Sebastian

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Capítulo 22

SEBASTIAN (P.D.V)

Dentro de dos horas quedaría con Eliza y no tenía idea de por qué lo había hecho. Si, una parte de mi quería creer que era pa seguir enamorándola, pero la otra me decía que no. Que no la había llamado para eso, que no quería quedar con ella por eso.

- ¿Te encuentras bien, hermano? -Preguntó Christopher al tiempo que me daba una palmada en el hombro.

- Estoy un poco confuso -Contesté sincero mientras me pasaba una mano por la cara.Esta situación me estaba trayéndo de cabeza.

- ¿Se puede saber por qué?

- Movidas mías -Dejé salir un suspiro y apoyé mi cabeza contra el respaldar del sillón. 

- Si necesitas algo, sabes que puedes contarmelo -Dijo mientras se dirigía al interior de la casa.

- ¿A dónde vas?

- Trabajo -Contestó con una mueca antes de desaparecer de mi vista.

Centré mi vista en la piscina que tenía nuestra gran casa. Era tan grande que podías perderte en ella, está claro que no es como la que tenemos en Moscú, pero es bastante grande y no sabía la razón por la cuál nos la habían dado. Se suponía que eramos adolescentes, pero ¿quién vive en una casa tan grande como esta y está en ese insituto que es de los más normalitos de este país?

- Sé que no estás bien -Dijo Helena a la vez que se dejaba caer en el sillón.

La miré y sonreí de lado.

- ¿Y eso? 

- Tienes la mirada perdida, y tú nunca tienes la mirada perdida.

- Yo también sé que tu no estás bien.. ¿has vuelto a discutir con Chris? -Todos sabíamos que ellos estaban completamente enamorados pero también sabíamos que ninguno de los dos daría el primer paso, y si alguno lo daba, ese jamás sería Christopher.

- No hablemos de mi -Cortó de golpe- hablemos de ti.. ¿qué te preocupa, Sebas? 

- Mi misión, Eliza -Dije sincero. No tenía ningun motivo para ocultárselo a Helena.

Soltó un gran suspiro y me miró con el ceño fruncido a la vez que me daba una mirada preocupada.

- Por favor, no me digas que estás enamorado de ella.

- ¿Qué? ¡no! -Reí- eso es la cosa más estúpida que podrías haberme dicho.

- ¿De verdad? 

- Te lo prometo -Sonreí mientras negaba- estar enamorado de Eliza.. eso es de locos.

- ¿Por qué dices eso? es una chica bastante guapa.

- Pero no es mi tipo -Me encogí de hombros y sonreí.

- ¿Entonces por qué te preocupa? 

- He quedado con ella y no sé realmente la razón, y no, ni me gusta, ni estoy enamorado de ella.  Es que.. con ella siempre estoy super agusto y eso que solamente hemos tenido una cita.

Me dio una mirada confusa.

- ¿Entonces? ¿cómo es que siempre estás a gusto?

- En todos los recreos estamos juntos. Desde el primer día que llegamos me metí en una clase con ella y no sé, estaba tan a gusto que no me he ido de ahí y cuando salí con ella fue más de lo mismo, estaba super bien, esa chica es como un remanzo de paz.

- Será que te gusta que no sea como todos nosotros. 

Realmente lo consideré.

- ¿Por qué no aprovechas todo lo que puedas con ella? olvídate de la misión y de todo y disfruta, puede que Christopher diga lo contrario, pero esta misión es buena para nosotros.. llevamos mucho tiempo nosotros siete contra el mundo.. podemos tener amigos.

- Después tendremos que matarlos -Susurré.

- Al menos podremos disfrutar.

- ¿Y de qué sirve eso si después nos sentimos mal? -Pregunté- ¿no te has cuenta de que si nos encariñamos de esta gente, después será muy difícil hacer nuestro trabajo?

- ¿Y de qué sirve no aprovechar las oportunidades que nos da la vida?¿pretender quedarte toda tu vida sin sentir lo que es conocer a alguien nuevo?¿pretendes estar toda la vida sin saber lo que es no estar manejado por alguien?

