes que la última vez el ataque y defensa de Sans oscilaba entre los 100 puntos, sin embargo, los ataques que ha estado ejecutando no tienen ese poder destructivo, por lo que no saben si Sans solo esta cansado o si realmente tiene tanto control como para saber que tanta fuerza usar en cada ataque, cuerpo a cuerpo o mágico.

Undyne rodó los ojos cuando pudo percibir nuevamente el brillo azul, Sans la miraba con rencor, como si estuviera viendo a su peor enemigo, sus ojos se entrecerraban mientras luchaba internamente con las gotas saladas que se aglomeraban en sus ojos.

-¿Por qué? - preguntó mientras recuperaba el aliento, Undyne se colocó recta, sabía que lo que venían, desde hace dos meses ya, desde que aquel humano había muerto frente a sus ojos, Sans no paraba de culparle con las mismas preguntas.

- ¿Por qué, qué? - preguntó como si no supiera de lo que iba. Sans era agradable con la mirada amarilla, pero esté Sans que le agradaba solamente en la parte enérgica le fastidiaba mucho con lo que según él había sido una injusticia.

- ¿Por qué lo mataste? Él no te había hecho nada, él no había lastimado a nadie... él... - apretó las manos con fuerza, dejando que la magia comenzara a desbordarse de por sus cuencas, estaba realmente molesto a tal grado que ese azul se hizo por un instante morado que a su vez se transformó en un rojo intenso cuando comenzó a gritar lleno de desesperación, estaba realmente molesto, estaba tan furioso que esa mirada azul se transformó casi inmediatamente en una roja brillante.

- Maldita... él no hizo nada... él era bueno y tu lo mataste, lo mataste... te mataré... - acto seguido convoca un puño de huesos rojo y blancos, cosa que sorprende a la misma Undyne pues hasta el momento no podía manipular la magia a menos de que fuera que sus ojos brillaran en una magia amarilla que nunca antes había visto; sin embargo, tanta magia había consumido su ataque que al dar un paso después de inmovilizar el alma de Undyne que Sans perdió la consciencia cayendo de lleno al suelo.

El estruendo fue tal y los puntos de HP se vieron por primera vez ante sus ojos después de mucho tiempo, había descendido peligrosamente gracias a la caída de 15 puntos a solo 3, tal parecía que el impacto no era lo único que lo estaba afectando, pues aún cuando ya no se le esté atacando y el golpe no haya sido tan fuerte, Sans sigue perdiendo poco a poco y lentamente su HP.

- ¡Papyrus! Ven rápido, algo malo le ocurre a tu estúpido hermano. - grita Undyne, pero no era necesario, Papyrus había notado el extraño comportamiento y ya se había percatado de que su magia constantemente estaba cambiando de color, pero observar ese tono rojo, había sido el que le ayudó a mover sus piernas y acercarse, esperando recuperar a su hermano mayor en un breve instante, después de acercarse dos pasos, sus propios pies le detuvieron, algo andaba mal.

Cambio de rolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora