Capítulo 12

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Nota: la imagen correspondería al Sans con el que estamos tratando actualmente, FaithSans para aquellos que aún no conocen quien es... por eso los ojos amarillos y su actitud tan ¿Sumisa y callada?  Solo lo he visto en el comic de InkG y ErrorG y claro en la misma obra donde explican cómo nació, si alguien mas sabe donde más aparece agradecería de todo corazón me informaran, bien eso era todo de mi parte, disfruten la lectura y perdonen la tardanza.

El polvo comenzó a asentarse, dejando finalmente ver la escena completa, Sans se encontraba con la mirada pérdida en dirección al cúmulo de polvo en que se había convertido la amalgama; la cual a pesar de tener muchas almas unidas no aportaría ningún punto a sus estatus, así es como eran las criaturas sacadas del Void; las cuencas vacías de Sans comenzaron a humedecerse, aquella criatura, aunque monstruosa no le había hecho nada, era cierto que había atacado a Spike, pero fue un mero acto de defensa personal, Spike había atacado primero y la amalgama simplemente había actuado para defenderse.

Se sentía una escoria, había roto la promesa con aquella persona importante, aunque no recordaba su nombre o su rostro, sabía que se trataba de una persona muy importante para él y ahora había roto lo único que le había prometido, no matar a nadie, el mundo de por sí era muy horrible como para comenzar a ensombrecerlo con la muerte innecesaria de monstruos o criaturas que habitaban dentro y fuera del mismo infierno en el que tuvieron que vivir.

Alphys se encuentra arrodillada frente al montículo de polvo de la que fue alguna vez fue la más vieja y confiable amalgama de la que haya tenido el privilegio de poseer, era extraño que una amalgama tan dócil como lo era aquella criatura se atreviera a atacar a un inocente, pero no había duda de que "Lucy", como la había nombrado, había intentado absorber a Sans.

Papyrus por su parte se a acercado a Sans para protegerlo entre sus brazos, el pequeño temblaba de forma descontrolada, intentando silenciar los sollozos que provenían de su boca producto del llanto que no pudo evitar.

- Shhh... no fue tu culpa, todo está bien, no hiciste nada malo... - acariciaba su espalda desde su cabeza, puede sentir el leve temblor que recorre su cuerpo, sus ojos están visualizando a la nada, así que es posible que no lo escuche; recargaba su barbilla en el cráneo de su hermano, suspirando sin saber exactamente qué hacer para poder animarlo como deseaba.

- Lo maté... lo maté... lo siento, lo siento, yo no quería, yo no... - se aferra a las ropas de Papyrus, ocultando su rostro en el pecho del mayor, la prenda comenzó a mojarse con el dolor de Sans.

- Sans, hey, escucha.  Es mejor que haya sido la amalgama a que ese montón de polvo seas tú.  ¿O a caso quieres ver al Gran y Temible Papyrus triste? - preguntó de manera infantil alzando el pecho para darse la importancia que sabía tenía en su hermano, Sans lo mira unos instantes sin contestar antes de negar con la cabeza y volverse a ocultar entre las ropas del guardia real.

Esas palabras lejos de hacerlo sentir bien crean en Sans una ruptura más allá de lo que Papyrus llegará a entender, trata de callar el llanto que vuelve a él; es en ese preciso momento que un sonido invadió el lugar, tan doloroso que incluso Undyne se estremeció al oírlo.  Papyrus de inmediato invocó el alma de Sans, descubriendo para su sorpresa que se estaban formando pequeñas grietas, la cantidad era preocupante, una grieta por cada alma atrapada en la amalgama, cuando todo el sonido había cesado y el alma de Sans había terminado de partirse por la culpa, se veía casi de la misma forma en la que todos lo recordaban, al punto del quiebre, aun así, fuerte como ella misma.

- Estoy bien, no tienes porque preocuparte, Paps. - fingió una sonrisa para tranquilizar a Papyrus, apartó de las manos de su hermano su alma, no deseaba que observará el desastre en que se había convertido, alguien le había dicho que no era necesario que se quejará, el único que importaba era Papyrus, sin importar los sacrificios y el dolor que debe de tener para poder hacerlo más fuerte, Sans sabe, que debe seguir firme, aunque no comprende como es que el bebé ha crecido tanto, puede reconocer los rasgos de su creador junto a los muy escasos recuerdos de los rasgos de la mujer a quien había prometido proteger al pequeño sin importar nada ya que ambos eran "hermanos" esas palabras las había mencionado y quedaron tan gravadas en su mente que las células de su alma las recordarían sin importar las vidas que tuviera que vivir.  Si moría, debía encontrar el camino de regreso en la muerte para volver fuerte a su hermano y nada más.

Cambio de rolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora