Me levanté con flojera de la cama. Tallé mis ojos y solté un bostezó, mi mano rozó la almohada, llevándome con la no tan sorpresiva noticia de que estaba húmeda, a causa de mis lágrimas.–No dejaste de llorar por la noche. ¿Cierto? –mire en dirección a la puerta de mi habitación. Recargado, en el marco de la puerta, se encontraba Joel.
–No –admití encogiéndome de hombros. Dio una risa burlona y se acercó, sentándose junto a mi.
–Tienes que dejarlo ir –acaricio mi hombro con delicadeza.
–Pero y-yo... No puedo –mi voz se entrecorto, las lágrimas saldrían en cualquier momento.
–Oh, Vera –pasó su brazo por mi hombro y me rodeo en un cálido abrazo. Mis lágrimas empaparon su camiseta, pero pareció no importarle.
–Lo extraño tanto, Joel –confesé, sentí mis labios salados, a causa de las lágrimas.
–Yo también –dijo acariciando mi cabello. Me separe de el y lo mire a los ojos, esos ojos color café que lograban tranquilizarme.
Con el torso de mi mano, quite cualquier rastro de lágrimas que pudo quedar.
–Tranquila, hermanita –susurró–. Yo te cuidaré.
En tan poco tiempo Joel había logrado robarse mi corazón. No de la forma de sentir amor hacia el, o sentir deseo. Era más bien un cariño, como un hermano para mi, y eso es lo que era.
–Gracias –sonreí en su dirección. Se levanto de la cama y camino hacia la puerta.
–Vístete rápido, que estaremos llegando tarde –avisó.
Mire el reloj dándome cuenta de que eran las 7:30 A.M, quedaban sólo treinta minutos para que las clases iniciarán. Corrí a mi armario y saqué el uniforme; un chaleco junto a un pantalón holgado, ambos color gris.
Al terminar de cambiarme, hice una coleta para acomodar mi despeinado cabello. Tome mi mochila y baje corriendo por las escaleras, ahí estaba Joel, mirándome impaciente.
–¡Por fin! –alzó los brazos, abrió la puerta y ambos salimos–. Adelántate, cerrare la puerta.
Asentí y camine hasta el auto, las puertas no tenían seguro así que entre fácilmente. Mire por el espejo del auto, Joel se acercaba mientras afirmaba la mochila a su hombro.
–¿Lista? –preguntó.
–Más que nunca –dije completamente feliz. Sería mi primer día de escuela. Bueno, nuestro, más bien.
Encendió la radio y pronto empezó a sonar una canción que conocía a la perfección.
Es triste ver la noche si no estas
No puedo más
No quiero más
Te fuiste antes de tiempo sin hablar
Sin explicar
Y ya no estas
Yo no se sí fue cobardía
La culpa fue mía
No quise entender
Tu eras el amor de mi vida
Mi causa perdida
No quiero entender
¡Devuélveme el corazón!
No quiero vivir así,
Devuélveme las promesas
Y la vida que te di
Devuélveme esa canción
La que con sueños escribí
Y llévate los recuerdos
Que me duelen más que a ti
Y aunque yo te ame sin razón
Devuélveme el corazón...Una lágrima resbalo por mi mejilla, esa canción me recordaba tanto a el. Sentí una presión en mi pecho, lo extrañaba demasiado. Y lo peor de todo era que jamás volvería a verlo, jamás vería sus hermosos ojos verdes, tampoco vería su sonrisa y no podría probar aquellos apetitosos labios.
–¿Estas bien? –preguntó, mire de reojo y pude darme cuenta de que había desviado la mirada de la carretera.
–Sólo sigue conduciendo –pedí. Recargue mi cabeza en la ventanilla, la canción seguía sonando y cada vez se profundizaba más en mi corazón.
Contigo mi intención no fue ganar
Mejor perderte
Que no intentar
Por ti costaba tanto no llorar
Pero querer
Fue perdonar
Yo no se sí fue cobardía
La culpa fue mía
No quise entender
Tú eras el amor de mi vida
Mi causa perdida
No quiero entender
¡Devuélveme el corazón!
No quiero vivir así,
Devuélveme las promesas
Y la vida que te perdí
Devuélveme esa canción
La que con sueños escribí
Y llévate los recuerdos
Que me duelen más que a ti
Y aunque yo te ame sin razón...Joel paró el auto de un momento a otro, pensé que lo había hecho para hablar, pero no era así. Habíamos llegado a la "escuela".
Baje del auto con prisa, no quería seguir escuchando esa canción, más aún así, se seguía reproduciendo en mi mente.
Se que tu mirada se fue
Que ya no será como ayer
Que te olvidarás de mi voz
Sé que nuestra luz se apagó
Y aunque yo la quise encender
No todo lo pudo el amor
¡Devuélveme mi corazón!
No quiero vivir así
Devuélveme las promesas
Y la vida que perdí
Devuélveme esa canción
La que con sueños escribí
Y llévate los recuerdos
Que me duelen más que a ti
Y aunque yo te amé sin razón
Devuélveme el corazón...Solté un grito al viento, dejando salir mis penas. El dolor mataba poco a poco.
Joel miraba todo confuso, se quiso acercar pero se lo impedi. Tenía que superar esto por mi misma, no necesitaba su ayuda.
–Entremos –fue lo único que dije. El asintió y nos encaminados a la entrada del edificio color café claro.
–Está enorme –murmuró.
Esto si que llamaba demasiado la atención, esperaba no tener que salir huyendo a causa de eso.Había varios chicos, pero más adultos que jóvenes. Me sujete del brazo de Joel y comenzamos a caminar en busca de la dirección. Una puerta metálica, cargaba con un letrero.
"Sr. Palomares"
Era lo que tenía escrito. Trague saliva y apreté más mi agarré. El río nervioso y toco la puerta.
–Adelante, pasen –se escucho desde adentro.
Obedecimos y el fue el primero en entrar. Cerré la puerta detrás de mi y mire con detenimiento la habitación, más aún al sujeto canoso que se hacia llamar Sr. Palomares.
–Los estuvimos esperando –sonrió alegré–. Necesitábamos más personal para el trabajo sucio –dijo burlón mientras rebuscaba en su cajón.
–¡Oh! Aquí están.
Sacó un par de pistolas y las coloco frente a nosotros, en la mesa.
–¿Están listos para su primera misión?
–Si –dijimos al unísono.
Estaba más que lista para esto.
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Plan de escape |EDUA#2|
FanfictionAmbos sufrían en silenció, queriendo apartarse del mundo, desaparecer por completo de aquí. ¿Qué pasará si el destino tiene planeado unirlos de nuevo? Seguramente nada bueno. Ambos se llevarán con una gran sorpresa, más aún el, pues se encontrara co...