Plan de escape |EDUA#2|

Capítulo 10

Maratón 4/4

Erick Colón

La madre de Fonseca, uno de los chicos de la lista, había venido de visita.

La escuchaba soltarme palabrotas y uno que otro golpe, más deje que lo hiciera, merecía eso y mucho más, de verdad estaba tan arrepentido.

–Lo siento –susurré, ella paró de golpearme para mirarme.

–¡¿LO SIENTO?! –chilló–. ¡ERES UN MALDITO ASESINO!

Y volvió a golpearme con fuerza, mi mejilla comenzó a arder, de reojo vi como se acercaban las personas intentando parar la pequeña discusión, ella intentaba zafarse del agarre de unos de los guardias, mientras que por mi parte me quede quieto, esperando a que me llevarán de nuevo a la celda.

Los gritos de la señora seguían resonando por todo el lugar, más uno en específico, hizo que mi corazón se acelerará.

–¡ERICK!

Me di la vuelta con rapidez, sus ojos estaban llorosos, y su boca se abrió ligeramente.

Comenzó a correr en mi dirección, vi que uno de los guardias iba detrás de ella. Cómo pude me solté del agarre de uno de ellos y corrí hacia ella escondiéndola en mis brazos.

–No puedo creerlo –lloriqueo, comenzó a soltar pequeños sollozos, me partía el alma verla así.

–Vera –susurré aún sin poder creérmelo, lleve una de mis manos a su cabello y lo acaricie con suavidad.

De un momento a otro se separó de mi con brusquedad y busco con la mirada mis ojos, las lágrimas seguían descendiendo por su mejilla, acerque mi mano para limpiarlas, pero ella de un manotazo la apartó.

–¡¿CÓMO PUDISTE HACERME ESTO?! –gritó dándome un empujón, di un pasó hacia atrás sin perder el equilibrio–. ¡¿COMO?!

Se acercó más a mi y comenzó a darle pequeños golpes a mi pecho, sus puños golpeaban cada vez más fuerte, sostuve sus manos evitando que soltara un golpe más.

–Te odio... –lloriqueó.

Al escucharla decir eso, algo muy dentro de mi, se rompió. Esto dolía un millón de veces más que el tenerla lejos de mi.

–¡Te odio! –volvió a decir, sin decir alguna palabra más, la tome del brazo y la acerque a mi, escondió su cabeza en mi pecho, escuchaba su débil llanto, sus manos se aferraron a mi camiseta y me apegó más a ella. Respire su aroma y cerré los ojos por un momento, disfrutando de esto.

–¡Llévate a la chica! –escuché cómo exigía un guardia.

Abrí mis ojos rápidamente y vi como se acercaban hacia nosotros, la apegué más a mi pecho y escondí mi cabeza en el espacio de su cuello. Sentí como me jaloneaban del brazo, apreté el agarré, negándome a dejarla ir.

–¡Suéltala muchacho! –exigió.

Negué con la cabeza, mi corazón latía con rapidez, no quería que se la llevarán, pensé que podría estar sin ella, pero justamente ahora me daba cuenta de que no podía.

–No te alejes, por favor –pidió entre sollozos.

–No lo haré –dije firmé.
Sentía que cada vez más, el abrazo se deshacía, hasta que no la sentí más.

–¡Erick! –chilló, un guardia la tenía en brazos, llevándosela a rastras del lugar.

–¡NO! ¡VERA! –intente soltarme del agarre del hombre, pero pronto se unieron unos más, evitando que pudiera moverme.

Ella lloraba, y el guardia la tomaba con brusquedad, hasta que salieron de mi campo visual, por completo.

–Vera... –susurré para mi mismo.

Esto era demasiado para mi, no pensé que volvería a verla, y mucho menos de esta forma.

Me lanzaron dentro de la celda, sin cuidado alguno. Mi cabeza estrello en el suelo, solté un quejido, y como pude me pare del suelo. Camine hasta la cama con algo de dificultad y no tarde en lanzarme a ella.

–¿Estas bien? –escuché decir a mi compañero.

–Si... –murmuré, aunque sabía que eso era totalmente falso, no estaba bien.

Cerré mis ojos deseando desaparecer de aquí, queriendo estar en otro lugar, con ella...

Encontré un amor, para mi

Cante en voz baja, recordando su piel, su rostro, sus labios, todo de ella.

Querida, sólo lánzate de cabeza,
y sígueme
Bueno, encontré a una chica,
Hermosa y dulce
Nunca pensé que tú eras
Ese "alguien" esperándome

Una lágrima resbalo por mi mejilla, cada palabra pronunciada, era como una bala en el pecho.

Pero cariño, sólo bésame lentamente
Tu corazón es todo lo que poseo,
Y en tus ojos, tú sostienes el mío.
Cariño, estoy bailando en la oscuridad
Contigo entre mis brazos
Descalzos sobre el pasto,
Escuchando nuestra canción favorita.
Cuando dijiste que te veías
Hecha un desastre
Yo susurre por debajo de mi respiración,
Pero tú lo oíste, cariño:
"Esta noche estas perfecta"

Y seguí con los ojos cerrados, pensando en ella.

Lo único que me hacia sentir vivo, mi razón y consecuencia, mis ganas de vivir...

–Eso fue... ¿Hermoso? –abrí mis ojos y me levanté de golpe, el chico me miraba burlón y sostenía una sonrisa en su rostro.

–Idiota –murmuré, aguantándome las ganas de golpearlo.

–Creo que no nos hemos presentado de una manera correcta –río, aclaro su voz antes de hablar–. Soy Christopher.

»¿Quien más recuerda a Chris?«

»¡Último capítulo del maratón! Nos leemos hasta el próximo viernes😚«