•Capítulo 6•

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"You haven't seen the last of me..."

Cuando Undertaker abrió los ojos se levantó enseguida alarmado y con la sensación de haber dormido demasiado, todo estaba tan obscuro que parecía ser bastante tarde ya, sin embargo al localizar con la mirada su reloj de pared pudo relajarse un poco

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Cuando Undertaker abrió los ojos se levantó enseguida alarmado y con la sensación de haber dormido demasiado, todo estaba tan obscuro que parecía ser bastante tarde ya, sin embargo al localizar con la mirada su reloj de pared pudo relajarse un poco.

[8:30 a.m.]

Se volvió a dejar caer suspirando y entonces cayó en cuenta de que a su lado el espacio estaba vacío, se giró para mirar comprobando con decepción la ausencia del demonio pero encontrando en su lugar una pequeña hoja de papel levemente arrugada con un mensaje escrito con perfecta caligrafía en ella:

Undertaker, perdona pero tengo que ir a la mansión, te deje el desayuno listo. Nos vemos más tarde.

Sebastian Michaelis.

Sonrió, pero a su vez sintió sus ojos escocer debido a las lágrimas. Esta situación francamente se estaba volviendo insoportable para el.

Debía hallar una solución pronto.

Cerró los ojos un momento tratando de disolver el nudo que se había formado en su garganta, pero fue inútil, al final las lágrimas comenzaron un descenso silencioso por sus mejillas, mordió su labio inferior conteniendo un sollozo.

—¿Qué debo hacer?— Murmuró para sí mismo. Luego se apresuró en limpiar las lágrimas de su rostro.

Justo ahora había estado cometiendo error tras error sin parar, eso creía.

Antes de levantarse dobló cuidadosamente la hoja y la guardó en un pequeño cajón, aunque después se cuestionó si en realidad debería tirarla. Pero no lo hizo. Era relativamente temprano pero desde ahora no parecía que le deparara un buen día, estaba nublado e incluso comenzaba a lloviznar, eso en este momento no lograba levantar su ánimo y sinceramente para este punto ya se sentía incluso enfermo, aunque lo más seguro es que no fuera más que eso, la sensación.

Había dormido profundo pero aun se sentía cansado, tal vez solo era el cansancio acumulado pero aún así eso sólo lo hacía sentirse aún más depresivo y cada vez la idea de volver a su ataúd para no volver a salir al menos durante ese día le parecía más atractiva. Pero no se daría ese lujo.

Mientras tanto en la mansión Phantomhive, la mañana transcurría con completa naturalidad.

Sebastian estaba realizando las labores matinales cotidianas con tranquilidad, en fin, al menos por el momento los demás empleados no habían armado ningún lío. Así que al menos ahora podía disfrutar un poco de la calma mientras durara.

•30 días• [UnderSebas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora