ESCLAVOS REBELDES

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-Por favor.... Yo... Le suplico piedad...- El hombre arrodillado y con la cabeza mirando el suelo de la sala del trono en el castillo del alfa supremo se encontraba encadenado de manos y pies, apenas podía moverse pero si lo hacía las fuertes garras de los guardias lo matarían en un segundo.

-Se te acusa de traición a mi reinado, de fabricar armas... Y brindar alojamiento para un grupo de humanos rebeldes.- Abel se levantó de su trono y se acercó al hombre lentamente.- ¿Cómo te declaras frente a estos crímenes?

-Señor.... Yo... Trabajo más de 12 horas diarias... Y soy vigilado por la familia de mi amo... Yo... ¿Cómo podría ser culpable?...

-Entonces esto.- El alfa saco la espada que un vampiro le entrego como evidencia.- ¿No es tuyo?... Fue encontrado en sótano de la casa de tu amo.... Dónde apestaba a humano por completo...

-Ahí es donde mi amo me mantiene encadenado para dormir... Y... Soy humano...

-¡El olor era muy fuerte para ser de un solo humano!... No trates de verme la cara de idiota esclavo.... Además.... ¿¡Que hacía está espada en la casa de tu amo!?

Abel en ese momento atrapó en el aire un cuchillo que el humano había lanzado en su dirección, los 2 guardias encargados de vigilar al esclavo por golpearon con la suficiente fuerza para lograr que escupiera sangre, las cadenas lastimaron sus muñecas cuando lanzó el cuchillo pero eso no impidió que se pudiera de pie para tratar de pelear inútilmente.

-¡Usted iba a matarlos!... Ellos fueron afortunados de escapar de sus malditos amos y necesitaban ayuda... Y armas para poder sobrevivir en este maldito mundo ¡lleno de monstruos!- luchaba desesperadamente por sacarse de encima a los guardias pero todos sus intentos fueron en vano.

-¿En donde estan ahora los esclavos?.- Abel pregunto con toda tranquilidad.

-Moriré antes de revelarlo.... Entre ellos había una niña... ¡Solo tiene 15 años!... Su amo era un demonio... Las cosas que le obligaba a hacer....

-No son mi problema.- El alfa interrumpió indiferente.- Si lo que quieres es morir entonces morirás.... Pero antes...

Mondred, un poderoso mago al servicio de Abel puso sus manos en la frente del hombre a quien los guardias obligaron a ponerse de rodillas nuevamente, los ojos del hechicero empezaron a brillar al mismo tiempo que la mirada del esclavo se perdía y su rostro se volvía neutro, luego de unos segundos el hechicero apartó su mano y sus ojos volvieron a la normalidad.

-Están en un viejo taller de autos abandonado a las afueras de la ciudad, un buen escondite ya que ahora nadie necesita un auto.... Son alrededor de 9 humanos... 3 hombres... 4 mujeres... Un niño que al parecer está lastimado de un brazo... Y la niña de la que hablo el humano... Parece que solo tienen un par de hachas y una espada...

-Kevin, reúne otros 6 guardias y esperen por mí en la entrada del castillo... Saldremos en 2 horas.

-NOOO.- El humano volvió a ponerse de pie tratando de luchar e ignorando el dolor que le provocaban las cadenas.- NO LO HAGA... MI ESPOSA Y MI HIJO ESTAN AHÍ... SE LO SUPLICO.

-No te preocupes.- Abel puso su mano con sus uñas convertidas en garras sobre el cuello de el esclavo.- Los enviaré contigo en 2 horas y 15 minutos.- Desgarro el cuello del esclavo sin manchando la alfombra central con su sangre.

-¿Qué hacemos con el cuerpo señor?.

-Entreguen el cadáver a los jóvenes licantropos que se transforman está noche en la luna llena... Estaran hambrientos... Y busquen a su amo y devuelvan el dinero que pago por este esclavo... Necesitara otro.

El Poder Del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora