Capítulo 16

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Papyrus simplemente no podía detenerse, sus caderas se movían por si solas, necesitaba desquitar el calor que sentía dentro y su hermano le ayudaba inconscientemente, el calor que le proporcionaba al estar cerca suyo, ese aroma, Papyrus no podía dejar de besar la nuca de su hermano mientras escuchaba su propia respiración agitada, era simplemente demasiado todo lo que le estaba ocurriendo a su cuerpo como para poder frenarlo, necesitaba seguir, necesitaba terminar con todo esto antes que...

- ¿Papyrus? - escucha la voz de Sans, quien no puede ver con claridad a pesar de que la luna ilumina parte del cuarto, Papyrus está temblando, tiene las manos dentro de las mantas.

- ¿Si? ¿Qué ocurre Sans? - no puede detenerse, sigue moviendo las caderas lentamente, si se espera un poco más de tiempo, no sabe de que es lo que sería capaz.

- ¿Te sientes bien? Estas respirando muy feo. - al darse la vuelta para encarar a su hermano, le ha dado un beso en los labios, Papyrus disfruta bastante del gesto, es demasiado tarde para recuperar la razón, Papyrus vuelve a girar a Sans, coloca sus brazos alrededor de su pecho y sus caderas comienzan con lo tarea nuevamente, mientras que sus manos, ocultan de una manera bastante singular el hecho de que su cuerpo pervertido esta haciendo con la inocencia de su hermano.

- Basta, Papyrus, cosquillas no, por favor, cosquillas no... ja, ja, ja... no puedo, no puedo, por favor... ja, ja - Papyrus puede sentir en directo el calor de los huesos de su hermano y el aroma del sudor de Sans, mismo que escurre por su nuca en esos momentos, entre los gritos y risas desesperadas de Sans, Papyrus sigue gimiendo sintiendo que algo en su interior esta por estallar, Sans siente algo parecido de una manera totalmente distinta.

- No, por favor... jefe, ya, ya, me voy a... me voy... - Papyrus sintió las sábanas calientes y el espasmo de Sans sobre sus propias caderas y la acumulación molesta de magia que tiene entre las piernas, ese calor y humedad son suficientes para hacerlo terminar, siente vergüenza de sí mismo, pero era lo único que podía hacer antes de que Sans descubriera lo que estaba ocurriendo y comenzaran preguntas incomodas que él mismo no sabe responder ya que nunca antes había pasado por algo como eso.

- Lo siento... perdón, no me pegues... yo, yo te dije que pararás... - Sans se había levantado de la cama, se fue a encender el interruptor, Papyrus estaba aliviado de que aquella magia hubiera desaparecido en ese lapso de tiempo, pudo acomodarse la pijama y sacarse las ropas de cama de encima sin problema alguno.

- Hey, fue mi culpa... no te voy a pegar, ven, vamos a tomar un baño, enseguida cambio la cama. - fue lo único que atinó decir Papyrus, levantándose de la cama y retirar las ropas de cama, Sans fue corriendo al baño, hacía mucho tiempo que no se había orinado en la cama de su hermano, pero esta era la segunda vez que ocurría.

Papyrus se sentía culpable, pero al mismo tiempo, estaba seguro de que aquella sensación no duraría por mucho tiempo, hacer que su hermano se orinara de la risa solo para poder utilizar los movimientos que hacía al retorcerse para poder correrse no era algo digno del segunda capitán, sin embargo, era la única opción, no deseaba dañar a su hermano de esa manera.

La caldera siempre estaba encendida por lo que el agua no tardó mucho tiempo en salir caliente por lo que en poco tiempo estaban ambos dentro de la bañera compartiendo el calor del agua; Sans como de costumbre en el baño traía sus juguetes de agua, en esta ocasión tenía un pequeño barco al que hacía navegar por aguas bastante turbulentas y no era para menos, el movimiento de Papyrus era bastante fuerte como para evitar navegar con tranquilidad, sin embargo, Papyrus no pudo evitar volver tener que masturbarse al ver el cuerpo de su hermano desnudo en el agua; algo realmente malo pasaba dentro de su cuerpo, la magia se alteraba sola en su interior y le provocaba esa horrible sensación  y desesperación por tocarse en esa parte de su anatomía; por suerte, por ahora bastaba solo con acariciarse estando lo suficientemente cerca de su hermano, pues así, su imaginación comenzaba a volar y le dejaba tocar a su hermano de una forma indebida; nuevamente sintió el terminó de su excitación en su mano y el líquido espeso comenzó a levantarse levemente sobre la superficie del agua.

Cambio de rolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora