LA DIOSA LUNA

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-Te dije que no le fueras a quitar las cadenas.- Abel le hablo molesto a Selene.

-El es mi hermano... Iba a morir.

-Tu hermano... Te puso sus garras en el cuello y ayudo a que escaparan otros 2 priscioneros... De los cuales uno de ellos es cazador de hombres lobo... El último de los cazadores.... Tan solo faltan 2 semanas para el eclipse Selene... ¿No entiendes lo que está pasando?

-Lo lamento Abel... Yo... Solo... No quería que mi hermano muriera...

-Antes accedí a dejarlo con vida para que aceptarás venir conmigo al castillo y ser mi pareja... Pero ahora... No hay nada en el mundo que alguien pueda hacer para impedir que los mate... Ah los 3.

-Pero... Abel...

-¡Silencio!.- Los ojos de Abel empezaron a brillar de rojo.- Yo soy el Alfa... Y mi palabra es ley... En especial para ti... ¿Te quedó claro?

-Si... Me quedo claro mi Alfa Supremo.- Selene rápidamente bajo la cabeza y se quedó callada.

-Eso está mejor.- Los ojos de Abel regresaron a su color natural.- Debes entenderme hermosa.... Es demasiado peligroso dejarlos a ellos 3 vivos... Ahora están juntos y tal vez traten de iniciar una rebelión otra vez... Iré a reunirme con Kevin y Mondred para buscarlos, controlo todo el planeta... No llegarán demasiado lejos... Y cuando los encuentre... Los mataré con mis propias manos... Ah los 3.

Abel salió molesto de la habitación, caminaba por los pasillos en dirección a su oficina cuando un dolor de cabeza empezó a molestarlo, al principio trato de ignorarlo, pero el dolor incremento hasta que Abel le fue imposible seguir caminado y se recargo contra la pared, se deslizó en ella hasta quedar sentado en el suelo con las manos en su cabeza tratando de que el dolor se fuese.

-Abel Bauer...- El alfa supremo empezó a tener una visión, de un segundo a otro se encontraba en una habitación oscura llena de pequeños puntos blancos similares a las estrellas del cielo, una mujer apareció frente a el, era alta y delgada, además de muy hermosa y una fría luz blanca emanaba de su cuerpo, tenía un brillante vestido blanco de cuerpo completo con encaje, su piel era blanca como la nieve al igual que si largo que cabello que llegaba hasta su cintura.

-¿Quien?... ¿Quien eres tu?

-Hijo mío... Tanto haz desafiado mis deseos que incluso te olvidaste de mí...

-Jamás te había visto en mi vida... Mi madre es Camila Bauer...

-Yo soy la madre de todos los licantropos Abel...

-No... No eso es imposible.- Abel empezó a retroceder.

-Mi nombre es Nereida... Y yo soy la Diosa de la Luna.- La Diosa junto sus manos y empezó a caminar tranquilamente hacia Abel.

-¿Porque estoy aquí?... ¿Porque me llamaste?.- Abel permaneció inmóvil y con la mirada hacia enfrente como un soldado mientras Nereida caminaba en círculos alrededor de él.

-Te eh llamado hijo mío para pedirte que les des libertad a los humanos.

-¿Que?... ¿Que dijiste?...

-Este planeta por derecho le pertenece a la raza humana... Ellos fueron elegidos para gobernarlo... Y tú no tenías ningún derecho de quitarles el poder... Los cree con el propósito de protegerlos Abel Bauer.

-Pe... Pero... ¿Protegerlos?... Ellos han asesinado a miles de mis hermanos licantropos... ¿Cómo puedes estar de su lado y no del de tus hijos?.- Abel avanzó hasta estar frente a frente con Nereida.

-Ellos son hijos de alguien aún más poderoso que yo... Y fue él quien les obsequio el planeta tierra para que habitaran en el.

-Eso es injusto... No... No me niego a aceptar que mi destino sea proteger a los humanos... Y me niego aún más a liberarlos.

