Capítulo 2

2.6K 340 44
                                    


–¡Sosténla bien! –grito Ryan mientras se acercaba a mi.

–No puedo –susurré, solté el arma e hizo un sonido fuerte al chocar con el suelo.

–No sirves para esto. ¿Qué haces aquí? –se quejó–. Te lo juro que estas colmando mi paciencia, niña.

–Y-yo...

–¿Pasa algo? –Joel llego a nuestro lado y se cruzó de brazos. Miro mal a Ryan y dio un pasó hacia el–. Si me enteró que estas molestando a Vera, las pagaras.

–Si, como sea –contesto el chico, antes de salir de la habitación. Me quite toda la protección, empezando por el chaleco antibalas.

–Creo que esto fue mala idea –susurró negando con la cabeza–. No debí aceptar esto.

Imito mi acción y quitó su chaleco. Dejo su arma encima de la mesa y me tomo del brazo suavemente, llevándome hacia la salida. Apenas teníamos dos semanas aquí y era pésima en esto, no se en que momento
se me cruzó por la cabeza está idea.

Tal vez quería ser cómo el, quería entenderlo.

–¿Qué haces? No podemos irnos –comenté, el paro en seco y me miro directamente hacia los ojos.

–Nos tomaremos el día libre.

Volvió a tomar de mi brazo y con algo de esfuerzo, me llevo hasta el coche.

[...]

–¿No piensas comer? –preguntó.

Mire mi plato sin muchas ganas, el apetito había desaparecido por completo. Tan sólo jugaba con el tenedor, enrollando la pasta en el.

–Te estas dañando a ti misma.

–Con un día que mi estómago no cargué con comida, no significa que me este "dañando" simplemente no tengo hambre y ya, es todo, ¿comprendes?

El dio un leve movimiento de cabeza, dando a entender que lo había comprendido.

–Yo me retiro, no me encuentro bien.

–¿Pasa algo? –me levanté de mi asiento y negué. No quería preocuparlo más de lo que ya estaba.

Subí las escaleras y me encerré en mi habitación. Me deje caer en la cama sintiéndome en completa tranquilidad.

Erick Colón

Camine en fila hacia el comedor, una cucharada de puré de papa y frijoles, era lo único que se comía aquí. Y ni hablar del agua, era reutilizada, es decir, nos daban el resto de agua que había quedado de los días anteriores. El color del agua era café claro y se veía realmente asqueroso.

–Oh, miren a quien tenemos aquí –escuche una voz burlona. Pasaron por mi lado y Nicolás se subió encima de la mesa–. ¿Está rico?

Acercó su dedo índice a mi plato y lo metió dentro del puré, para después sacarlo y llevarlo a su boca.

–Sin duda esta igual que siempre, nada especial –se encogió de hombros. Rodé los ojos e intente pasar de el, no tenía ganas de discutir, peor aún si había un castigo de por medio, ese castigo era una pequeña agregación a tu sentencia, es decir; agregaban más días, inclusive meses.

–No quiero discutir –dije bordé.

–¿Y crees que eso a mi me importa? –sonrió burlón–. Levántate de ahí, cobarde.

Seguí en mi posición.
No iba a seguirle el juego, sabía exactamente lo que quería y no lo lograría.

–¿Sigues triste por tu chica? –fingió llorar–. No te preocupes, cuando salga de aquí, la cuido por ti.

Guiñó un ojo, me levanté de golpe y lo sujete de la camiseta, empujándolo hacia la pared.

–¿Qué has dicho?

–La cuido por ti –susurró–. Por tu reacción, puedo darme cuenta de que está más que buena.

Se mordió el labio, y cerró los ojos.

–Ya me la imagino, en la cama.

Sólo eso basto, para que me lanzara encima de Nicolás, golpeaba su rostro una y otra vez, mi puño se llenaba de sangre a medida se acercaba a su rostro.

Unos brazos me sujetaron, quitándome de encima de Nicolás. El me miro con enojo e intente zafarme del agarre del guardia.

Pronto la cara de Nicolás cambió por completo, de una de enojo a una de satisfacción. Y ahí caí en cuenta del porque.

Lo había hecho a propósito. ¡Pero que estúpido soy!

–Erick Colón, sígueme –ordeno un guardia. Me tomo de los brazos y me llevo a un lugar bastante conocido.


💙50 votos y sigo💙

Plan de escape |EDUA#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora