"Antes de dejarte ir, no sabía que el mundo en el que me hallaba era tan solitario..."
*Los cuervos son animales de naturaleza monógama, es decir que, una vez que hayan encontrado una pareja permanecerán con ella por el resto de su vida.
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•6 meses después•
La habitación, sumergida en un silencio casi pulcro se hallaba rebosante de la más profunda paz. Su labio inferior estaba preso de sus dientes que se dedicaban involuntariamente a tironear de la piel reseca hasta terminar arrancándola, en tanto que sus orbes esmeralda, fijos en su propio reflejo se aseguraban de no cometer ningún error mientras las cuchillas afiladas de las tijeras perturbaban el mutismo con su repetitivo sonido metálico producido cada vez que rozaban y chocaban entre sí al manipularlas con sus dedos haciéndolas cerrarse solo para abrirse nuevamente en pocos segundos, dejando caer las larguísimas hebras platinadas al piso, tapizándolo de a poco.
La idea había estado rondándole la cabeza constantemente durante poco más de un par de días, tal vez por la necesidad de un cambio físico que marcase una nueva etapa o por simple capricho, pero al final el motivo más pesado para que se decidiera a hacerlo fue más simple: "volvería a crecer" y bueno, no podemos contradecir ese argumento.
Dejó las tijeras sobre el tocador y volvió a fijarse en su reflejo agitando ligeramente su cabeza para que su ahora corto cabello plateado se acomodase de manera natural. La luz cálida y tenue que las velas le proporcionaban y su naturaleza miope no eran la mejor combinación, su imagen en el espejo era borrosa y algo distorsionada, aún así pudo darse cuenta de que se veía realmente diferente, pero...
Sus labios se juntaron con fuerza y tapó su rostro con sus manos apoyando sus codos en el tocador. Se sentía abrumado, cansado y hasta cierto punto incluso frustrado porque sin importar lo que fuera que hiciera nada cambiaba. Había pasado un año ya, mas la añoranza y el dolor aún le quemaban en el pecho con la misma o hasta más intensidad que antaño. La herida no había cerrado ni un poco, lo seguía amando.
Suspiró y volvió a levantar la cabeza cruzándose con su propia mirada nuevamente; todo lo que no lograba cambiar en su interior tenía su contraparte en el físico, no es que en realidad hubiera hecho cambios extremos, en realidad eran cosas sutiles pero que en conjunto lo hacían lucir distinto, sin perder en lo absoluto su belleza nata. Desde una ligera pérdida de peso hasta su ropa y ahora también su cabello. Aunque a diferencia de la decisión de cortar su hermosa melena, los demás cambios tenían motivos muy diferentes; en fin, el primero ni siquiera es como que hubiera sido decisión suya, entre la congoja, la necesidad de mantener su mente ocupada con más trabajo del que habitualmente solía llevar a cabo día con día, los desvelos diarios para mantener vigilado al mayordomo y la perdida de tiempo y apetito fueron los encargados de hacerlo verse ligeramente más delgado. Luego, haber cambiado su ropa era un simple intento de calmar su persistente paranoia de ser encontrado por Sebastian, pensó que así aún si en un descuido llegaba a encontrarlo no le llegaría a reconocer. En un principio había sido raro acostumbrarse a ello, a pesar de que intento mantenerse un poco en su estilo al menos hablando de colores -es decir, mayoritariamente negro- tuvo que añadir algunas prendas de colores neutros, evitando a toda costa lo extravagante, después de todo resaltar era lo que menos quería en este momento; aunque siendo honestos, su belleza en sí ya era lo suficientemente peculiar para destacarlo entre la multitud. Porque si, incluso con su nueva imagen, una vez se vio acostumbrado a ella pudo aceptar orgullosamente que seguía luciendo espectacular. Y nadie podría negarlo.
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•30 días• [UnderSebas]
FanfictionLa premisa es algo sencillo, cliché y hasta gracioso: Ciel descubre a uno de los muchos gatos que Sebastián oculta en su habitación y como castigo decide hacer que el demonio intente conquistar a Undertaker en un plazo de 30 días, su única razón apa...