-¿Cómo te atreves a desobedecer a tu Diosa licantropo?

-¿Desobedecer?... ¡Yo te desafío Nereida!.- Abel se transformó y lanzó un gran rugido una vez que estuvo en forma lobuna.- ¡El planeta tierra me pertenece a mi ahora!

-¡Insolente!

Abel alzó su brazo para intentar dar un zarpazo pero la luz que emanaba de Nereida se empezo a hacer más intensa dejando incapacitado a Abel de sus ojos, la Diosa uso está ventaja para poner una mano en el pecho de Abel y un simple empujón con su fuerza descomunal envío al hombre lobo al suelo, Abel rápidamente se levantó y se colocó sobre sus cuatro patas para empezar a gruñir en dirección a Nereida, ella caminaba lentamente hacia el y una vez que estuvo lo suficientemente cerca Abel se levantó en 2 patas y trato de atacar a la Diosa, ella con tranquilidad esquivaba las garras lo que hizo enfurecer aún más a Abel.

-No tienes oportunidad de vencer esta batalla.- Nereida sujeto los brazos de Abel dejándolo inmóvil.

-No dejaré que me quites el poder que me costó 12 años obtener... 12 años de lucha y muerte... El planeta está mejor conmigo al mando de el... ¿No lo vez?

-Tu no eres un Dios cómo para decidir lo que es bueno o malo Abel Bauer.... Yo sí... Te lo pediré una vez más... Libera a los humanos.

-No.- Abel mordió el brazo de Nereida lo que provocó que ella lo soltará por el dolor, ella retrocedió y se reviso el brazo, no tenía ninguna herida pero aún así sentía el dolor de la mordida.

-Perro malo.- Nereida alzó su brazo y su mano empezó a brillar intensamente, de la palma de su mano un rayo de energía salió expulsado, impactando en Abel Bauer quien acabo derribado en el suelo por causa de esto.

-Si quieres que libere a los humanos.... Tendrás que matarme... Porque nunca lo haré.

-No puedo matarte Abel... Eres mi hijo... Pero... Puedo facilitar que alguien más lo haga...

-¿Que?... ¿De qué hablas?

-Hablo de que yo cree a los hombres lobos con la finalidad de proteger a los humanos... Sus poderes son para eso... Pero tú haces mal uso de los poderes que te regalé... Y por eso... Ya no eres digno de ellos.- Nereida alzó su mano nuevamente y la puso en la frente de Abel.

-¿Que?.... ¿Que haces?.- Abel estaba completamente inmovilizado, hacia su mejor esfuerzo por tratar de alejarse pero había una fuerza que lo mantenía quieto en el mismo lugar mientras la mano de Nereida estaba sobre su frente.

-Dime Abel... ¿Cuánto tiempo crees que tarden en derrocarte cuando todo el mundo se entere que ya no tienes poderes?

-No... No... ¡NO!.- Abel volvió a su forma humana y Nereida apartó su mano, el callo al piso sin ropa y con apenas algo de fuerzas para volver a ponerse de pie.- ¿Que?... ¿Qué me hiciste?

-Te quite tus poderes Abel... Todos... Desde tu habilidad para cambiar a tu forma lobuna hasta tu habilidad de sanación... Ya no te queda nada.

-No.- Abel observó sus manos... Hizo su mejor esfuerzo para volver a cambiar en forma lobuna pero sus intentos fueron en vano, sus poderes ya no estaban.

-Ahora tendrás que vivir cómo las criaturas que tanto desprecias... Pasaras el resto de tu vida como un humano... Porque si, también te quite la inmortalidad.

Abel despertó, estaba acostado en uno de los pasillos del castillo y observó que aún tenía puesta su ropa, se puso de pie con mareos y pensó que todo había sido un extraño sueño, pero cuando extendió sus manos y trato inútilmente de convertir sus uñas en garras se dió cuenta de que todo había sido real, Abel enrealidad había perdido todos sus poderes.

El Poder Del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora