COMIEZO

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El joven Abel ya había crecido, los lobos envejecen a la misma velocidad que los humanos y dejan de envejecer después de su primera transformación, la cual varía de cada licántropo, la mayoría de las veces es alrededor de los 16-19 años pero hay casos raros donde la transformación tarda en llegar hasta que el lobo cumple los 25 años de edad, Abel no era uno de esos raros casos, el había tenido su primera transformación a la edad de 17 años, dentro del periodo promedio de tiempo para los hombres lobo, hoy sería el primer día en que Abel iría junto a su padre a proteger el pueblo humano que estaba después del bosque, su deber era alejar a los vampiros de la zona, ya que no muy lejos del pueblo había un clan de los hijos de la noche.

Abel no estaba de acuerdo en eso, veía como un desperdicio utilizar sus poderes para proteger a los humanos, no porque tuviese algún sentimiento de odio hacia la raza humana, si no por las historias que sus padres le contaron de niño donde se narra que los humanos sintieron miedo hacia los lobos y los atacaron, veía ilógico proteger a sus cazadores, pero aún así deseaba complacer a su padre así que acepto ir con el a proteger el pueblo sin ninguna objeción.

Salieron Abel en compañía de su padre en camino a la entrada del pueblo, una vez en ella se mantuvieron escondidos entre los árboles del bosque, gracias a su desarrollada visión no necesitaban acercarse al pueblo para mantenerlo vigilado.

-No te acerques demasiado, desde aquí estamos bien.- Su padre puso una mano en su hombro para evitar que se acercara demasiado.

-¿Cuál es el punto? Los estamos protegiendo, deberían agradecernos no atacarnos.

-Los humanos atacan a todo lo que no conocen, le tienen miedo a lo que no entienden, por eso debemos mantenernos alejados para no asustarlos.

-Y si son taaan peligrosos ¿Porque no se cuidan ellos mismos?.- Abel hablo algo molesto.

-No son peligrosos, la mayoría de ellos mismos creen que lo son, pero si no fuese porque la Diosa Luna nos encomendó su protección, tal vez seríamos nosotros quiénes invadirían los pueblos humanos en vez de los vampiros y los demonios.

-Entonces... Eso somos... Perros guardianes... A los qué nisiquiera les dan un premio por hacer bien el trabajo.- Abel hablo con desprecio.

-Abel.- Su Padre se puso de pie mientras se ponía alerta.- Vampiros... 4 de ellos.... Jóvenes....  Se dirigen al pueblo.- Su padre detecto el aroma de los hijos de la noche

-¿Puedes saber sus nombres también?.- Abel bromeó mientras se ponía de pie junto a su padre.

-Esto no es un juego hijo.- su padre hizo que sus ojos empezarán a brillar de un imponente e intenso color rojo su padre al ser el alfa de la manada  sus ojos brillaban de color rojo  a diferencia de los demás  licántropos que tenían ojos amarillos.- No debemos dejar que se acerquen al pueblo vamos.

Ambos licántropos corrieron en forma humana a gran velocidad siguiendo el aroma de los chupa sangre, al llegar a ellos los enfrentaron poniéndose frente a ellos en posición de ataque.

-Son Vampiros de verdad.- Abel hablo algo emocionado, era la primera vez en su vida que veía un chupa sangre.

-Concéntrate.- Dijo en un susurro para que solo su hijo escuchará.- Larguense de aquí chupa sangre, saben que este pueblo está bajo la protección de mi manada.

-Y ustedes saben que no nos importa, necesitamos alimentarnos... Y la sangre humana es la más dulce que existe... Pero estamos dispuestos a tomar su sangre también si no se mueven.- El más alto de los vampiros dió un paso al frente.

El padre se Abel no dudo ni un momento y empezó su transformación, cambio a su forma de hombre lobo, sus huesos empezaron a estirarse dándole una altura mucho mayor que la de un humano desgarrando la ropa que traía en ese momento, sus músculos crecieron notoriamente y empezaron a cubrirse por completo de un grueso pelaje marrón, sus uñas se transformaron en filosas garras y sus dientes cambiaron en colmillos, sus orejas se volvieron puntiagudas y se cubrieron de pelaje marrón al igual que el resto de su cuerpo, una vez terminada su transformación lanzó un gran rugido al aire que hizo retroceder a los hijos de la noche mientras Abel admiraba a su padre en forma lobuna, el padre de Abel se lanzó sin temor al vampiro más alto para empezar a morder salvajemente su cuello, los otros 3 vampiros se abalanzaron sobre el así que Abel tuvo que transformarse para correr a ayudar a su padre, entre los 2 lograron matar a 3 de los vampiros.

El Poder Del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora