05:40am

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­­Izuku estaba corriendo a toda velocidad. Ignoraba toda la precaución que había estado llevando hasta entonces y pasaba a media calle por las avenidas principales.

Un par de personas intentaron dispararle, y él ni siquiera reparó en ellas.

La mayor ventaja que tenía en ese momento era que, por ser la última hora de la purga, la cantidad de personas con vida que podrían intentar asesinarlo se habían reducido a casi nada.

La única persona que corría detrás de él, y el principal motivo por el que no había sido asesinado por las personas aleatorias con las que se habían cruzado, era Kacchan.

Invisible girl, como la llamaron y que fue quien le contestó ante la incapacidad de Ochako en ese momento para formular una oración, se había quedado para cuidar a los civiles y a Red Riot que, así herido como estaba, se encargaría de llevar el cuerpo de Asui. De Tsuyu-chan.

Izuku se mordió el labio inferior y trató de aumentar su velocidad.

Le habían dicho que habían sido atacados en el estacionamiento donde se habían quedado y que la mayoría de los inquilinos de su edificio, entre ellos su madre, se habían ido en un camión a otro refugio, pero que al parecer habían sido atacados en el camino. Existía la posibilidad de que hubiera sobrevivientes. Explosion le dijo en dónde era ese otro refugio al que podrían haber ido y no se había detenido a pensar en nada más.

Después de sacar toda la velocidad que sus piernas eran capaces llegaron a su destino. Entró sin discreción por la puerta y fue recibido por un disparo que no le dio en la cabeza solo porque la suela de su zapato chocó con el desnivel de la entrada y se tropezó, Ka entró justo detrás de él y apuntó su arma al interior.

—Phantom Thief —habló Ka con fuerza. Era el tono de voz que usa quien está acostumbrado a dar órdenes.

—Explosion Murder —le dijo el hombre que estaba apuntándoles, igual que el resto, completamente vestido de negro y con un pasamontaña que lo cubría. Ambos bajaron sus armas.

Izuku se levantó, solo su rodilla había tocado el suelo. Se acercó a las personas que se habían apretado contra la pared y que se relajaban al ver que no los atacarían.

Su madre no estaba entre ellos.

Sintió su corazón detenerse. Su respiración se agitó de inmediato, todo se había vuelto frío, de alguna manera sentía que se había creado una especie de barrera entre él y todo lo que se encontraba en su entorno. El hombre Phantom Thief estaba dando un reporte, pero las palabras se escuchaban lejanas para él.

Estaba seguro de que sus propios ojos estaban abiertos a su máxima capacidad, respiraba por la boca porque el aire que entraba por su nariz no le era suficiente. Algo apretaba su pecho, algo se atoraba en su garganta. Vomitaría. ¿Dónde estaba su madre?

—Nos separamos —dijo el otro hombre e Izuku sintió un momento de lucidez—, Battle Fist tuvo que llevarse a algunos civiles por otro camino y actualmente deben seguir en la calle.

—¿Hacia dónde se fueron? —preguntó lleno de desesperación.

—No tengo forma de contestar eso —le respondió mientras, por lo que podía deducir en base al movimiento de su cabeza, le daba una mirada a todo su cuerpo analizando quién era él y por qué debería responderle—. Nos separamos tres calles al norte, donde autos en llamas ocupaban todo el espacio-

—Y una mujer loca con perros disparaba a la pared —lo interrumpió Ka—, sí, pasamos por ahí.

—Ella fue al otro lado, no sé más.

Noche de PurgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora