No necesito tu lástima

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Había llegado tan esperado en el que los acreedores a premios anuales se mudaran a la famosa torre especial; Hermione estaba mas tranquila al poder estar en otro sitio evitando cualquier contacto con Harry. Draco no había llevado su equipaje a las mazmorras afortunadamente  por lo que se encontraba esperando en el gran comedor con aquella carta que había escrito en espera de enviarla en la primera lechuza disponible.

La castaña llegaba con su equipaje ayudada por sus amigos Harry y Ron quienes al entrar al gran comedor apretaron sus puños observando que Malfoy se encontraba sentado contemplándolos con sumo descaro. El pelirrojo sentía ganas de írsele a golpes a causa de un gesto burlón que el platinado había hecho desde donde estaba sentado.

-Malfoy, si te atreves a tocar un solo cabello de Hermione te patearé el culo albino tan fuerte que tu padre sentirá nauseas- Ron tomaba del brazo a la castaña antes de que avanzara, en cambio Harry no se movía recordando que no era prudente acrecentar el odio en ese ex mortífago; solo lo miraba deseando que no contestara a las palabras retadoras de su amigo.

Draco se levantó de un brinco sin despegar la mirada del pelirrojo dirigiéndose a paso lento para quedar a una distancia razonable y evitar una riña. Su mirada socarrona y sonrisa torcida se hacían presentes en el rostro arrugando el rabillo de los ojos para demostrar autosuficiencia provocando más la furia de los ahí presentes. Hermione pudo percibir ese aroma a encino dulce que hacía algunos años sintió cuando con toda fuerza le había lanzado un puñetazo por el hecho de hacer que casi decapitaran a un hipogrifo que tan solo se defendía de sus insultos.

-Descuida comadreja, no tocaría a Granger ni para torturarla- el rubio sonreía observando a Hermione quien tan solo veía que sus amigos comenzaban a alterarse respirando profunda y aceleradamente- Oops, creo que alguien más ya lo hizo- Soltaba una risotada estruendosa haciendo eco en aquel gran salón multiusos haciendo que algunas lechuzas se cambiaran de sitio asustándose un poco por el sonido. Mientras tanto los otros dos se pusieron frente a su amiga con sus ojos llenos de odio, de repulsión contra aquella basura de tipo engreído que se atrevía a pesar de tener su nombre y orgullo enlodados a siquiera mencionar su apellido.

-Te vas a arrepentir hijo de puta malagradecido- El pelinegro tomaba su varita poniéndola en ristre mientras que el platinado hacía lo mismo observándolo con el mismo odio, desprecio y resentimiento arraigados depositados en la punta de su varita de encino con nucleo de pelo de unicornio. El choque de miradas girs y verde podían ahora desencadenar por si solas otra guerra mágica si ésta no era detenida, por lo que Hermione se puso en medio de las dos varitas dándole la espalda a Malfoy mirando con severidad a Harry. El chico de ojos grises no pudo hacer ningún hechizo no por preocuparse por la integridad de la Gryffindor; sino por que no deseaba dificultades sin llevar a cabo aquel plan de venganza que tenía en mente. En cambio el pelirrojo intentaba atraer a la castaña pero ella se safaba bruscamente de su agarre sosteniendo la mirada en esos ojos verdes.

-Eso es precisamente de lo que estoy harta Harry- La chica se exasperaba un poco mostrándose firme con sus palabras. - ¿Acaso no has aprendido nada de la guerra?, piensas que tan solo fue un evento que paso por mera casualidad?, pues te tengo noticias, estamos reconstruyendo nuestras vidas y si tu no te atreves a dejar el rencor y el pasado atrás no esperes que los demás también lo hagan- A pesar de no mirar al platinado éste se sentía extraño, como si detestara que ella hablara del perdón y el cambio siendo que para él no tenía el más minimo derecho; el pelirrojo solo siguió lanzándole una mirada asesina y la castaña no despegaba su vista de la de Harry, mismo que se sentía el mas inmaduro y tonto del mundo por caer en una insignificante provocación.

-Pensé que todos aquellos sucesos te habían hecho cambiar pero veo que sigues siendo un imbecil inseguro de ti mismo, un hombre que siempre se atiene a que otros saquen la cara por él- Puntualizaba la Gryffindor sorprendiendo a sus dos amigos pero sobre todo al platinado, pues jamás se hubiera imaginado que el trio de oro pudiera tener un altercado en sus narices; quizá sacaría  partido de toda esa discusión, pero lo que más le interesaba era la forma de comenzar su plan maestro meditando cada paso que daría en la destrucción de su enemigo Harry Potter.

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