Seis ojos de Plata

3.9K 187 14
                                    

Aun con la declaración que Crabbe le hizo en su lecho de muerte el semblante de Draco era totalmente decaído, no podía dejar de pensar en esos ojos que se desvanecían en el fuego recordando el momento exacto en el que su otro amigo había perecido en la sala de los menesteres. 

Hermione tan solo lo miraba interpretando su silencio como el mas profundo duelo de haber perdido a alguien querido; le recordaba la misma mirada a los familiares de los hereoes de guerra. Tonks, Lupin, Colin Creevy, todos en absoluto que derramaron sangre con tal de liberarse del yugo de Voldemort.

Decidió dejarlo solo con aquel dolor, pues por fin notaba que el platinado de ojos grises se reencontraba a si mismo, una especie de confrontación que hacía mucho tiempo le hacía falta. Notó enseguida que un par de lagrimas se derramaban a lo largo de sus mejillas haciendo que sus orbes de plata liquida se aguaran sobremanera fijando su mirada en uno de los cuadros que se postraban en la pared enmarcando aquel emblema que tanto habían adorado por muchos años.

El escudo de Slytherin , su alma matter.

Hermione pasaba saliva con dificultad y notaba la reacción que ahora esa serpiente enroscada provocaba en el chico que empuñaba sus manos en señal de impotencia debido a los recientes acontecimientos. El saber que uno de sus camaradas lo odiaba por la muerte de Goyle, el hecho de tener un medio hermano del cual conocía poco de su existencia… el saber que la mayoría de su vida fue una rotunda mentira rodeada de lujos, de dinero, de ego… de mierda reluciente que por mas adornada que estuviese no dejaba de ser precisamente eso.

-Draco… tu madre esta alla adentro, y todavía queda Lucien- La castaña apretaba sus labios uno contra otro reprimiendo las ganas de abrazarlo, pues sabía que ese momento en especial debía respetarlo.

-Hermione, tu debes regresar con tus padres, yo me encargare de esto, da parte a Azkaban y quiero que comentes todo lo que has visto aquí, deseo que Crystal Parker llegue y me entregue-

-Draco estas loco?, tu madre te necesita, no tienes que hacer esto, sabes que Crabbe fue quien capturó a Pansy y a los demás, no tomes una desición precipitada porfavor- Ella mencionaba tomandolo de la mano de forma desesperada, pero jamás había visto o presenciado esa mirada tan segura de si misma. El tan solo la miraba con determinación, a la vez con dulzura escuchando de su voz melodiosa la paz que habia encontrado con ese momento a solas con sus propios demonios.

-Hice mal al culpar a otros de mi mismo infierno, arrastré a mi madre a este lugar no teniendo la culpa de nada mas que de ser una mujer que se portaba a la jodida altura que un cabrón mentiroso como mi padre nos obligaba- Apretaba sus dientes enunciando aquella ultima oración arrastrada, con un deje de reproche hacia su progenitor que incluso hasta la misma Hermione temió y dio por bien sentado.

-No permitiré eso, tu no mereces eso Draco.

-Lo merezco Hermione!, ya es tiempo que tome al toro por los cuernos y enfrente el hecho que seguire siendo un claro ejemplo de oscuridad como mi padre se encargo de recordármelo desde el momento de mi iniciación a mortifago- El se arremangaba la camisa mostrando su marca tenebrosa que aún seguía claramente tatuada en su brazo izquierdo recordándole el deber como hijo y descendiente sangre pura y al cual se le obligaba a mantener el linaje que Voldemort abanderaba.

Hermione deseaba retenerlo, necesitaba saber que el platinado resultaría ileso de todo aquello pero en definitiva, las cosas serían peores si no se entregaba. Los dementores lo buscarían y estos a su vez no tendrían piedad alguna persiguiéndolo hasta el confín mas escondido sobre la tierra corriendo la misma suerte que Sirius Black cuando llegó a Hogwarts. Dio un largo suspiro y lo tomaba suavemente de la mano, aquella tan blanquecina como la nieve, como si tocara una pieza de porcelana pálida admirando su belleza.

EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora