Capítulo 13

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Erick Colón

Lo mire fijamente, esperando a que soltara una sola palabra más. Estar acá, dentro de la celda, con este tipo, no era una muy buena combinación.

Caminaba de un lado a otro, intentando ignorar las torpes palabras que salían del castaño.

–Deberías pensártelo bien –volvió a decir.

–¡Cállate de una maldita vez! ¿Qué parte de es M-Í-A, no comprendes?

Él chico sólo soltó una risa, no había parado de hablar sobre Vera, y he de admitir que me tomo por sorpresa, ¿de dónde la conocía el?

–¿Posesivo? Con qué cuidas lo tuyo, eso no me lo esperaba.

–Mira, más te vale cerrar la boca si no quieres que te la parta en este mismo instante –contesté de forma brusca.

–Anda, que no te tengo miedo –soltó con una risa amarga–. Maldito asesino.

Sentí cómo si la sangre me estuviese hirviendo, mi rostro seguramente estaba rojo de la furia. Me acerque a pasos rápidos, tomándolo por la camiseta, su espalda choco contra la sucia pared.

–Oh, vamos –sonrió–. ¿Mis palabras te afectaron?

–No lo volveré a repetir –escupí.

El negó con la cabeza, para luego mirarme fijamente a los ojos.

–Sabes muy bien que estoy en lo correcto –me dio un empujón, tomándome completamente desprevenido.

Solté su agarre y el sacudió su camiseta.

–Esto no se queda así –dijo antes de subir por la escalera de madera, para así poder llegar hasta la cama.

Rodé los ojos y me acosté en la de abajo. Podía escuchar el rechinado que daba a causa de mis movimientos, pero no me sentía cómodo y una parte de mi estaba intranquila.

Jamás había sentido tanta inseguridad desde que recién ingrese, y no era por mi, era por ella. Estaba afuera, muy lejos de mi. Y aunque sabía que Joel cuidaría de ella, no podía hacerlo de la misma forma que yo. El dudaría, más sin embargo yo sería capas de dar mi vida por ella.

Coloqué mi brazo por debajo de la almohada, intentando que aquellos pensamientos desaparecieran. Me estaba carcomiendo la preocupación, no sabía que hacer, o si estar tan intranquilo.

Sólo cerré mis ojos y espere a que el sueño se apoderara de mi.

[...]

Llevé la almohada hasta mi cabeza, cubriéndola por completo.

El molesto ruido que provocaban los guardias, lograban darme un dolor de cabeza.

–¡ARRIBA! ¡AHORA MISMO!

Los escuchaba gritar, sabía que debía de ponerme de pie, pero no logre conciliar el sueño anoche por lo cual no dormí mucho y ahora estaba más que cansada.

Un golpe aún más fuerte que los anteriores, me hizo dar un salto sobre la cama.

–¡DIJE A-R-R-I-B-A! –deletreo con la voz alta.

Me puse de pie, obedeciendo sus instrucciones. Abrió la celda y con su palo de metal, nos señalo el camino a seguir. Claro, con un guardia sujetando nuestras muñecas.

–Día laboral –avisó.

–No de nuevo –me quejé é instantáneamente sentí un golpe en mi espalda. Me había golpeado con el tubo de metal–. Hijo de puta...

Murmuré con enojo, eso pareció ponerlo furioso, lo supe perfectamente al momento en que el tubo volvió a impactar contra mi cuerpo, para esta vez, tirarme al suelo.

–Acá soy la ley, tu vas a respetarme porque lo harás –jaló de mi cabello con fuerza y estampó mi rostro contra el suelo.

Lo escuche reír, y no sólo el, los demás también lo acompañaban.

–Levántate del suelo, marica –dijo con gracia.

Mi nariz dolía más de lo que me gustaría admitir, puse mis manos sobre el cemento para poder impulsarme hacia arriba. Me levanté con un poco de dificultad, pero después de todo lo hice.

Con el torso de mi mano, limpie el rastro de sangre que escurría por mi nariz. El tipo sólo sostenía una sonrisa en su rostro. Choque mi hombro contra el suyo y el sólo me volvió a tomar de las muñecas.

–Aquí no es como en casa –afirmó–. Acá es el mismísimo infierno.

Tenía razón, si que lo era. Y lo peor de todo, era que sentía que podía con todo esto, ahora me doy cuenta que no es así.

A empujones y golpes, logró llevarme hacia la sala laboral, dónde un par de bloques y cemento recién salido, me esperaban.






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¡Perdón por tardar!
Se que debía actualizar el viernes, pero estaba tan ocupada que no me dio tiempo.

Aunque también porque no sabía como continuar. Pues el final del capítulo anterior, necesitaba ser narrado por alguno de los sobrevivientes de la lista, para explicar el que hacían ahí. Más si lo hacía así, tendría que escribir cinco capítulos como mínimo y se perdería un poco lo de vera y Erick. La segunda opción era seguir narrando con Vera, y escribir lo que pasó después de la "visita" y eso, pero al final termine por borrar los dos y ahorita mismo me puse a escribir este capítulo, como definitivo.

Se que muchas personas no llegan hasta el final del capítulo, donde escribo las notas y eso. Pero hace poco comencé a escribir una nueva historia, se titula "24 horas" no les pondré un prólogo o una sinopsis, para no alargar el asunto. Pero esta historia la quise hacer basada en el caso de Jess Lydon💙 ella posé un tipo de síndrome que sólo hace que recuerde 24 horas. Y sólo aclaró esto para las personas que preguntan si es adaptación de la película "como si fuera la primera vez" y no, no es así. Esta total y completamente basado en el caso de Jess Lydon y se podrán dar cuenta que nos es nada parecida a la película, a medida que lean. No hay mucha información sobre este tema, así que estoy un poco confundida, pero sería muy lindo el si se pudieran pasar y darme su opinión, para saber si voy bien o mal.

Oh, casi lo olvido...

¡Lo lograron!
Habrá actualizaciones también los miércoles✨💙

Espero de todo corazón que les haya gustado. Me retiró porque son las 7:00 AM y me la pase toda la madrugada pensando en que escribir para este capitulo, recién lo término así que es hora de dormir.

Nos leemos el miércoles

¡Qué tengan bonito día y muy buen inicio de semana!💙💙

Besos😚

Plan de escape |EDUA#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora