[Prólogo]

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—¡Sebastian!—

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—¡Sebastian!—

Aquel grito se había escuchado por toda la mansión y al llegar a los oídos del mayordomo le causó a este un leve estremecimiento, ¿qué querría esta vez el joven conde? Luego de suspirar pesadamente dejó pospuestas sus labores para atender el llamado de su amo; a cada paso que daba los nervios le estrujaban aún más la zona del pecho, y la razón de esa sensación tan incomoda era que aquel grito provenía de su habitación.

Cuando llegó dio dos suaves golpecitos en la puerta, recibiendo como respuesta un "pase" entre estornudos y una fuerte tos que preocupó al de mirada carmesí, entró diciendo un breve y átono "Con permiso" viéndose sorprendido por lo que sus ojos captaron.

—¡Explícame inmediatamente que significa esto!— volvió a gritar fúrico entre estornudos señalando con su mano al pequeño felino que se hallaba recostado sobre la cama del mayordomo, el ya mencionado estaba sin palabras, solo balbuceaba cosas sin coherencia tratando de encontrar una excusa sin lograrlo.

—Perdóneme mi señor, la noche de ayer fue muy fría, me resultó imposible dejar a este animal indefenso afuera.— dijo finalmente con una expresión arrepentida.

—Bien, esto no se quedará así, saca a ese bicho de mi mansión ¡ya!, te esperaré en mi oficina, tienes 10 minutos.— al finalizar su regaño salió de de la habitación dando un portazo, el mayordomo suspiró y miró al gato, le sonrió con ternura y lo tomó en brazos acariciando su suave cabecita peluda mientras este ronroneaba sonoramente; Sebastian abrió su armario en donde se hallaban varios gatos de diferentes colores y tamaños dormidos entre su ropa, dejó al felino ahí dentro y antes de cerrar la puerta se cercioró de que ninguno se hubiera salido, luego acomodó su ropa y salió de la habitación con rumbo al despacho de Ciel pensando en que le diría, probablemente lo regañaría y castigaría, ¿cuál sería ese castigo? Suspiró y siguió caminando.

▽▼▽

Tres golpecitos en la puerta llamaron la atención del joven conde.

—Adelante— dijo sabiendo que se trataba del demonio, Sebastian entró haciendo una pequeña reverencia y se acercó al escritorio en el que se encontraba Ciel.

—Espero que ese animal ya esté fuera de aquí— su mirada se fijó en el mayordomo quien se mantuvo en silencio, esto fue interpretado por Ciel como un simple berrinche por no haber dejado que ese gato se quedara. —Tú sabías perfectamente que no quiero gatos en mi mansión— cruzó los brazos mientras fruncía el ceño, Sebastian se mantuvo en silencio un momento, realmente no estaba molesto, después de todo aún conservaba al animal, dio un pequeño suspiro y finalmente habló.

—Disculpe mi falta, joven amo, no volverá a ocurrir— hizo una reverencia al disculparse.

—Como sea. Lo estuve pensando y ya se cual será tu castigo— una expresión maliciosa se mostró en la cara del más joven quién apoyó sus codos en el escritorio para después acunar su rostro entre sus manos, Sebastian enarcó una ceja intrigado y desconfiado. —Al principio pensé en ordenarte pasar un día entero con ese shinigami molesto— explicó refiriéndose obviamente a Grell. —Pero un día es muy poco— esto asustó por un momento a Sebastian, lo que menos quería era pasar tiempo innecesario con el pelirrojo, de solo imaginarlo un pequeño tic hizo temblar su párpado. —además, eso no tiene la dificultad necesaria— el demonio comenzaba a impacientarse después de tantos preámbulos —Tú castigo será conquistar a alguien— Michaelis sonrió, eso sería fácil, más de una vez había conquistado a un humano, tanto a hombres como a mujeres, todos eran fáciles de maravillar, en menos de media hora podría llevarse a la cama a cualquiera de ellos, sin embargo sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando volvió a escuchar la voz de su amo. —pero no soy estúpido, se perfectamente que conquistar el corazón de un humano no es ningún reto para ti, por eso, decidí que a quien conquistarás será a Undertaker— eso sin duda tomó por sorpresa al mayordomo, se podía notar por su expresión, ¿Undertaker? Podía haber sido peor, pero tenía un grado de dificultad bastante elevado ya que si bien no se odiaban, en realidad no tenían ningún tipo de relación, se veían solo esporádicamente y sus visitas no eran muy prolongadas así que no eran ni remotamente cercanos, sin embargo aquel shinigami desertor era un personaje interesante para el mayordomo, así que, en el fondo no le desagradaba por completo la idea de intentar conquistarlo.

A decir verdad nunca había tratado de esa manera con ningún shinigami y definitivamente jamás se le había pasado por la mente hacerlo, mucho menos con el. —Tendrás solo treinta días para lograrlo, una vez pasados ese tiempo tendrás que confesarle tu "amor" y, bueno, espero que no te rechace aunque estoy seguro de que lo hará— se mofó el pequeño conde con descaro, sin duda ese niño era perverso y le encantaba tratar de humillar a su demonio —Sobre el tiempo, después de terminar tus labores de cada tarde tendrás el resto del día libre, espero que sepas aprovechar correctamente ese tiempo. Así que, te lo ordenó, Sebastian, conquista a Undertaker—

—Si, mi señor...— definitivamente no sabía ni que pensar, probablemente se arrepentiría de esto.

«Este va a ser un largo mes...»

¡Al fiiiin!Después de pensármelo un montón, he decidido que ya es hora de que este bebé salga a la luz, ahora lo público antes de que se me vaya la emoción Ya bais xd 💕

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¡Al fiiiin!
Después de pensármelo un montón, he decidido que ya es hora de que este bebé salga a la luz, ahora lo público antes de que se me vaya la emoción
Ya bais xd 💕

*c va volando*

•30 días• [UnderSebas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora