El informante

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La sinfonia numero nueve de Bethoveen hacía eco en la antesala de aquel lugar tan elegante ataviado por cuadros renacentistas y algunos adornos estilo barroco que adornaban las paredes rusticas de esa mansión. La sala elaborada en piel de ternera oscura le daba un toque vanguardista dando el contraste entre lo nuevo y lo antiguo debido al gusto de los que anteriormente habían  adquirido esa finca; los ventanales amplios ataviados con cortinas de satin color vino daban una vista esplendorosa que de ser de día hubieran reflejado un jardin hermoso en caso dado de haber estado perfectamente cuidado.

Aquel hombre enmascarado se había sentado en el love seat para poder cerrar sus ojos tarareando aquella melodía que el tocadiscos estaba produciendo, aunque a decir verdad lo maltratado del disco la hacían escucharse como una canción tétrica y de muerte debido a los altibajos en las modulaciones, eso sin mencionar claro esta lo rayado del mismo pareciendo que tocaba sobre paja.

Observaba un poco por la entrada principal esperando que alguien mas pudiera hacer acto de presencia; sosteniendo su copa de vino tinto y fumando un cigarrillo mitigaba las horas para lo que sería el momento de la revelación. Al poco tiempo decidió levantarse para poder caminar un rato recordando la ultima escena que había tenido en los calabozos que había acondicionado para tener ahí a sus rehenes; sonreía para si mismo soltando una carcajada algo retorcida y psicodelica bebiendo de su copa y mirando hacia a la nada

-Avada Kedavra- Repetía en susurro viniéndose a su mente aquellos rostros de angustia y miedo por parte de los otros tres.

Aquel rayo verde había impactado en algo frio, desgastado, sin vida alguna, tan solo los rostros horrorizados de los ahí presentes se contemplaban unos a otros para saber quien había sido el elegido para morir aquella noche; ahora si les quedaba claro que el hombre enmascarado estaba hablando en serio al decir que no se tentaría las entrañas para poder privar de la vida a cualquiera que intentase siquiera frustrar sus planes.

-Maldito… enfermo…-Blaise susurraba sintiendose aliviado al no ser el quien fuera el elegido para morir, pero observaba a sus amigos Theodore y Pansy deseando que no fuera ninguno de ellos. Mientras tanto, los ojos de Nott estaban cerrados, su respiracion se agitó más de la cuenta pensando que ese dia sería el ultimo de su vida. Abrió despacio los parpados observando que la pared humeaba un poco a causa de un agujero que se habia hecho a escasos cinco milimetros de donde el se encontraba.

-Pero que..- Theodore se sorprendía.

-Que se siente estar al filo de la muerte pedazo de idiota machista- Comenzaba a reirse agitando su varita para despues entrar a esa celda lentamente; colocaba posteriormente la punta del madero en el cuello del chico esbozando una sonrisa torcida y maquiavelica. El trigeño solo lo observaba con algo de furia mezclada con miedo, aún respiraba con dificultad pero sabía que tendría que ser fuerte por sus amigos quienes lo necesitaban.

-Por que no me matas de una buena vez, ¿Qué esperas?- Replicaba Nott.

-Por que estoy esperando un pez mucho más gordo y mas importante que tu, asi que no por que te hayas tirado a la mitad de las zorras de Slytherin te hace ser miseramente digno de ella- En ese momento le dio un puñetazo n la cara haciendo que escupiera algo de sangre, mientras que Pansy, Blaise y la señora Malfoy lo miraban resignados esperando a que algo sucediera de todo esto.

-Por que odias tanto a Draco?- Preguntaba en un hilo de voz Narcissa preoocupada por su hijo, pues no quería llegar a pensar que perdiera la vida intentando rescatarlos; en cambio el hombre enmascarado tan solo la miraba rodando los ojos.

-Sabe señora Malfoy, esas preguntas llegan a cansar- Salía de la celda volviendola a cerrar quedando en el pasillo y recargandose en los barrotes. - ¿Por qué lo haces?, ¿Por qué no trabajas en tu rencor?, ¿Por qué no perdonas?, ¿Qué de malo te hizo el?, bla , bla, bla , bla,  la venganza no es buena, bla!- Hacía una pausa mirandolos con determinacion. - La pregunta aquí sería, ¿Quién no odiaría al dicatador de Malfoy señora?, o mejor dicho , ¿Quién lo quiere en el mundo?- Observaba con triunfo las lagrimas de la madre del platinado mientras que los demás solo se limitaban a escucharlo.

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