Abrí los ojos lentamente, intentando acostumbrarme a la luz del día sin siquiera darme cuenta de que Erick seguía acá.Me senté en la cama y lo observe por unos segundos. Tenía la boca ligeramente abierta, el cabello cubría un poco de su frente al estar totalmente despeinado, y se podía escuchar su respiración. Acaricie su mejilla lentamente, sin la intención de despertarlo, simplemente sentía la necesidad de abrazarlo por alguna extraña razón.
–¿Qué pasa? –abrió un ojo con lentitud. Se le notaba lo adormilado que estaba.
–Nada, yo... Uhm... –baje la mirada y jugué con mis manos sintiéndome totalmente nerviosa.
Lo escuche reír y pronto sentí como la cama se movía un poco. Voltee a mirarlo, ahora tenía los dos ojos abiertos observándome fijamente, tenía sus codos puestos en el colchón aún sin levantarse del todo, y tenía la cabeza ligeramente hacia atrás. Mordió su labio y soltó una risita juguetona.
–Ahora puedo gritar a los cuatros vientos que eres mía –estira su brazo y acaricia mi mejilla–. Y sólo mía, amor.
Mis mejillas se tornaron de un color rojizo. Por alguna extraña razón, él siempre provocaba estos sentimientos en mi.
–Erick –murmuré apenada.
Los recuerdos de la noche anterior volvieron a mi, y no cambiaría aquello por nada del mundo. Tal vez no fue el mejor lugar, ni siquiera fue el momento correcto. Pero para nosotros si lo era, y el simple hecho de estar juntos hacia como si lo demás no fuese importante, todo desaparecía y lo único que realmente me importaba era él.
–¿Qué, amor? –me mira–. ¿O es que acaso yo te doy pena?
Negué rápidamente, él soltó una risa al verme en total estado de nerviosismo.
–Ven acá –rodó los ojos y estiro sus brazos. Lo mire por un segundo y después me acerque a él, dejando mi peso caer sobre su cuerpo y recargando mi cabeza en su pecho al mismo tiempo que me rodeaba con sus brazos–. No sabes lo feliz que me haces. Odio ser cursi, pero tu me haces serlo, ¡mierda!
No respondí, simplemente me dedique a disfrutar el momento. Sus brazos acariciando mi espalda mientras susurraba cosas a mi oído, cosas que me hacían amarlo aún más.
–Erick, te amo –susurré sin mirarlo.
No era la primera vez que se lo decía, más tenía unas inmensas ganas de decírselo de nuevo.
–Vera, amar es poco. Lo que siento por ti no tiene límites, hasta el universo se sentiría tan pequeño y jodidamente estúpido si supiera lo mucho que te amo, lo importante que eres para mi y lo mucho que significas, nena –dijo con la voz ronca. Había logrado quedarme sin palabras, jamás me imagine que algún día esto pasará.
¿Terminar enamorada de un secuestrador? ¿De un asesino?
Suena como una broma, algo imposible, difícil de creer. Pero era cierto, me había enamorado de él, tanto de lo bueno como de lo malo y estaba dispuesta a hacerlo todo con tal de seguir a su lado.
Me senté sobre su estómago sin lastimarlo, y coloque ambas manos sobre su pecho mientras lo veía fijamente. Sostenía una sonrisa en su rostro, y se veía que no tenía la intención de borrarla.
–No hace falta que digas algo –contesto justo cuando estaba apunto de decir algo, pues me había puesto de lo más nerviosa y parecía que él lo había notado.
Pasó un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja. El simple contacto logro ponerme la piel chinita, de nuevo.
–Creo que debería irme, se darán cuenta de que no estoy –soltó un bostezo y posó ambas manos en mi cintura para después sentarse conmigo sobre sus piernas.
Coloque mi cabeza en su hombro y lo abrace con fuerza, mientras mis piernas rodeaban su cintura.
–No quiero que te vayas –hice un ligero puchero. Escuche como soltó una risita y me apretó contra él aún más fuerte, casi tronándome los huesos de la espalda–. ¡Erick! ¡Suéltame! –me movía entre sus brazos intentando zafarme del 'amoroso' abrazo. Él me aferraba más contra su pecho mientras se movía de un lado a otro sólo para fastidiarme aún más.
–¡Auch! –lo escuche gritar al momento de poner en marcha mi plan B. Morderlo.
Me soltó rápidamente y llevo su mano derecha hacia el área afectada, dando un leve masaje y quejándose del dolor.
–¿Eres una carnívora? –dijo mirándome de mala forma.
Simplemente sonreí.
–Oh, veo que así es –rodó los ojos y se levanto de la cama. Sacudió su cabello en un intento por acomodarlo, lo cual no le resulto nada bien pues lo había empeorado.
Mordí mi labio levemente al verlo semidesnudo, pues sólo cargaba con sus bóxers. Se dio la vuelta y me observo con una sonrisa picarona.
–Anda, yo sé que quieres más pero tienes que esperar –dijo coquetamente.
Solté una risa y negué con la cabeza.
–Ya quisieras –le saqué la lengua y me volví a sentar, tapándome con la cobija y dándole la espalda a Erick.
Sentí su mano acariciar mi hombro y pronto sus labios rozar mi cuello hasta subir a mi oreja.
–Volveré en un rato, amor –acaricio mi mejilla y dejo un pequeño beso sobre mis labios. Sonreí cómo boba, y sólo escuche como término de cambiarse. Y sin darme cuenta, ya estaba fuera de la habitación.
¡Una disculpa enorme por la tardanza!
Intentare subir otro mañana✨
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Plan de escape |EDUA#2|
FanfictionAmbos sufrían en silenció, queriendo apartarse del mundo, desaparecer por completo de aquí. ¿Qué pasará si el destino tiene planeado unirlos de nuevo? Seguramente nada bueno. Ambos se llevarán con una gran sorpresa, más aún el, pues se encontrara co...