- Pero es que estoy manejado por alguien, Helena. No puedo evitar lo que hago y tampoco quiero hacerlo. Me siento bien con mi trabajo.

- Pues entonces no sé que quieres.

- Es que ni yo lo sé. Solo sé que con ella me siento a gusto y ya está.

Si, habíamos terminado discutiendo sin ningun motivo.

- Pues bueno, aprovecha los momentos en los que quedes con ella porque al fin y al cabo vas a tener que hacerlo sí o sí, tu decides como experimentar esos momentos, si amargado y deseando el momento de alejarte de ella, o diviriténdote -Se levantó y me dejó allí, completamente solo con el balanceo del sillón.

Cerré los ojos y solté otro gran suspiro. No entendía por qué todo tenía que ser tan difícil. No entendía por qué nos habían mandado con esta gente. Cualquiera que fuese un poco inocente pensaría que nos enviaron aquí para que viviesemos como adolescentes normales, pero ni de lejos esa es la realidad. Nos mandaron aquí para hacer daño, porque eso es lo que nostros hacemos, daño. Nunca le dejamos un buen sabor de boca a alguien, nosotros somos la muerte personificada, nosotros somos Los Romanov, somos una maldición para la humanidad. 

FLASHBACK *Hace seis meses*

- Por favor, te lo suplico con toda mi alma. Hazme lo que quieras a mi,pero por favor, no le hagas daño a mi hijo, te lo suplico -Gritó la mujer mientras me agarraba de la pierna.

- Suéltame -Grité mientras la apuntaba con el arma.

- Por favor, solamente tiene siete años. Te lo suplico con toda mi alma, no le hagas nada a mi hijo. Házme lo que quieras a mi -Sus gritos mezclados con el llanto me perforaban los tímpanos.

- No es mi culpa que te hayas metido en todo este follón. No molestes a quién no tienes que molestar -Dije serio. No me iba a importar matar a ese niño porque su madre era quién había tenido la culpa de todo.

El niño también lloraba, pero lo hacía en silencio mientras se apretujaba contra la esquina como si quiesese fundirse con la pared, y si yo estuviese en su situación, haría lo mismo.

Conseguí desprenderme del agarre de la mujer y me acerqué al niño decidido, él solo metió la cabeza entre sus piernas y empezó a temblar descontroladamente. Una sensación de protección me embargó, pero en un momento me deshice de ella, yo no tenía compación por nadie, al igual que nadie la había tenido conmigo.

- ¡No! -Gritó la mujer cuando agarré al niño por el cuello de la blusa y lo levanté- ¡por favor!¡no le hagas daño, es solamente un niño pequeño que no sabe nada!

Solté al niño, y cuando vi la esperanza en los ojos de la mujer al ver al niño corriendo hacia ella, le metí un tiro al pequeño.

- ¡No! -El grito de la mujer hubiese despertado a todos los que se quedaban en aquella casa si todos no estuviesen muertos ya- ¡no!¡no!¡Louis! ¡maldito hijo de puta! 

Corrió hacia a mi, asi que levanté el arma y le pegué un disparo en la rodilla.

- ¡Maldito cabrón de mierda! ¡ojalá todo esto que me has hecho te lo hagan a ti un día! -Gritó en mi cara cuando me acerqué a ella. No se había quejado en ningun momento por el disparo en la rodilla, y eso significaba que el dolor que sentía por la pérdida de su hijo era mucho más grande que el de un disparo.

- A mi ya me han hecho sufrir bastante, Señora Milán -Dije antes de pegarle un tiro en la cabeza que silenció sus gritos- Dios, ¡qué bueno es el silencio! 

FIN DEL FLASHBACK

Me levanté decidido y entré en la casa. Me prepararía y quedaría con Eliza y pasaría el mejor momento de mi vida y eso haría a partir de ahora. Me daba igual el futuro, quería vivir el presente, cuando llegase el momento de apuntarle con un arma, lo haría, porque yo jamás negaré como soy y lo que hago, porque una parte de mi se siente orgullosa de servir para algo.

Los Romanov #1:RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora